La vida de Vanessa-Mae se inicia en Singapur el 27 de Octubre de 1978. Hija de la señora Tan Soei Luang, una pianista clásica y abogada nacida en China (quien luego adoptaría el más occidental nombre Pamela) y del empresario hotelero tailandés Vorapong Vanakorn, la niña fue bautizada Chen Mei Vanakorn. Su primer acercamiento a la música, más allá de oír en casa el piano de su madre, tuvo lugar en el jardín maternal de Singapur, donde al igual que sus compañeritos, fue incentivada a jugar con un piano.
Mientras Chen Mei entretenía sus deditos sobre el piano del jardín, sus padres no hallaban solución para la seria crisis matrimonial que venían soportando hace algún tiempo y finalmente todo devino en divorcio. Pronto, su madre se juntó con un abogado británico llamado Graham Nicholson, que residía en Singapur por cuestiones de trabajo y, al poco tiempo, el trío se mudó a Londres. La niña, por entonces tenía cuatro años y se ubicó con su mamá y su nuevo padre en el barrio de Kensigton, en el Londres occidental. Aquí también aparece la occidentalización de nombre, esta vez en la niña, que pasaba a llamarse Vanessa-Mae (el Mae debe pronunciarse Mei, lo que coincide con el segundo ideograma chino de Chen Mei).
Una vez instalados en la casona de Kensigton, Graham Nicholson formalizó la adopción de Vanessa y le dio su apellido, que Vanessa usaría en segundo lugar, después de su Vanakorn natal. También Pamela combinaba ahora los apellidos orientales y occidentales; pasaba entonces a llamarse Pamela Tan Nicholson. Hasta los cinco años, Vanessa-Mae sólo había tenido contacto con el piano, en cuanto a prácticas musicales se refiere. Curiosamente, su madre jamás intentó encaminarla hacia la música. Más bien, sus aspiraciones para la niña se orientaban hacia la abogacía, que ahora compartía con su nuevo marido. En cambio, su padrastro sí influyó en la incorporación del violín al repertorio de actividades extracurriculares de la pequeña Vanessa que, dicho sea de paso, también asistía a clases de danza clásica.
Sucede que el señor Nicholson, además de abogado era violista y se ilusionaba con tener a su hija como acompañante. Así, Vanessa-Mae tuvo su primer acercamiento al violín a los cinco años, en la escuela, aunque todavía sólo como un juego.
Al poco tiempo los docentes creyeron ver en la niña un importante potencial y pidieron permiso a sus padres para hacerlo germinar. Los profesores pasaron de la escuela al domicilio particular de los Nicholson y la pequeña violinista comenzó a demostrar una evidente soltura con el instrumento, aunque sólo lo consideraba un hobby, un entretenido pasatiempo.
El
tiempo transcurrió y las prácticas se hicieron más intensivas junto a
lo cual la destreza de Vanessa-Mae creció desproporcionadamente lo mismo
que su pasión por la música. Esos años la vieron cursando la escuela
primaria en la Holand Francis School -una institución educativa para
señoritas de lo más común- y acompañando a sus padres a conciertos y
óperas. En este ambiente inusual, que combinaba lo mundano de una
escuela normal y lo selecto y elitista de la música culta, se fue
forjando en Vanessa-Mae un innegable apego por la música en general y
por la música clásica en particular. Tanto fue así que a los ocho años
decidió hacer de este arte el objeto de su vida. Comunicada la decisión a
sus padres, Graham y Pamela multiplicaron sus esfuerzos y redoblaron su
apoyo a la talentosa niña, que por cierto, había alcanzado un elevado
nivel de destreza con el violín.
Para perfeccionar su técnica sus padres la enviaron al Conservatorio
Central de China, en Beijing, donde tomó clases de violín con un
prestigioso profesor local, el Sr. Lin Yao Ji. Además, aprovechando sus
períodos en la tierra de sus ancestros, se inició en el estudio del
idioma mandarín y elaboró trabajos prácticos para su escuela de Londres.
A
los diez años sobrevinieron dos hechos que se convertirían en hitos de
su vida: por un lado, sus papás le compraron un costoso violín fabricado
por el luthier italiano Giusepe Guadagnini en 1761, cuyo valor oscilaba
las 150.000 libras esterlinas. Por el otro, su primer concierto como
solista acompañada por la orquesta London Philharmonia. Por entonces se
oían las primeras voces que hablaban de "niña prodigio". Efectivamente,
su precocidad musical y talento natural fue bien visto por el director
del Royal College of Music, quien la admitió como alumna regular con tan
sólo once años para tomar clases avanzadas con el profesor Félix
Andrievsky. Era la más joven de todo el alumnado y sus excepcionales
cualidades merecieron una frase que, para sus fans, es todo un símbolo:
"una verdadera niña prodigio, como Mozart o Mendelssohn". Esta
declaración del director de la institución, el profesor Michael Gough
Matthews, fue más tarde relativizada e incluso ridiculizada por algunos
críticos.
En
1991, a los 12 años, inició una gira internacional junto a la
agrupación London Mozart Players, el "Mozart Bicentennial Tour".
Además, para finales de ese mismo año, realizó tres grabaciones
clásicas para el sello Trittico: "Violin", "Kids Classics" y
"Tchaikovsky & Beethoven violin Concertos". Este último vino a
clavar un nuevo mojón en su aún incipiente y ya exitosa carrera: era la
persona más joven en grabar dichas obras. Su madre, sin perder pisada
de lo que su hija iba logrando, ya se había hecho cargo de su
representación, oficiando de manager (cargo que ocuparía hasta 1999),
productora, consejera artística y pianista acompañante. En 1992, a los
catorce años, finalizó sus estudios en el Royal College of Music y
hubieron de transcurrir dos años hasta su siguiente golpe efectista: en
un hecho único en el mundo de la música, la instrumentista de tan sólo
16 años firmó un contrato con EMI Music para grabar tanto música clásica
como pop. Así, en 1995, armada con un nuevo violín eléctrico de la
firma americana Zeta, con nuevo y prestigioso manager -Mel Bush- y con
look provocativo, Vanessa-Mae grabó su primer álbum pop, titulado "The
Violin Player".
Este disco la mostraba como nunca antes, muy lejos de la solemnidad de
los clásicos, en un estilo al que ella misma bautizó "fusión
tecno-acústica". Como buen álbum pop que se precie, no podían faltar los
vídeo-clips de los temas más importantes. "Tocata y fuga" y "Red
Hot" son hoy verdaderos íconos de la discografía de Vanessa-Mae,
habiendo alcanzado la cima de los charts europeos y, por supuesto, gran
difusión y popularidad. Para los demás temas del disco se recurrió a la
creatividad de Mike Batt, todo un experto en música pop instrumental.
Las casi 3 millones de placas vendidas le redituaron importantes
ganancias y una lluvia de pedidos de presentaciones en vivo desde todo
el mundo. El primer video comercial puesto a la venta se filmó también
en 1995, bajo el título ?Live at the Royal Albert Hall?, y presenta un
exitoso recital que la virtuosa adolescente brindó a sala llena en este
prestigioso recinto. Sin embargo, es también aquí donde la otrora
crítica homogénea y halagüeña se dividió para siempre entre quienes
aceptaron y apoyaron con espíritu sincero y actitud abierta el nuevo
rumbo tomado por la jovencita y los otros, los conservadores e incapaces
de concebir que la música culta puede intimar con otros ritmos
"inferiores", acaso plebeyos, como el rock, el pop o el soul. No
obstante estas nuevas posiciones adversas (minoritarias, por cierto),
Vanessa-Mae consiguió organizar una gira mundial que la llevó a dar
docenas de conciertos por toda Europa y Asia: "The Red Hot Violin Player
World Tour".
Incluso cruzó el Atlántico y aterrizó en los Estados Unidos, donde
brindó algunos conciertos y tuvo el honor de ser la primera artista
extranjera invitada a interpretar el Himno nacional estadounidense,
emocionando al "difícil" público de Chicago en dos memorables
presentaciones: Wrigley Field y Comiskey Park, el 30 y 31 de julio
respectivamente. También en el año 95 llegaron los primeros
reconocimientos internacionales materializados en la forma de premios:
el Bambi Award a la "Artista clásica del año" y el ECHO International
Award en la categoría "Bestseller del año 1995".
El aluvión de pedidos dio lugar a apretadísimas agendas, viajes
constantes y un renombre cada vez más importante. No obstante, se hizo
tiempo para experimentar con nuevos ritmos y fusiones de estilos: en el
mini álbum ?The alternative Record? (un disco intermedio entre un simple
y un LD, con seis temas y 25 minutos de duración), adaptó el tema
?Classical Gas? al ritmo del reggae jamaiquino y exploró nuevos sonidos
en obras ya estrenadas anteriormente. Este disco fue distribuido de
forma muy limitada en Asia, Europa Oriental y Sudáfrica y hoy día es
prácticamente imposible de conseguir. A pesar del suceso de su flamante
trabajo pop, Vanessa-Mae no abandonó su repertorio clásico. La
interminable gira del año 96 no sólo incluía conciertos tecno-acústicos
sino que también los había puramente clásicos. En realidad, casi siempre
cada tipo de concierto contenía pequeñas introducciones del otro
estilo. Esta forma tan peculiar de orientar una carrera musical hacia
dos audiencias presumiblemente opuestas le dio sin embargo excelentes
resultados y era realmente llamativo el hecho de llenar salas de
concierto con personas de las más variopintas apetencias
musicales. Esta gira dio lugar a otro video comercial grabado durante
la segunda visita a Alemania, en septiembre de 1996, titulado ?Live at
the Berlin Philharmonie?, y que la presenta en todo su esplendor
técnico.
También
en 1996, Vanessa inició lo que, con el paso de los años, se convertiría
en una constante de su carrera artística: su relación musical con los
automóviles mas lujosos del mundo. El primero de la lista fue el
Mitsubishi Lancer, en cuya publicidad televisiva ella aparecía tocando
Red Hot en Stonehenge y que propició un concierto en Tailandia, además
de publicidad gráfica en algunos medios especializados.
A
esta altura, Vanessa-Mae ya era una personalidad reconocida
mundialmente y con la cartera de pedidos rebosante de solicitudes desde
todo el planeta. El siguiente evento trascendente fue el lanzamiento del
álbum "The Classical Album #1", que marcó su regreso al repertorio
clásico. Un regreso llenó de gloria, por cierto, y otro récord para su
vitrina de trofeos: en apenas dos semanas este disco vendió 500.000
unidades y se convirtió en el disco clásico más vendido del mundo y el
de venta más rápida. Este lanzamiento vino a cumplir con la promesa que
Vanessa-Mae había hecho a sus fans, de que mantendría sus carreras
clásica y pop de forma paralela. El año 97 trajo más laureles (un nuevo
premio de ECHO, esta vez denominado "Clásicos sin Fronteras" en mérito a
su Classical Album #1, el World Music Award a la "Artista clásica mas
vendedora del mundo" y el Nordoff Robbins Silver Clef International
Award a sus "logros excepcionales en el mundo de la música pop") y una
buena oportunidad para explorarse a sí misma e indagar en sus raíces
orientales. Por entonces en compañía del compositor Andy Hill,
Vanessa-Mae recibió el encargo de componer una obra para musicalizar la
celebración de reunificación de China y Hong Kong.
La obra resultante fue una magnífica pieza titulada "Happy Valley" que
no admite palabras; debe ser oída. La muerte de su abuelo materno
inspiró en Vanessa un hasta entonces reprimido interés por sus orígenes
chinos, inquietud que la llevó a grabar un disco con música china en la
forma de tres obras bien diferentes: un concierto puramente chino, un
arreglo propio sobre "Turandot", la ópera de Puccini que relata una
historia ambientada en China, y las ya citada "Happy Valley". El disco
se tituló "China Girl" y constituye un objeto muy apreciado por todos
los fans de Vanessa-Mae. Este soberbio álbum también se vio acompañado
de su correspondiente gira de promoción, aunque de proporciones mucho
mas restringidas que aquella de "Violin Player".
No obstante, V-M llegó hasta EE UU para deslumbrar a los apáticos
americanos con su arte en un inolvidable concierto al aire libre en la
Avenida Madison de nueva York, en el que finalizó interpretando "Storm"
sobre el techo de un taxi, ante el delirio de la multitud. Este recital
se ganó por mérito propio el rótulo de "Clásico" y constituye todo un
símbolo de aquellos primeros años, a la misma altura que el videoclip de
"Toccata & Fugue". También en aquel año, Vanessa dio su primer paso
en el sano ejercicio de colaborar en los discos de otros artistas, por
supuesto, como invitada de estos.
El primer fruto de sus colaboraciones ?para amigos? fue el track "The
Velvet Rope", del álbum homónimo de la cantante Janet Jackson, en el
cual nuestra artista aporta su violín eléctrico y su característica
potencia expresiva en los solos.
Otro evento trascendente de aquel año fue el lanzamiento del álbum pop
"Storm", un auténtico clásico que la llevaba de regreso a las arenas del
pop. En este espléndido disco, que expone toda la fuerza y creatividad
de Andy Hill, se incluían un par de temas de discos anteriores y nos
presentaba a Vanessa en un rol hasta entonces no explotado: el de
cantante."I feel love", de Donna Summer y "Embrasse Moi" fueron los
tracks en los que Vanessa-Mae puso su voz, que si bien es afinada y
correcta, y ha caído muy bien entre sus fans, no ha provocado mayores
comentarios de la crítica. De la mano de Storm llegó una nueva gira
mundial, la "Storm on World Tour",tan extensa y agotadora como la de
Violin Player, que le llevó además de Europa y Asia, a Sudáfrica, Medio
Oriente y visitas de promoción por todo el continente americano, desde
Argentina hasta Estados Unidos.
La
inmensa popularidad de Vanessa se manifestó en nuevos emprendimientos
de naturaleza bien distinta a lo hecho hasta el momento, como por
ejemplo: Su trabajo como arreglador para el tema ?Reflexión?, a
utilizarse en los títulos de cierre de la película de Disney ?Mulan?
(sólo para difusión en Europa); Su vinculación con la firma Siemens para
componer un timbre distintivo para un nuevo teléfono y la realización
de una publicidad para dicho producto donde aparece junto al piloto de
F-1 Mikka Hakkinen y a su inseparable amigo Vasko Vassilev; Su actuación
en un cortometraje mudo titulado ?The violin fantasy?, nuevamente junto
a Vassilev; Su primer recital transmitido en vivo a través de Internet;
Su debut como modelo, luciendo en París los exclusivos vestidos de Jean
Gaultier y otros famosos diseñadores... y muchas otras cosas más
convencionales, como grabar un nuevo disco.
?The Original Four Seasons and Devil Trill Sonata ? The Classical album
#3, The Italian Album? aparece en su catálogo de discos clásicos, con
sus siempre presentes toques de actualidad. Este disco majestuoso
dedicado casi íntegramente al arte de la improvisación de los grandes
maestros italianos del siglo XVII, presentaba al ensamble de cuerdas de
élite ?Laureate? dirigido por el ya citado Vasko Vassilev, e incluía la
música de ?Mulan?, ?The violin fantasy? y del comercial de Siemens.
No obstante este lanzamiento, sus campañas publicitarias se centraron
en ?Storm? y fue con ese puñado de temas que cumplió con su rebozante
agenda de viajes promocionales, recitales clásicos y tecno-acústicos,
reportajes de la prensa escrita y de la radio, apariciones en TV, etc.
Parte de esos compromisos era visitar nuestro país, y así lo hizo; en
septiembre de 1998, Vanessa-Mae nos honró con su visita y fue posible
verla como invitada de los Backstreet Boys, que se encontraban de gira
por nuestro país, acompañándolos con su violín eléctrico en una canción.
También dio un mini recital en el Parque de la Costa, asistió como
invitada a los programas de Susana Giménez y Georgina Barbarossa y fue
motivo de un especial de un canal local de cable que la entrevistó en un
bar de Boedo y recorriendo las calles del barrio porteño de La Boca.
Toda una oportunidad para acercarse a la dama y pedirle un autógrafo o
tomarse una foto junto a ella. Otra hecho importante de aquel año para
Vanessa fue la invitación que le hizo el director y arreglador George
Martin (ex productor de Los Beatles) para colaborar en un tema de un
disco homenaje que estaba grabando. La pieza en cuestion fue "Because"
y, gracias al inmenso talento de Vanessa, el álbum "In my Life" se lució
con una de las mejores versiones extra-Beatles de todos los tiempos. El
año 1999 no nos obsequió ningún nuevo disco de Vanessa-Mae. Sin
embargo, la violinista estuvo en actividad y volvió a experimentar el
arte de la actuación, esta vez en una película para televisión titulada
?Arabian Nights?, que produjo la cadena ABC TV Network y que se difundió
inicialmente el domingo 30 de abril. Ya en el 2000, tras un contrato
con la empresa automotriz Mercedes Benz, Vanessa compuso la pieza
titulada "The Power of C", que se estrenó en Alemania el 20 de marzo en
la ceremonia de presentación del nuevo modelo de Mercedes, el "Clase C".
Y volvió a mezclarse con los autos (esta vez de la marca Rover) cuando
le encomendaron interpretar con su violín eléctrico la obra para
"bocinas de autos, violín y orquesta" compuesta por Dave Stewart con
motivo del lanzamiento del "Modelo 75" de dicha automotriz. El concierto
tuvo lugar el 17 de junio en Londres, en un playón al aire libre donde
se apiñaron 75 automóviles marca Rover y 150 músicos. Un mes antes, el 6
de mayo, Vanessa deslumbró al distinguido público presente en el Royal
Albert Hall cuando interpretó su particular versión de Storm junto a
Vasko Vassilev y otro violinista, con motivo de la apertura de la
ceremonia de entrega de los premios "Classical Brit Awards". Esta
participación en la entrega del prestigioso galardón iba a ser la
primera de varias, y hoy en dia, Classical Brit Awards y vanessa-Mae son
casi sinónimos. No obstante estas notorias apariciones, el hecho mas
relevante de aquel año fue la desvinculación de la Sra. Pamela Nicholson
del entorno artístico de su hija.
Esto ocurrió justo un día antes del cumpleaños número 21 de Vanessa.
Los medios amarillistas dieron al suceso un tratamiento sensacionalista y
catastrófico sin ningún respeto por la difícil situación que Vanessa
estaba atravesando. Se suponía en un principio que la separación sería
estrictamente laboral, permaneciendo intactas las relaciones familiares.
Pero el tiempo demostró que la Sra. Nicholson no estaba dispuesta a
relacionarse con su hija de otro modo que no fuera el empresarial.
Vanessa-Mae ha hecho docenas de declaraciones a los medios sobre este
asunto y uno puede notar con claridad su frustración en cuanto a su
anhelo de poder tener una vida familiar independiente de su carrera. El
único y último encuentro laboral de Vanessa con su madre ocurrió un año
después en ocasión del lanzamiento de un nuevo disco. Fue en octubre de
2001 que se puso a la venta una recopilación de los tres primeros
discos de Vanessa, pero esta vez todos en un mismo y muy cuidado paquete
y bajo el sello de EMI Music: ?The Classical Collection ? Part I ? The
Early Years?, un título que da pie a futuras secuelas y que,
lamentablemente para nosotros los argentinos, no fue introducido por EMI
al mercado local. Tal como se explica mas arriba, en este disco aún
habían trabajado Vanessa y su madre, a pesar del año que transcurrió
entre aquel ?divorcio? empresarial y la puesta en venta del material
discográfico.
Apenas un mes mas tarde, otro sacudón iba a conmover los cimientos de la
empresa de Vanessa-Mae; por desacuerdos entre ella y su manager Mel
Bush, aparentemente por la vinculación de éste con el flamante cuarteto
femenino de cuerdas ?Bond?, la joven artista decidió que era buen
momento para terminar también aquella relación que se había prolongado
durante siete años. Así pues, no sin demandas judiciales de ambas
partes, Mel Bush se apartaba de la carrera de Vanessa-Mae para siempre.
Luego de probar suerte con otro manager, y luchando contra sus propias
dudas, necesidades personales, algunas presiones del entorno y muchas
ganas de quitar el pie del acelerador, Vanessa decidió que ya estaba lo
suficientemente madura como para prescindir de un manager. Así fue que
reunió a sus mejores colaboradores (sólo un puñado de personas) y fundó
su propia empresa a la cual llamó "Fretless". A partir de entonces, ella
fue su propio jefe, determinando qué tocar, cómo hacerlo, junto a
quién, cuándo y cuánto. Todos esos ítems habían estado hasta entonces
bajo decisión de sus managers, y ella ha reconocido que el vertiginoso
ritmo de trabajo que cumplía (léase más de trescientos conciertos al
año) no le estaba dejando tiempo para otras cosas, como por ejemplo
esquiar, estudiar...o tener un novio.
Finalmente, en mayo del 2001, el lanzamiento del álbum ?Subject to
Change? trajo una nueva imagen de nuestra artista: ritmos estrictamente
contemporáneos, con algunos aires étnicos y mucho sintetizador, además
de un nuevo y efectivo intento por introducirse en el mundo de la
canción. Tres temas llevan su voz; uno en inglés, otro en francés y un
último en castellano. Además, renovó el plantel creativo al incorporar
al compositor y productor Youth (quien ya había colaborado en los
arreglos de "Power of C" y "Devil's Trill") y agregó a su plantel de
violines el estilizado y transparente "Clear" fabricado en acrílico por
Ted Brewer. Este trabajo no se parece en nada a sus predecesores y
continúa en la senda de constante renovación que Vanessa se ha impuesto
en el costado pop de su carrera. El resultado es un disco sin
desperdicio, donde la variedad va de la mano con el buen gusto y la
refinación, cualidades estas a las que nuestra artista nos tiene
acostumbrados y que son su sello distintivo en todo lo que emprende.
Por supuesto, la llegada de este nuevo álbum dio paso a una sensacional
gira por toda Europa, llamada "Tour of Change", además de docenas de
actuaciones al margen de este tour, en especiales de TV, en conciertos a
beneficio, como artista invitada en conciertos de otros artistas,
etc. Hasta aquí, estrictamente en lo que a bajar el ritmo de trabajo se
refiere, Vanessa-Mae no ha logrado un cambio significativo. Y eso se
debe sencillamente al gran amor que siente por su trabajo y a la
absoluta entrega y dedicación que brinda a sus fans. Eso sí; ahora lo
hace a su entero gusto y como ella quiere. Así, lógicamente, aunque el
sacrificio sea grande, es proporcional a la satisfacción obtenida. A
pesar de lo apretado de su agenda, Vanessa se hizo un tiempo para grabar
un simple junto a la banda de DJ Sakin & Friends (el mismo grupo
con quien había colaborado con el tema "Reminiscing" para su álbum "Walk
on Fire" allá por 1999) El fruto de este nuevo encuentro entre V-M y DJ
Sakin no es otro que una versión vocalizada de Reminiscing, al cual
rebautizaron "I still can hear your voice" y en la que la letra es
interpretada por el vocalista de la banda, un tal JD. El año 2001 fue
también el año del amor para Vanessa-Mae. Por fin pudimos conocer al
afortunado poseedor de su corazón, el francés Lionel Catelan, hoy de 33
años, empresario de la industria vitivinícola e hijo del alcalde de Val
d'Isère. Como no podía ser de otra manera, se conocieron esquiando en
las románticas nieves de aquel paisaje francés.
En otro orden de cosas, Vanessa recibió un nuevo premio durante este
agitado año. La gente de MTV Asia decidió premiarla como "Mejor artista
Crossover del año", en una ceremonia que se celebró en Hong Kong.
El año 2002 comenzó, artísticamente hablando, en los EE UU de América.
Mas exactamente en Salt Lake City, la meca de los Mormones. Allí, el 7
de marzo se abrieron oficialmente los juegos "Paralympics" -las
olimpíadas para discapacitados- y fue Vanessa-Mae la encargada de
musicalizar la ceremonia, cosa que hizo majestuosamente interpretando
Storm. Al mes siguiente, tres conciertos en Brasil, como promoción de su
álbum "STC", nos hicieron ilusionar a todos sus fans latinoamericanos
con la posibilidad de visitas similares a nuestros países. Pero ello no
ocurrió. Los recitales en Sao Paulo y Río de Janeiro recibieron apenas
una tibia acogida por parte del público y los medios, mas afectos a
otros géneros musicales. No obstante, los fans brasileños de Vanessa
tuvieron una oportunidad única de ver a su artista y no la dejaron
escapar. Bien por ellos.
A mediados de año, un nuevo trabajo "fuera de casa" apareció en los
círculos vanessistas: el disco "Flow of Soul" del artista Takuro (cuyo
subtítulo es 'Takuro meets Vanessa-Mae') traía arreglos de V-M en la
sección de cuerdas de todos sus temas y un track muy bonito -Francis
Elena- en el que Vanessa se luce como solista.
Para ir cerrando el año 2002, V-M y su oficina Fretless prepararon un
cóctel de tres ingredientes y éxito seguro: nuevo disco, información
fresca y confiable para sus seguidores (echando un poco de luz sobre
algunos asuntos que se venían arrastrando hacía ya algún tiempo) y una
gira de promoción. El disco en cuestión fue "The Best of Vanessa-Mae",
un 'Grandes Éxitos' que intentaba resumir en un puñado de temas bien
elegidos la fantástica carrera musical de su intérprete. La gira
anunciada (The best of Tour) fue breve y enfocada exclusivamente en el
mercado del Lejano Oriente: Cuatro conciertos en Hong Kong, Singapur,
Malasia y Tailandia se llevaron a cabo en un ámbito que puede
considerarse -en todo sentido- las antípodas de lo que sucede en
Sudamérica; En estos remotos países de culturas milenarias y lenguajes
ininteligibles, Vanessa-Mae es realmente grande y sus actuaciones en
vivo suelen ser aguardadas con mucha expectación. Existe un feedback
único entre ella y el público oriental que la transformó en una especie
de "hijo pródigo" de Oriente y le otorgó, con sus halagos, su apoyo
incondicional y su afecto, una suerte de "multi-nacionalidad" esteña, a
pesar de que ella haya nacido "sólo" en Singapur.
También por esos días de conciertos en el sureste asiático, Vanessa dijo
que: se suspendía la publicación de su libro autobiográfico por tiempo
indefinido; que no iba a fusionar nunca mas clásicos y pop, sino que
seguiría cultivando estos géneros por separado; que comenzaría a grabar
un disco clásico de Tchaikovsky en la primavera (europea) de 2003; y que
su próximo álbum pop aparecería recién en 2004. Acerca del fuerte rumor
que indicaba que las relaciones con EMI estaban a punto de estallar, se
excusó de dar detalles.
A principios de 2003, Vanessa-Mae apareció sorpresivamente para sus
fans, en los créditos de un álbum virtual del cantante y tecladista
Prince: "Expectation". Éste incluía cuatro tracks en los que colaboraba
V-M aunando su violín eléctrico al saxo de la holandesa Candy Dulfer,
en un estilo inusual de jazz experimental. Desafortunadamente, este
trabajo de Prince no se puso a la venta, ya que su única razón de ser
era ser distribuído entre los miembros del fans club del tecladista a
través de Internet. No obstante, no queda a esta altura ningun buen fan
vanessista que se precie de tal, que no tenga este "disco" en su PC.
Tambien en 2003 Vanessa participó en la entrega de los premios Classical
Brit awards, siendo la elegida para entregar la estatuilla
correspondiente al rubro "artista clásico más vendedor del año". El
premiado fue el señor Andrea Boccelli y el instante de la entrega del
reconocimiento fue una magnífica oportunidad de ver juntos a dos
verdaderos monstruos de la música internacional.
Entre 2003 y toda la primera mitad de 2004, Vanessa tuvo que lidiar con
el acoso de un médico demente de 50 años que merodeaba su casa
insistentemente, dejándole cartas en cantidades exageradas, llegando a
convertirse en un auténtico riesgo para la vida de la artista. La
policía local actuó con celeridad y logró detenerlo un dia en que el
desquiciado portaba un montón de cartas para ella y un puñal.
Lamentablemente, la justicia fue demasiado blanda con el detenido,
enviándolo a prisión primero, y luego beneficiándolo con una libertad
bajo palabra, imponiéndole apenas la orden de no acercarse a la casa de
la violinista, además de una multa en dinero y la amenaza de ir a
prisión efectivamente si violaba aquella restricción. Como era de
suponer, el doctor no pudo con su locura y volvió a las andadas, siendo
detenido nuevamente. Hasta hoy no estoy muy seguro de qué han hecho los
jueces con este peligroso sujeto.
En lo profesional, lo mas relevante del año 2004 ha sido, primero, el
alejamiento definitivo de las filas de EMI, y el alistamientos a las
huestes de SONY. Lo segundo, y directamente ligado a lo anterior, fue el
lanzamiento en septiembre, de su novísimo disco "Choreography", un
revolucionario trabajo en el cual Vanessa se reinventa a si misma,
interpretando obras compuestas (a excepción de una) exclusivamente para
ella por reconocidos autores europeos y asiáticos: Tolga Kashif,
Vangelis, Walter Taieb, Jon Cohen, Bill Whelan y A R Rahman. El disco es
una atrevida recorrida por diferentes ritmos de danza de distintas
partes del mundo, aunque la obra toda tiene un innegable tinte indio y
medio oriental. Hay desde un bolero, al estilo del famoso Raveliano,
hasta un tango y una pieza con aires cubanos, además de un minueto de
Handel. Este trabajo discográfico de tan solo 10 temas, aun no ha sido
puesto a la venta en Argentina. Sin embargo, puede comprarse
tranquilamente en Mexico y en España, además de en la mayoría de los
demás países europeos. SONY anunció el lanzamiento en los EE UU para
principios de 2005. Quizás Argentina entre en esta estapa de la
distribución de Choreography. Tambien se debe recordar que Vanessa-Mae
se ha visto, una vez mas, vinculada con los premios "Classical Brit
Awards", teniendo el gigantesco honor de musicalizar la apertura de la
ceremonia. En esta oportunidad, el público presente fue deleitado con
una magistral interpretación de "Sabre Dance", primer track de su nuevo
álbum.
Tanto aquella muy inusual (en cuanto a estilo) colaboración con Prince,
como esta nueva y radical aventura que significa "Choreography", habla
claramente de la concreción de aquella apertura en su ideología musical
anunciada hace varios años cuando rompió el lazo que la ataba a su madre
y, por extensión, a las ideas de aquella. Creo sinceramente que, el
roce con artistas de vertientes culturales tan diversas redundará en un
creciente enriquecimiento de su patrimonio musical y, por supuesto, en
una mejora en la calidad de su composición, además de ensanchar su
audiencia hacia gente de gustos musicales mas variados. Para su
beneficio y el de todos los que la apreciamos.
Fuente: http://www.vanessa-mae.com.ar/index.cgi?biografia
http://www.poesiagt.com
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