Revista Cultura y Ocio

Venezuela parece un desvarío onírico de Beckett

Publicado el 14 octubre 2014 por Blog De Golcar Golcar Rojas @golcar1

Venezuela parece un desvarío onírico de Beckett

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Requisitos para sacar constancia de residencia

Yo es que ya no sé si lo que estamos viviendo los venezolanos es un enrevesado e interminable capítulo inédito de una novela de Kafka o si se trata de una pesadilla mía y que cuando despierte me daré cuenta de que estoy en diciembre de 1991, en pleno segundo gobierno de CAP, y el mal sueño no ha sido más que el resultado de los traumáticos ocho días que acabo de pasar en La Habana, sufriendo por la triste realidad que viven los hermanos cubanos a quienes se les va la vida entre burocracia, colas y escasez y soñando con la posibilidad de salir un día de la isla.

Pretendí ir al banco a abrir una cuenta corriente, para lo cual pregunté en Banesco cuáles son los requisitos para “aperturar” el instrumento bancario:

Los requisitos son, me dice un amigo, recibo de luz a tu nombre -ya empezamos mal, pienso, porque no tengo recibo de ningún servicio que llegue a mi nombre-.
El amigo de Banesco prosigue:
2 referencias personales con direccion y teléfono fijo de quien firma la referencia y copia de su  cédula de identidad -fácil, lo resuelvo con los vecinos-.
Continúa:
Referencia bancaria, si tienes.
Carta de residencia otorgada por la prefectura de tu parroquia, si no tienes ningún  recibo de servicios a tu nombre. -Esto ya me olió peor. Yo sé lo que es intentar sacar un documento en ese tipo de instituciones del Estado.
Pero ¡mantengamos el optimismo!
Copia de la cédula, -fácil, siempre que en el centro de copiado tengan papel y tonner para la fotocopiadora.

Con mi optimismo incólume,  me paré temprano y me fui a la prefectura para ver qué se necesita para sacar una carta de residencia que diga que yo vivo donde vivo y no que soy un vivo que dice que vive donde no vive para estafar y delinquir. Que en “revolución” todos somos sospechosos y tenemos que, varias veces al día, demostrar que somos decentes y no vulgares delincuentes, choros.

Afuera de la prefectura las habituales colas de gente para hacer diferentes trámites. Lo normal. Nada que a estas alturas del Socialismo del Siglo XXI asombre a nadie.

Pregunto qué hacer para sacar la bendita carta y me dicen que pase a una oficina y pregunte por Isabel.

El espacio es un rectángulo de unos 25 metros cuadrados con 4 escritorios y, contando a vuelo de pájaros, unos 6 empleados. Hay como 4 personas haciendo diligencias y detrás de los trabajadores se atiborran en el piso cajas con carpetas que llegan al techo. Pregunto por Isabel y esta me da un papelito con los requisitos para sacar la carta de residencia.
A saber:

1) Original y copia de la cédula de identidad.
2) Original y copia del Rif (Registro de Identificación Fiscal) actualizado.
3) Constancia de residencia emitida por el consejo comunal, condominio, dependiendo del caso.
4) Original y copia del contrato de arrendamiento debidamente revisado por la Superintendencia Nacional de Arrendamiento de Vivienda cuando el solicitante habite un inmueble en condición de arrendamiento y/o autenticado.
5) Original y copia del pago correspondiente a un servicio domiciliario, tales como electricidad, aseo, Hidrolago, gas, Cantv (del mes anterior a la solicitud)
6) Venir con dos testigos venezolanos con copias de cédulas que no sean familiares.
7) Si el solicitante de la constancia no tiene ningún servicio a su nombre debe traer una autorización y copia de cédula del dueño del inmueble.
8) Los recaudos aquí exigidos deberán ser consignados en su totalidad por el solicitante de acuerdo al caso en una carpeta marrón tipo oficio y sobre manila tamaño oficio, quedando estrictamente prohibida la tramitación de solicitudes cuando falle alguno de los requisitos.
NOTA: TODAS LAS DIRECCIONES DEL RIF, ELECTRICIDAD, CONSEJO COMUNAL O CONDOMINIO TIENEN QUE ESTAR IGUALES y correo electrónico del solicitante.

¿Ya pararon de reírse?  Yo todavía no.

Río por la rabia que tengo, porque a veces, si tengo esta ira y no me río, me provoca es buscar un cañón de futuro y salir a matar canallas, como diría el amigo Silvio.

Río porque en el 2011 fui al Bank of América de Boston y con mi pasaporte y 100 dólares pude abrir en 10 minutos mi cuenta bancaria.

Río, porque, sin ir tan lejos ni en un país del primer mundo, mi sobrina Astrid, en Uruguay, recién llegada y como inmigrante, para abrir su cuenta bancaria solo necesitó fotocopia de la cedula -documento que obtuvo con facilidad y sin traumas-, constancia de domicilio -que no es más que un recibo de servicio de la vivienda donde habita sin importar a nombre de quién esté ese recibo- y fotocopia del recibo del sueldo. Más nada. Sin desconfianza. Sin que sospechasen de ella. Sin tener que demostrar que ella no es una delincuente ni una estafadora, porque en los países donde las personas son tratadas como ciudadanos todo el mundo es inocente, decente, honrado, hasta que se demuestre lo contrario.

¡Me rindo!
No abriré la cuenta bancaria.
No tengo suficiente fuerza de espíritu para intentarlo.

Cómo quisiera que en efecto esto no fuese más que una angustiosa pesadilla. Que a las 6 y media de la mañana suene el despertador y me despierte sudoroso y con taquicardia pero en un país serio, en una Venezuela que me trate como persona, como ciudadano y no en esta república bananera y kafkiana que parece un desvarío onírico de Beckett, en donde abrir una cuenta bancaria o comprar un litro de aceite de maíz es una inenarrable proeza.

Golcar Rojas

Posted in Bancos, Carta de residencia, Cotidianidad, Crónica, Cuba, Humor, Maracaibo, Política, Socialismo, Socialismo en Venezuela, Uncategorized, Venezuela and tagged Bancos, burocracia, Carta de residencia, Crónica, Socialismo, venezuela

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