Revista Opinión

Venga ya, hombre – tú lo que quieres es drogarte

Publicado el 09 junio 2014 por Liberal

Por lo general, soy un hombre (que lo afirmen por favor todos los que me conocen personalmente) bastante tolerante, flemático y poco dado al sensacionalismo. Pero hay cosas que me chocan muchísimo y una de ellas es la insinceridad. Tú podrás llamarme borde o maleducado, pero soy franco, quizá tan franco que me cuesta amistades en muchas ocasiones o incluso las pierdo. Pero prefiero estar solo antes que en compañía sin poder decir lo que pienso. Si pienso que estás gordo, te lo diré. Si pienso que eres homosexual, te lo diré. Te diré, a mí me pareces homosexual. ¿Y si lo eres, en qué te molesta? ¿Acaso es delito? Si pienso que no eres 100% de raza blanca por tus rasgos, te lo digo (¿acaso tiene algo de malo no ser blanco?) Si pienso que tu ropa no te queda bien, te lo digo. Mucha gente se siente mal y me retira la palabra por eso. Pero a mí, de verdad, me resbala. A mucha gente le molesta un montón cuando ven mi indiferencia después de que me retiren la palabra pero es que yo no nací para darte placer sino para ser libre. Si hay algo que caracteriza a los liberales es que somos tan individualistas, que preferimos estar solos antes que mal acompañados. Incluso en España, nuestro país que es bastante social y está mal visto ir solo a comer, yo muchas veces optaba por comer solo para evitar estar con gente que no me caía bien. ¿Para qué amargarme la comida discutiendo y llegando hasta extremos de querer pegarnos? No tiene sentido. Y esto es igualmente aplicable a parejas. Yo no le aguanto tonterías a ninguna mujer. No lo aguanto. Me gustan las mujeres, no soy homosexual, pero también valoro mi libertad y la actitud de no pocas mujeres (de cualquier nacionalidad) me choca. Me choca que algunas se crean que su novio o marido es su propiedad personal, me choca que se sientan victimas de los “machos” si le pedimos que nos sirvan un plato de comida y nos atiendan. No hija, véte al infierno. Si yo te pido eso no es porque “las mujeres deben fregar y limpiar” sino porque eso es más cómodo para mí y una de las pocas razones que hacen que para mí tener una relación merezca la pena – al igual que hay otros hombres que solo buscan una chica modelo, otros buscan otras cualidades. Porque en caso contrario, tener pareja es engorroso, te impone muchas obligaciones y casi ninguna buena. Y si tengo que aguantar tus gritos e histeria porque no te gusta mi actitud “tradicional”, tranquila que yo NO necesito tu atención y prefiero mil veces hacerme yo las cosas si eso significa no aguantarte o ver tu cara larga o que me digas “no, no, hoy no puedes beber ni salir”. ¿Qué te has creído, que eres mi tutora? NO.

¿Y a qué viene toda esta diatriba?

Resulta que ni tú ni nadie puede votar sobre la ciencia. La ciencia no es “democrática”.

En el ámbito de la ciencia y la medicina, descubrimos, no dictamos.

Al parecer, los “progres” (que no los amantes del verdadero progreso liberal) parecen no entender.

¿De qué hablo? De esa manía ahora en EEUU de querer justificar legalizar la marihuana “por motivos médicos”. En el estado de Nueva York se está debatiendo una ley que se llama la “Ley de Compasión” (Compassionate Care Act. ¿Compasión? Esto es más bien sobre querer colocarse. Como se acerca el fin de la sesión legislativa por el verano (sí sí, los golfos en EEUU también les gusta mucha las vacaciones como a los politicuchos españoles — ya os decía que esto no es ningún paraíso liberal), ahora los “lobbys” de los drogatas están presionando para aprobar la ley.

Los drogatas se enfadaron hace unos días cuando el gobernador Andrew Cuomo anunció que había iniciado los trámites para comprar un derivado quíimico de la marihuana para probar sus efectos en los jóvenes que sufren ataques de epilepsia. Eso molestó mucho a los yonkis porque lo consideraron demasiado estrecho en tanto a las cantidades de marihuana que iban a utilizar y la enfermedad que iban a tratar.

En vez de un derivado y una enfermedad, quieren que la marihuana se aplique en todo tipo de enfermedades, desde la diabetes hasta cualquier náusea.

Quieren que el estado declare la marihuana como sustancia legal y autoricen tratamientos con ella para todo tipo de dificultades médicas.

Pero aquí es donde interfiere la ciencia.

Y ahí es donde su ignorancia y arrogancia les aplasta.

Porque, por mucho que lo digan en sus peticiones “online”, la marihuana NO ES MÉDICA. Y no determinamos la eficacia de una medicina con un voto popular, en su mayoría además de gente colgada o drogada. Todo el mundo puede creer que el agua “bendita” católica te limpia de pecados, pero por mucha agua “bendita” que uses para empapar tu grasienta y sudada frente de papista ridículo, seguirás siendo un pecador repugnante ante los ojos de Dios.

De igual manera, tu deseo legislativo con la marihuana no convertirá a la maría como algo “bueno” para los seres humanos.

Podrás decir que es “medicinal”, al igual que los hombres del medievo pensaron que la tierra era plana, pero a falta de pruebas científicas, seguirás estando equivocado.

Ya, ya, tranquilo. Cálmate. Ya sé que tenéis muchas anécdotas de “amigos que se curaron” con la maría. Hay decenas de anécdotas parecidas. Yo también os podría decir lo mismo de la coca. Conocí hace poco a un gordo y cojo que había probado la coca y me comentaba que cuando la esnifaba, se olvidaba que era cojo y ni sentía dolor.

Pero no hay nada científico en estas cosas.

Y en EEUU, no hay permiso federal.

Y eso es importante porque en América, las drogas deben mostrarse que son seguras y efectivas después de pruebas rigurosas antes de que sean aprobadas por la FDA (Administración de alimentos y drogas federal). Los anarquistas odian esas agencias pero sin ellas, el país estaría constantemente sufriendo brotes de enfermedades terribles.

No ha habido ningún estudio serio y concluyente científicamente hablando sobre la marihuana.

No para ninguna enfermedad ni trastorno psíquico.

Ya, ya. Dos derivados químicos han sido aprobados para aplicaciones de poca importancia. En uno de los casos, podría ser útil para aliviar ataques epilépticos en los jóvenes.

Nada más.

Más allá de todo eso es pura especulación sin ninguna base seria en el método científico o las pruebas científicas existentes.

Creer que la maría es “médica” no es más que una superstición moderna sin ninguna base y tan “real” como la astrología o creer en hadas.

Es curiosa la confianza que las “masas” dan a la maría cuando para cualquier otra medicina potencial se tardan meses y a veces años de ciencia para determinar sus propiedades reales. La gente duda de cualquier “nueva” medicina excepto al parecer la maría. Incluso, demandamos a las empresas farmacéuticas que cometan cualquier mínimo error.

Pero daremos un sello de aprobación incuestionable para tratar decenas de enfermedades con marihuana, sin pestañear una sola vez.

No tenéis la ciencia respaldando de forma definitiva nada de eso.

Si Nueva York declara que la marihuana es una medicina por dictado legislativo en vez de esperar un descubrimiento médico de los científicos, entonces que se preparen a pagar MUCHO dinero para la marihuana médica.

Porque el que más paga por la sanidad en Nueva York es el contribuyente. Y su dinero se usará para pagar por esas drogas y tratamientos. Sí, sí, también para presos y gente sin recursos que reciben “Medicaid” (otra subvención).

A la raíz de todo esto está la mentira, la hipocresía, la falsedad. Lo cierto es que la gente lo que quiere es drogarse.

En vez de tener un debate sobre esto, y presentar argumentos a favor de legalizar las drogas blandas, estamos hablando de “cáncer” y de tener misericordia por los niños.

Bazofia. Cuánta tontería.

Desde un punto de vista liberal, claro que pienso lícito tener un debate, todos los que queráis, sobre la legalización de drogas blandas. Nunca me he cerrado a tener ese debate y conversación con vosotros. ¿Qué razones hay para legalizar estas drogas?

Lo demás es tontería e hipocresía. Quieres drogarte. Dílo. No pasa nada, ¿no? Prefiero estar con un consumidor de drogas antes que con un individuo que quiera probarlas y disfrace su deseo como un argumento médico. A otro perro con ese hueso.


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