La ministra de Relaciones Interiores, Justicia y Paz Carmen Meléndez llamó, este domingo 11 de enero, a los venezolanos trabajar por la paz y rechazó las acciones de grupos violentos que intentan desestabilizar el país.
"Manifestamos nuestro total rechazo a los grupos generadores de violencia. Quienes lo han intentado, detenidos están. ¡Todos por la paz!", escribió la titular en su cuenta en Twitter, informó PL.
Asimismo, dijo que el abordaje integral de la seguridad en las comunidades permitirá fortalecer este año el Plan de Paz y Convivencia.
En ese sentido, la prevención será punta de lanza del gobierno venezolano en 2015 y se realizará un despliegue por todo el territorio con un programa especial en el cual está presente el deporte y la cultura, explicó.
Por su parte, desde su gira por el Medio Oriente, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, alertó que sectores oligárquicos tienden una "nueva emboscada" en la nación suramericana, pero el Gobierno está respondiendo para garantizar el derecho a la paz, la alimentación y el respeto a las garantías fundamentales.
Vamos a dar lecciones de conciencia a los violentos, dijo y exhortó a la unión nacional para el trabajo, la tranquilidad y la productividad.
Desde inicios de este año, las autoridades venezolanas advierten que grupos de la derecha intentan generar una matriz de opinión negativa, difunden noticias sobre desabastecimiento general y convocan a acciones violentas por medio de las redes sociales.
Este fin de semana se reportaron algunos disturbios para dañar la tranquilidad ciudadana en el este del Distrito Capital y en el estado fronterizo de Táchira, que ya fueron controlados por fuerzas de seguridad.
Mientras, en la madrugada de este sábado un grupo de personas lanzó artefactos explosivos en las instalaciones de una sede de la Cantv (de teléfonos e internet) en el estado de Bolívar y quemaron camionetas allí estacionadas.
El Ministerio Público investiga esos actos vandálicos para encontrar y juzgar a los responsables.
A inicios de 2014, las denominadas guarimbas (disturbios), provocadas por la derecha con apoyo extranjero, dejaron un saldo de 43 víctimas mortales y más de 800 heridos, además de importantes pérdidas económicas.