Vehementísmo

De vez en cuando promociono yo por aquí alguna cosa, como tú en tu vida cotidiana cuando recomiendas una película, una serie, un restaurante, un libro… ojalá lo hagas, ojalá estés en condiciones de hacerlo por lo menos. Como hace unos meses cuando hablé bastante bien de la pagina web de una amiga, viajamor.wordpress.com cuyos contenidos llamaron mi atención y ahí siguen, todavía me gustan. Más los de su primera época debo decir, tan etéreos, luego, desde mi punto de vista, giró la escritora, siempre con gran intensidad, hacia otras inquietudes y experiencias más terrenas para callarse casi por completo desde hace un par de meses

Qué tendrá eso de malo es lo que quiero someter a vuestro criterio. Somos cíclicos, ciclotímicos, duales, bipolares todos en alguna medida. Vamos y venimos, hablando, gritando o en silencio. Se me ocurre que como, pese a lo que nos pueda parecer, el circuito vital es tan reducido algo hay que hacer por el camino. Días de 24 horas, semanas, meses, las estaciones y vuelta a empezar. Casados, solteros, con el mismo grupo de amigos, dedicándonos a lo mismo. Es difícil cambiar a ciertas edades y la vida termina imitándose a si misma, u a otras, la mayor parte del tiempo (imatándose había escrito y he estado a punto de dejarlo). 
No será malo si los cambios los decide —o los integra— uno y no los demás o las circunstancias unilateralmente; un accidente, una pérdida, un despido, una crisis económica mundial, una enfermedad, un divorcio, una abducción, un desencanto o una pelea… hasta un cambio en la orientación sexual en el sentido que llevabas o ¡en sentido opuesto!, conozco casos.
¿Cuántos cambios estaremos autorizados a hacer sin levantar sospechas?, sospechas de qué, pensarás, pues de estar completamente perdidos, joder. Ahora mi amiga, vehementísima defensora del amor libre, de la experimentación y el desapego… encuentra o es encontrada por una especie de gurú, cambia de casa, de isla, de costumbres y hasta de ideología (?). Cuánto le durará esta fiebre, si es fiebre, que a lo mejor ha encontrado al amor de su vida, del que tanto abominaba hace un cuarto de hora, y se le ha quitado de golpe el frío que le hacia buscar cobijo en cualquier regazo. En todo caso ya no nos habla de ello en su blog de lo arrebatada que está. Yo me alegro si eso le hace feliz, ella sabrá. Este giro vital le ha vuelto de espaldas a muchos de los que la observábamos antes o la ha empujado hacia dependencias de su ser harto más íntimas. 
Perfecto derecho tiene, ya volverá y nos lo contará arrepentida, escarmentada o feliz. Ya veremos,  mucho mejor lo último, y a ver si nos convence o nos interesa siquiera… Lo ideal será que nos pille a la mayoría en algún emocionante y propio episodio vital.
No prestaré demasiada atención a quien se contradiga fácilmente.
Pero puedo cambiar de opinión.