![Veinte minutos para escribir Veinte minutos para escribir](http://m1.paperblog.com/i/34/347300/veinte-minutos-escribir-L-DKAJhB.jpeg)
"No tengo tiempo para escribir". Buena excusa. O eso creo a veces. No hay tiempo. En cuanto me sienta y logre parir tres líneas, me tendré que levantar de la silla, me digo.
La frasecita colaba hasta que conocí a Elizabeth Kostova, autora de La historiadora, un debut novelístico con el que incendió las listas de ventas en todo el mundo. A la primera. Pero después de diez años de ponerse frente al teclado e hilar, letra con letra, frase con frase, un libro cocinado a fuego lento.
Ése es el secreto. Dejar que las historias se horneen poquito a poco. A su amor, como dicen por el sur. Veinte minutos cada día dedicaba ella. Aunque sólo fuera eso. Después de una jornada de clases en la universidad, de atender a sus hijos, de mantener a raya la intendencia de la casa. Después de todo, veinte minutos. Y no como obligación, sino como oasis. Como relax. Como esa parcela sólo tuya que moldeas a tu antojo y en la que eres tú misma. En la que entra quien tú quieres, como tú quieres y hasta cuando tú quieres.
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Os dejo un enlace donde podéis ver toda la entrevista que mantuve con ella con motivo de la publicación de su nueva novela, El rapto del cisne, una trama histórica en la que una pintora impresionista sirve de nexo de unión entre el pasado y el presente.
Kostova, a su modo, también pinta. No usa pinceles, sino teclas. Y confiesa que la cuestión la excita. Quizá sea porque la palabra tiene un poder mágico de recreación. Porque acaricia y hiere al mismo tiempo. Será por eso que tan poca gente sabe usarlas. Las palabras, digo.