Revista Cine
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Jorge Luis Borges / El mar
El agua resbala por la nalgas y la cintura de un modo tan natural que no es difícil estar alegre, bien lo dice Francisco Massiani en Piedra de mar: es absolutamente fácil ser feliz en la playa. A María Eugenia lo que mas le gusta de estar allí, es hundir los dedos de los pies en la arena, uno a uno bajo el sol y con la brisa del mar en la punta de la nariz. Ella acostumbra ir los domingos, al igual que muchos otros turistas asiduos al Litoral.
Quizás María Eugenia busca la felicidad inmediata, esa que dice Massiani se siente en la playa. Quizás es por eso que, Vargas recibe tantos visitantes al año, no hablemos de cifras, pero las colas en los feriados son elocuentes. Vargas es el destino turístico más económico para la mayoría que vive en Caracas y sus alrededores.
La Guaira tiene el mar, el agua salada de la playa, la arena bajo los pies, la alegría de la brisa y los amigos, donde se refugian muchos cuando escapan de la rutina. Ir a la playa los domingos es una costumbre y una aventura que deciden emprender un sinnúmero de personas cada fin de semana, digo aventura porque en eso puede llegar a convertirse: inseguridad, transporte público catastrófico, colas. Sin embargo se asumen los riesgos, no solo de pan vive el hombre, también necesitas flores para activar la circulación de la vida con mayúscula, la vida de verdad, no solamente aquella de sobrevivencia cotidiana.
Para los habitantes de Vargas, quizás el mar no tiene el mismo significado que para los foráneos, me di cuenta cuando me mude que no ver el mar, significó un cambio en mi vida. Cuando viví en La Guaira frente al puerto a veces no lo notaba, pero cuando deje de topármelo, comencé a pensar en él. Quizás eso le sucede a los turistas que llegan a la región cada fin de semana, no siendo cotidiano ese paisaje se les antoja mucho mas atractivo. Pero… ¿también sucederá que a los varguenses el mar se les pasa de largo, inadvertido, ausente?
Vargas tiene el mar, palmeras, brisa, inherentes a su paisaje, pero ¿esta siendo cuidado lo suficiente? ¿Es el mar un paradigma que enaltecemos como habitantes de la región? Hay países como Bolivia donde no hay playas, en cambio en Venezuela lo que sobra es el marco azul del océano. En Vargas podríamos tener un epicentro del Turismo, hacerlo mucho más rico: ¿nos hemos dado cuenta de ello?
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Jorge Luis Borges / El mar
El agua resbala por la nalgas y la cintura de un modo tan natural que no es difícil estar alegre, bien lo dice Francisco Massiani en Piedra de mar: es absolutamente fácil ser feliz en la playa. A María Eugenia lo que mas le gusta de estar allí, es hundir los dedos de los pies en la arena, uno a uno bajo el sol y con la brisa del mar en la punta de la nariz. Ella acostumbra ir los domingos, al igual que muchos otros turistas asiduos al Litoral.
Quizás María Eugenia busca la felicidad inmediata, esa que dice Massiani se siente en la playa. Quizás es por eso que, Vargas recibe tantos visitantes al año, no hablemos de cifras, pero las colas en los feriados son elocuentes. Vargas es el destino turístico más económico para la mayoría que vive en Caracas y sus alrededores.
La Guaira tiene el mar, el agua salada de la playa, la arena bajo los pies, la alegría de la brisa y los amigos, donde se refugian muchos cuando escapan de la rutina. Ir a la playa los domingos es una costumbre y una aventura que deciden emprender un sinnúmero de personas cada fin de semana, digo aventura porque en eso puede llegar a convertirse: inseguridad, transporte público catastrófico, colas. Sin embargo se asumen los riesgos, no solo de pan vive el hombre, también necesitas flores para activar la circulación de la vida con mayúscula, la vida de verdad, no solamente aquella de sobrevivencia cotidiana.
Para los habitantes de Vargas, quizás el mar no tiene el mismo significado que para los foráneos, me di cuenta cuando me mude que no ver el mar, significó un cambio en mi vida. Cuando viví en La Guaira frente al puerto a veces no lo notaba, pero cuando deje de topármelo, comencé a pensar en él. Quizás eso le sucede a los turistas que llegan a la región cada fin de semana, no siendo cotidiano ese paisaje se les antoja mucho mas atractivo. Pero… ¿también sucederá que a los varguenses el mar se les pasa de largo, inadvertido, ausente?
Vargas tiene el mar, palmeras, brisa, inherentes a su paisaje, pero ¿esta siendo cuidado lo suficiente? ¿Es el mar un paradigma que enaltecemos como habitantes de la región? Hay países como Bolivia donde no hay playas, en cambio en Venezuela lo que sobra es el marco azul del océano. En Vargas podríamos tener un epicentro del Turismo, hacerlo mucho más rico: ¿nos hemos dado cuenta de ello?