Nicolás Maduro comparececió ante la Asamblea Nacional en el tradicional Memoria y Cuenta, una especie de debate del estado de la nación. Y lo hizo en el peor momento posible: con la nación convulsionada por la violencia, sin pan en las panaderías y sin papel prensa en las rotativas.
"Invito a todo el pueblo a acompañarme", indicó el presidente. Compañía que pareciera necesaria cuando la narrativa revolucionaria insiste en que "el enemigo de la patria no descansa, detrás del sueño de provocar desgaste, desmoralización, fisura y daños a la unión moral y cohesión de nuestra fuerza armada bolivariana".
El mandatario anuncia medidas económicas "especiales", lo que ha suscitado de nuevo los rumores de la inmediata devaluación del anoréxico bolívar. Y a fe que hacen falta: con el dólar negro a 68,69 bolívares (el cambio oficial está fijado en 6,30), la gran mayoría de las panaderías mantiene sus estanterías vacías, y como mucho vende algunos panes por comprador.
"La situación es crítica", anunció la patronal del sector. La crisis de desabastecimiento llega hasta el millón de sacos -bolsas de 40 kg- de harina de trigo. La escasez del sector oscila entre el 30% y el 40%.
Un recorrido por varios establecimientos de Caracas confirma las cifras. "No hay harina y gran parte de la que tenemos la empleamos en la venta de pastelería y otros productos. Y lo peor es que no sabemos cuándo se normalizará la distribución", se queja Roberto R., socio de una panadería portuguesa de Santa Mónica.
Un conflicto laboral en Molinos Nacionales, expropiado por el gobierno hace cuatro años, y las vacaciones navideñas forzaron a los panaderos a emplear sus reservas. La situación es de tal calibre que el gobierno se ha visto obligado a importar 100.000 sacos de harina desde Colombia.
En el estado de Vargas, vecino a Caracas, el gobernador chavista distribuyó 600 sacos para paliar la crisis. Porque si la situación es grave en Caracas, en varios estados del interior se torna crítica.
En Coro las tiendas tienen bajas sus cortinas metálicas, en Táchira (frontera con Colombia) los panaderos se lanzan a la calle a protestar, en Margarita ya no se produce pastelería...
Si las panaderías sufren, los periódicos lloran su suerte. "Desde mayo del año pasado no recibimos nada de papel, estábamos trabajando con el inventario, pero ya sólo nos queda material para un mes de impresión", denunció Miguel Henrique Otero, editor de El Nacional, uno de los grandes diarios del país.
Unos 70 medios escritos no reciben divisas desde mediados de 2013. Y es el gobierno, a través de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), quien se encarga de asfixiarlos.
Dado el control de cambio impuesto por Hugo Chávez hace una década, las empresas se ven en la obligación de solicitar dólares para importar papel. Pero Cadivi no se los otorga.
"Si seguimos sin recibir divisas, tendremos un país sin periódicos como nunca se vio en el mundo, un país petrolero y sin periódicos. Estamos en una situación crítica", se lamentó Otero.
El Impulso de Barquisimeto, decano de la prensa venezolana con 110 años de vida pública, anunció su cierre para el 1° de febrero si el gobierno continúa con su asfixia sobre el sector.
"Es público y notorio que los diarios afectos al gobierno importaron sin ningún tipo de limitante, lo que demuestra una abierta discriminación para callar las voces independientes que no se arrodillan al actual régimen", denunció el presidente de la editorial, Carlos Eduardo Carmona
La escasez de papel periódico en Venezuela amenaza con sacar de circulación, en las próximas semanas, a importantes diarios del país: El Nacional, de Caracas, dispone de provisiones de papel para un mes, mientras que El Universal, otro de los grandes, solo tiene papel para mes y medio.
Una situación más crítica la enfrentan los diarios regionales El Impulso y Correo del Caroní, que solo tienen papel para dos semanas. Así lo explicó a este diario David Natera, director del último y presidente del Bloque de Prensa Venezolano. Su denuncia: el desinterés y el silencio del Gobierno frente al tema y las pocas salidas que le quedan a la prensa de su país.
¿Cómo ha afectado al Correo de Caroní el desabastecimiento de papel?
"Este es un periódico de cuatro cuerpos que ahora está reducido a uno. Esta reducción la hicimos para tratar de llegar a fin de mes. Nuestra prioridad es no bajar la circulación y tratar de mantener el mensaje. Hay medios de comunicación que, incluso, han bajado la circulación en vez de su tamaño".
¿Los diarios afines al Gobierno están pasando por la misma situación?
"Hay un diario llamado Vea, un periódico del partido de Gobierno, que publicó una nota con información de que iban a bajar sus páginas por falta de papel. Pero, por ejemplo, en mi región, Guayana, el periódico del gobernador continúa con igual número de páginas"
¿Qué va a hacer el Correo de Caroní una vez se acabe el papel?
"Continuaremos por la página web, con muchas sospechas por los controles del Gobierno en Internet. El año pasado hackearon la página del Correo del Caroní durante un mes, cuando denunciamos la corrupción en Guayana, la región industrial más importante del país".
¿Habrá despidos de periodistas?
"Los editores estamos todos claros en que resistiremos hasta lo último. El patrimonio principal de un diario es la inteligencia periodística"