Los ventifactos son rocas que se han desgastado, picado, grabado, ranurado, o pulido por la arena impulsada por el viento o por los cristales de hielo.
Estos accidentes geológicos se suelen encontrar en ambientes áridos, con poca o escasa vegetación que interfiera con el transporte eólico de partículas, donde se encuentran con frecuencia vientos fuertes, y presencia de arena.
Los granos de arena o partículas, lanzados por el viento, actúan como diminutos proyectiles que desgastan las rocas. Después de muchos años de erosión, la roca puede tomar formas caprichosas, como árboles, setas o similares.
Ventifacto de la Ciudad Encantada de Cuenca (España)
A veces, la erosión se produce en piedras individuales, a nivel del suelo, generando rastros paralelos en la misma dirección del viento. El estudio de estas marcas superficiales permite el estudio de los paleo-vientos (vientos en etapas geológicas muy antiguas).
Ventifacto generado por chorros de arena (California)
A ese tipo tipo de formación se le da el nombre de " yardang" (banco escarpado, en lengua turca). La roca en cuestión se va erosionando y tomando distintas formas con el tiempo que pueden ser realmente curiosas: la Gran Esfinge de Guiza, por ejemplo, fue originalmente un yardang que comenzó a erosionarse hace más de 40000 años y los egipcios usaron posteriormente como material para tallar su estatua.
Existe una vieja anécdota sobre el paradero de la nariz de la Esfinge. Una teoría dice que fue rota por Napoleón mediante un cañonazo. Otra, que fue destrozada por MuhammadSa'im al-Dahr, un fanático religioso iconoclasta, que, en 1378, al ver que los campesinos hacían ofrendas a la Esfinge para conseguir mejores cosechas, decidió dañar el monumento. En la base de la esfinge sí pueden observarse ventifactos en forma de capas de sedimentos con diferentes grados de erosión.
Los yardangs se forman en zonas muy secas y desérticas, con vientos intensos capaces de levantar grandes cantidades de arena. El impacto de los granos de arena, como diminutos proyectiles, van erosionando la roca de manera imperceptible, de tal manera que sus efectos sólo son reconocibles tras varios miles de años. Con el paso del tiempo, los yardangs acaban por ser destruidos completamente y convertidos en arena.
En España podemos encontrar excelentes ventifactos en la Ciudad Encantada de Cuenca.
Y en Castilla y León, merece la pena visitarlo, tenemos en la provincia de Palencia estas curiosas formas en Villaescusa de las Tuerces.