Ventura, Vega y Galván a hombros en Fuengirola

David Galván. Foto: Alicia López

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El rejoneador Diego Ventura y los matadores Salvador Vega y David Galván salieron a hombros tras la corrida mixta celebrada ayer en Fuengirola con motivo de su Feria del Rosario. Se lidiaron dos toros de Luis Terrón para rejones y cuatro de Benjumea para la lidia a pie. Salvo el jabonero sucio que hacía segundo, correctos de presentación y manejables en general. Diego Ventura: dos orejas y dos orejas. Salvador Vega: una oreja y dos orejas. David Galván: una oreja y dos orejas y rabo.

Triunfalista corrida mixta a la que asistimos ayer en la remozada y cómoda plaza de Fuengirola. Demasiados trofeos para lo que realmente se vio en el ruedo. Pero ya se sabe que ahora el público aplaude la superficialidad y creo que pide orejas como posesos por no sentirse decepcionado. Muchos apéndices concedió la presidenta del festejo que demostró que la exigencia no va con ella ni con sus asesores. Más para hacer un potaje, que en justo reconocimiento a la labor de los coletas desarrollada en el albero.

Ya saben que de rejoneo uno anda como en materia taurómaca la usía que ayer se sentó en el palco de la plaza de Fuengirola. Pero tuve la suerte de ver el festejo junto a mi amigo Agustín Hervás, que de esto sabe mucho y bien. Lo que más me gustó fue el caballo Milagro en banderillas, con un sorprendente temple y haciendo quiebros imposibles en la cara del burel. Lo que menos, los “shows” que protagoniza Ventura, y el que se deje llegar demasiado los toros a la cabalgadura, siendo topado en demasía. Pienso, claro, que si se rejonearan toros en puntas, seguro que se andaría con menos ajuste y defendería más sus caballos.

Salvador Vega, que sustituía a Jiménez Fortes, poco pudo hacer con el terciado jabonero sucio, que además era un inválido muy justo de casta. Lo recibió bien con el percal. El toro en la muleta se quedaba corto. Salvador insistió´con la mano derecha, cuando por el pitón izquierdo tenía algo más de recorrido, amén de sufrir demasiados enganchones con la franela. Mató de media trasera y dos descabellos, paseando una oreja. Su segundo oponente fue un bonito toro de capa flor de gamón, muy bien presentado, un bombón de burel. En el caballo realmente apretó arreando de manso y se dolió en banderillas. Sin embargo resultó noble y manejable con la muleta, aunque le fallaban las fuerzas. Vega anduvo voluntarioso, pegando muchos muletazos, pero, ciertamente, la faena resultó muy desangelada. Tras matar de media baja y estocada entera, le concedieron las dos orejas.

Esta ya es la quinta vez que veo a David Galván y desde luego se le ve en franca progresión. Tiene valor, apostura, templanza y un concepto ortodoxo del toreo. Al tercero lo recibió con unos emocionantes faroles de rodillas. El animal, justito de fuerzas, fue manejable, lo que los taurinos llaman noble que “zervía”. Destacamos una serie de derechazos con gusto, templados, de mano baja y bien rematados. El toro fue acortando la embestida y por el pitón izquierdo le costaba arrancarse, más si Galván no se cruzaba, que lo de cruzarse no siendo axioma en la tauromaquia, si es factor técnico necesario en estos casos. Mal con los aceros, necesitando de tres pinchazos. Con el que cerraba plaza estuvo francamente bien. El cornúpeta alto y grandullón, manseó en varas, acortó y se dolió en banderillas, saliendo descompuesto pegando arreones. David Galván, muy valiente, y a base de buena colocación y dando las distancias adecuadas, consiguió los momentos más brillantes de la tarde con la pañosa, a pesar de que faltó algo de ligazón a la faena. Mató de una estocada tendida y caída, cortando las dos orejas y el rabo.  Bien David Galván, del que espero siga por este camino.

Paz y salud