Venezuela hace historia

Hay que quemar todos los papeles, diccionarios y explicaciones del fútbol. Antes no bastaba con defenderse un poco, contragolpear el resto y rezar a Dios. Ahora parece que sí, porque tanto ayer y hoy en el primer turno como Venezuela por la noche ganaron sin imponerse.

La Vinotinto ya estaba prácticamente conforme tras su primera ronda extraordinaria. Le empató a Brasil y a Paraguay, le ganó a Ecuador y no terminó primero del grupo por un pelito. El orden y la salida rápida fueron sus fundamentos. Hoy hizo culto a esas virtudes y durante los primeros 45 controló a Chile sin problemas. El inteligente planteo del equipo de Farías y los problemas físicos del país trasandino fueron un cocktail explosivo difícil de reponer en treinta minutos.

Con la pelota pero sin claridad, Chile sufrió. Vidal por izquierda no iba hasta el fondo ni reemplazaba a Beausejour con el mismo efecto, Alexis se encontraba cerrado entre las dos líneas de cuatro y el doble cinco vinotino entre Lucena y Rincón manejaba el partido. Lo único discutible a Farías, tal vez sea la no inclusión desde el arranque de Rondón, quien en el rato que estuvo y ante Paraguay inclusive, demostró ser mucho más que Giancarlo Maldonado. El premio a tanto esfuerzo llegó a los 35 con una jugada aislada, un “nucazo” de Vizcarrondo y un 1-0 que el conjunto de Borghi no tenía argumentos para discutir.

El ingreso de Valdivia fue un volver a empezar para la Roja. En doce minutos ya había generado tres acciones clarísimas. Un travesaño de Suazo, otro del propio Valdivia y un cabezazo de Isla a contrapierna de Renny Vega, que a duras penas sacó el defensor en la línea.

Era un aluvión chileno. A ese equipo ofensivo se sumó el ingreso de Estaban Paredes para terminar con un casi 2-3-2-3. Luis Jiménez por izquierda parecía reposicionarse, Alexis empezaba a hacer de las suyas y Suazo encontró el gol. Medel estuvo más despierto que todos y en una acción de fútbol amateur, ganó el lateral porque tomó la pelota más rápido. De ahí llegó el desborde de Alexis Sánchez y el pase atrás para Humberto Suazo, la fórmula que no suele fallar. Chupete le pegó arriba, la pelota dio en el travesaño, picó adentro y significó un empate muy merecido que parecía llegar con el segundo gol adjunto.

Pero no fue así. Chile parece ser un equipo de papi fútbol. En el bueno y en el mal sentido. Bueno porque toca hasta en las dos áreas, maneja el tamaño de la cancha a su deseo y es dueño del partido y malo porque tiene errores tontos, se complica con estupideces y le hacen goles de nada.

Arango y un tiro libre venenoso faltando diez minutos fue el factor para que apareciera Cichero capturando un pésimo rebote al medio de Claudio Bravo y gritar el segundo gol de la Vinotinto. La primera vez en la historia que el país bolivariano gana dos partidos en una Copa América.

En los últimos minutos pasó de todo. Alexis casi la mete de zurda, Suazo con un débil remate exigió la respuesta de Vega que luego se lució para la aparición de Vidal. Del otro lado no fue menos, Rondón mano a mano, Seijas desde afuera y corridas que intentaban consumir el tiempo pudieron ampliar el marcador. Ya había sido expulsado Medel por cortar una contra con la mano.

En la última del partido, el árbitro Vera, de desastroso rendimiento (debió expulsar a Contreras, anuló mal un gol a Chile en el final, entre otros), expulsó a Rincón de manera directa por un una infracción que no merecía tal sanción. En ese centro frontal, el arquero Vega se quedó con la pelota y una vez más se convirtió en héroe.

Se alinearon todos los planetas y le dieron un bombazo al fútbol. Algunos orgullosos por la igualdad, otros dolidos porque ya no se sabe cómo ganar. De lo que sí están todos seguros, es que lo de Venezuela es histórico.