Páginas: 594
ISBN: 9781595143068
Precio: 12,50€ en Bookdepository
Last sacrifice (El último sacrificio)
No contiene spoilers reveladores, pero si tenéis la intención de leer este libro algún día os recomiendo que os saltéis este apartado para no sospechar nada y llegar vírgenes a él.Rose empieza el capítulo encerrada, acusada de algo que no ha hecho. Sus amigos enseguida se movilizan para ayudarla y ella se ve obligada a seguirlos a ciegas, algo difícil para una chica que está acostumbrada a llevar la voz cantante en todo. Tal y como se predijo en el libro anterior, Rose debe emprender un viaje acompañada de alguien especial; un viaje en el que, además de huir del peligro, quiere llevar a cabo la misión que se le encomendó en la carta del final de Spirit bound. Mientras, Lissa y los chicos permanecen en la corte, donde ocurrirán hechos imprevistos en los que la joven moroi demostrará que es capaz de valerse sin Rose. A todo esto, no nos olvidemos de los malos malísimos (y no estoy hablando de strigoi… o sí): es la última novela y, por supuesto, harán su aparición.
Mi opinión SIN spoilers
Last sacrifice empieza justo donde había terminado el anterior y engancha de inmediato. Nada más comenzar nos encontramos con una carta post mortem; con una carta arrancaba también Spirit bound. En general, en este último libro se aprecia un gran aprovechamiento de todos los recursos empleados en la saga: vuelven a aparecer los fantasmas, todos los personajes están en su máximo esplendor, recuperamos a los alquimistas, se hacen nuevos descubrimientos en el mundo exterior, el compañero de viaje de Rose era una “deuda” que la autora tenía con los lectores, se cierra la trama del malo malísimo. En este sentido, Richelle Mead no te deja con la sensación de “ay, me habría gustado volver a saber cosas de cierto tema”, como sucede con otras sagas.Si tengo que sacar parecidos, Last sacrifice sigue un esquema muy similar al de Blood promise, el cuarto libro de la serie. En ambos, gran parte de la acción se desarrolla fuera de los límites establecidos para la convivencia de moroi y dhampir, por lo que nuestros personajes hallan nuevos recovecos de la vida en el exterior que, si la autora quiere, se podrán aprovechar en la secuela. Salta a la vista que uno de los recursos de Mead para captar el interés del lector es ambientar los libros pares en sitios lejanos (digamos que el Academy del título no se adecúa demasiado a esta saga, sobre todo a medida que se acerca el final). A propósito de esto, me ha parecido interesante conocer nuevos personajes y formas de vida, se nota que la autora ha hecho un curro tremendo para recrear este mundo y por una vez no veo mal que lo aproveche para otra saga (¡sería una pena abandonarlo, con todo lo que puede dar de sí aún!). A pesar de todo, el viaje tiene un inconveniente: al lado de las partes de acción trepidante de los libros anteriores, este me ha parecido más lento (que no pesado, pues la prosa de la autora siempre invita a seguir leyendo).
Por otro lado, el tema estrella, desenmascarar al culpable de un asesinato, es sencillamente la caña. ¡Lo mejor para una última parte! Last sacrifice es el libro que más thriller parece de toda la saga, y no es de extrañar: primero sospechas de uno, luego las pistas apuntan a otro, entonces un desconocido intenta atacar a cierta persona, hay discrepancias de opinión entre nuestros investigadores amateur… Yo no soy amante del suspense, pero tengo que reconocer que aquí lo he disfrutado muchísimo. Con la investigación particular de Rose también me lo he pasado bien; no hay misterio como tal, pero el paso a paso para llegar hacia lo que buscan se hace entretenido.
Cambiando de tercio, todo lo que sucede en temas políticos me ha parecido interesantísimo. Tranquilos, no pongáis cara de aburrimiento: hablo de trifulcas para intentar tener más poder que otros y cosas por el estilo, que siempre dan juego. La autora se lo ha currado muchísimo: todo detallado, coherente e, insisto, interesante de leer. Me ha encantado la alternancia de tramas (asesinato, investigación de Rose, política); a esta autora se le da muy bien interrelacionar varias historias a la vez y no os decepcionará. Cuando estás intrigado por algo, se cambia a otra y tienes que seguir leyendo para volver a saber cómo sigue lo anterior. Una forma eficaz para enganchar y a la vez no cansar al lector con ninguno de los hilos paralelos.
En cuanto al amor, de nuevo os recuerdo que Vampire Academy no es una saga azucarada y el romance ocupa un lugar secundario en la jerarquía de cuestiones a tratar. No obstante, me voy a reservar mi opinión al respecto para el siguiente apartado, que no quiero chafarle la sorpresa a nadie.
El final, para mi gusto, es demasiado idealizado. Y me sobra muchísimo lo de Lissa. Me duele decirlo, pero en esto Mead no ha sido tan diferente de Meyer, tan solo le ha faltado una Renesmee para consolar al despechado (ya la habrá en el spin-off, ya…). Por hacer un símil, me convenció mucho más el final agridulce de Sinsajo. De todos modos, no tengáis muy en cuenta mi opinión: con mis preferencias por lo triste y los términos medios soy un poco rara y suelo ir a contracorriente cuando se habla de desenlaces. A todo esto, hay que tener en cuenta que la autora lo tenía muy difícil para contentar a todo el mundo. El final de una saga siempre corre el peligro de no gustar, pero no por ello hay que desacreditar la serie entera, de modo que mantengo que Vampire Academy es la mejor saga de vampiros de la nueva hornada con muchísima diferencia. Al terminar Last sacrifice, tengo la sensación de que he dejado buenos amigos atrás. Pocas historias consiguen llegar tanto, aunque haya cositas que no me hayan convencido.
Mi opinión CON spoilers
No sabía si añadir este apartado o no porque bastante kilométrica me ha quedado la opinión ya, pero he pensado que solo terminaré Vampire Academy una vez y si no me explayo ahora no lo haré nunca. Eso sí, como supongo que quien lea este apartado ya habrá leído Last sacrifice, no me voy a enrollar y expondré mi opinión por puntos.Lo que me ha gustado: - La última conversación de Adrian y Rose, en el penúltimo capítulo. Ambos estuvieron muy bien, con un diálogo acorde con las circunstancias de cada uno. No me gustan las víctimas, pero un Adrian comprensivo en esas circunstancias no me habría resultado convincente.
- La fuerza y la autonomía de Lissa en las pruebas (¡genial el momento a Los Juegos del Hambre!). Tal y como dije en mi primera opinión de la saga, me encanta que Richelle Mead no haya creado a dos amigas rivales o a una claramente superior; entre los hechos de Spirit bound y Last sacrifice se demuestra que Lissa no es tan insulsa y dependiente como les parece a algunos.
- Se rompe el vínculo del espíritu. De las pocas cosas que me han gustado del final: un golpe que, creo, nadie esperaba, y que ha venido de lujo porque estaba matando a Rose.
- Que Dimitri tenga tanto peso en la historia. Como he dicho antes, era algo que la autora nos debía desde que pasó lo que pasó.
- Entre los Keepers y lo de Rusia en Blood promise, hay mucho que explorar en el spin-off. Me encantaría que se repescara a Viktoria o Angeline, esta última es una Rose en miniatura y daría juego.
- Hay detallitos de todos los personajes secundarios de la serie (excepto la familia Belikov), que en cierto modo me parece un homenaje a todos ellos: Sonya, Mia, Eddie, Janine Hathaway, Alberta… Muy buena forma de terminar, acordándose de todos.
- Me gustó que Rose tenga que aprender a dejarse ayudar.
- La hermanísima está muy bien encontrada. Me descojono cada vez que pienso en los celos que tuvo Lissa, ¡ja, ja!
- Hablando de la saga en general, lo que más me ha gustado (aparte del mundo, los personajes, etc.) son las escenas fuertes y esos finales impactantes del 2º, 3º, 4º y 5º libros.
Lo que no me ha gustado: - Y fueron felices y comieron perdices. ¡Más azúcar, por favor! Me habría gustado algún golpe de efecto, que no fuera todo tan bonito.
- Lo de Lissa reina me parece de chiste. Se veía venir en los libros anteriores que su vida tomaría ese rumbo, pero esperaba que aquí terminara como ayudante (algo parecido a lo que hacía Priscilla Voda) o aprendiz, cosas por el estilo. Una reina de dieciocho años que va a la universidad, ¡¿dónde se ha visto?! Aquí sí que he notado que la saga es juvenil, porque un final tan superstar sería impensable en una historia más adulta. El candidato conservador habría dado juego en los libros siguientes, y la “ni chicha ni limoná” era perfecta para un final más creíble y feliz a la vez. Con Lissa a la cabeza, ya podemos suponer que no habrá otra reina muerta en Bloodlines (aunque espero que la jerarquía de los alquimistas y los dhampir gane protagonismo y tengamos juego por ahí).
- Cansa que cada “despechado” tenga que acabar encontrando el amor, aunque sea en otro libro (que es lo que ocurrirá con Adrian, salta a la vista). No me gusta tanto final feliz, no me parece realista. Habría preferido algo agridulce, como que Dimitri y Rose acabaron juntos pero que por ejemplo ella perdiera un brazo o una pierna y no pudiera ser guardiana. No sé, finales duros de los que te dejan tocado, pero con un trasfondo de esperanza. Entiendo que en los libros previos Rose ha pasado por mucho, como ella dice, pero por eso mismo me parece poco creíble que ahora todo vaya como la seda.
- Un poco fácil que los dos únicos personajes principales que acaban tocados (Adrian y Christian) sean los menos protagonistas del grupo. Aquí la autora arriesgó poco.
- Sobre la identidad del asesino, fue uno de mis sospechosos al principio (esto no quiere decir que fuera previsible, porque sospeché de muchos). En general, creo que está bien encontrado, todo encaja y lo bueno es que las pistas se ven poco a poco. Lo único que me sabe mal es que este personaje me caía muy bien, pero qué se le va a hacer (y si me pongo a ser mal pensada, ya le vale cargarse a la única que le hizo competencia a Rose con Dimka, ahí me recuerda a lo que hacen muchas autoras de cargarse a las ex novias).
- Demasiada promoción del spin-off. Que sí, que había que ceder el paso a Sydney y compañía, pero podría haber cerrado las tramas de estos secundarios y empezar de cero en Bloodlines (menos lo de Adrian y Jill, que no se puede cerrar porque lo que necesitan es tiempo). Aquí no me creo que la autora tuviera esto previsto cuando empezó a escribir Vampire Academy. No me gusta que la nueva serie tenga que arrastrar tantos problemas de aquí…
- Quizá me habría gustado que aparecieran más strigoi, más amenazas (reales) de ellos. Sé que ya había historia suficiente con todo lo demás, pero los strigoi le dan tanta emoción…
A pesar de todo, que quede claro que lo que me ha decepcionado un poco es lo que ocurre, no los personajes (su evolución siempre es brillante, y aunque algunos tachen de egoísta a Rose y digan que ha perdido su esencia, después de estar herida y grave lo anormal sería que preguntara por sus conocidos —porque sí, gente como Sydney o Eddie no llegan a la categoría de grandes amigos, en mi opinión—, tampoco nos pasemos de generosidad…).
Los libros de la saga:
1. Vampire Academy
2. Sangre azul
3. Bendecida por la sombra
4. Blood promise
5. Spirit bound
6. Last sacrifice
Enlaces de interés:
Facebook oficial de VA España
Web de Richelle Mead
Mi valoración: 8/10