Vente pa La Haya, Gadafi

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado en tiempo récord sanciones contra el régimen libio de Gadafi. Así, el dictador se encara hacia la Corte Penal Internacional de La Haya para ser juzgado por crímenes contra la humanidad, o hacia el hoyo, si cumple su promesa de convertirse en mártir. Ha sido necesario un baño de sangre para forzar una resolución que, de no producirse, hubiera convertido a la entidad en cómplice y avivado las dudas sobre su utilidad.
Europa, ahora con “urgencia”, también congelará fondos, prohibirá viajar al tirano y a su numerosa familia y embargará el tráfico de armas, siguiendo las consignas de Naciones Unidas. Llegar tarde es tónica general desde hace tiempo de esta entumecida Europa. Ya lo decía el ensayista Alvin Toffler en 1999: “Por primera vez una revolución no la dirige ni la controla Europa. Sus resistencias sólo le ocasionan que cada día se le vaya un poco más de las manos, y que se aleje la posibilidad de engancharse a la revolución. Los políticos europeos en lo único en lo que piensan es en poner impuestos a Internet”. Y así, hasta hoy.