El fenómeno de ver todo en blanco y negro sin un de escala de grises intermedia tiene nombre para los psicólogos, al menos en inglés: splitting. Es como decir que las cosas son buenas o malas, sin un intermedio o que algo ocurre siempre o nunca, otra de nuestras formas favoritas de caer en este tipo de conducta.
Pero… ¿Qué es el splitting?
Eso que llevamos haciendo toda la vida de ver las cosas en término de blanco y negro ahora tiene nombre en inglés. Como a todo lo que hay que ponerle nombre parece que en otro idioma suena mejor pero su traducción literal sería algo como división o separación… pero suena menos molón.
También podríamos llamarlo extremista porque se pone en un extremo u otro de la balanza sin buscar un equilibrio. A mi me gusta llamarlo pensamiento dicotómico.
Lo importante es que la persona que tiene esta conducta no es consciente de que está cometiendo un error. Puede que ni siquiera pueda asumir que se pueda estar equivocando.
En el TLP la forma más clara de blanco y negro está en la forma en la que vemos las relaciones. Sobre todo con nuestra persona favorita. Podemos pasar de idealizarla a que sea lo peor en un abrir y cerrar de ojos: blanco o negro, no hay grises.
También nos movemos en esa escala dicotómica para juzgarnos a nosotras mismas. Si no somos buenos por completo es que somos malos. Si somos malos no nos merecemos cosas buenas (por poner un ejemplo).
¿De dónde sale el pensamiento en blanco y negro?
El pensamiento dicotómico es algo que vamos desarrollando a medida que crecemos, nadie nace con ese patrón de pensamiento en la cabeza.
Su origen, no obstante, se encuentra en la infancia en muchas ocasiones. Si durante ese periodo nuestros progenitores o figuras de apego principal tenían un patrón de comportamiento impredecible es muy posible que hayamos desarrollado esta forma de pensar para intentar llenar ese vacío de incertidumbre con certezas.
Frente a un progenitor con TLP que pasa por enormes vaivenes emocionales es posible que sus peques tengan que aferrarse a algún pensamiento que les ayude a entender un comportamiento que no tiene ninguna base porque es errático. De esta forma intentarán hallar correlación entre sus comportamientos y los del progenitor y los etiquetarán como buenos o malos.
Una infancia en un entorno abusivo suele llevar a este tipo de pensamiento.
Blanco y negro colores defensivos.
Como decía antes, el origen de este patrón de pensamiento suele estar en la búsqueda de certezas ante un entorno cambiante. Digamos que es una especie de armadura que nos ponemos para tratar de prevenir los golpes de la realidad.
Si no entendemos por qué nuestro progenitor se comporta de una manera, el pensamiento dicotómico nos puede ayudar a gestionarlo mejor. De esta forma podemos quererlo cuando es bueno y odiarlo cuando es malo sin tener que enfrentar los grises que implican una relación con un progenitor abusivo, más aún cuando no estamos preparados emocional ni psicológicamente.
Es más fácil decidir creer en todo lo que te cuenta una persona o no creer nada (pensamiento en blanco y negro) que tratar de discernir qué información es veraz. En parte esto es así porque tendríamos que hacernos responsables de haber tomado la decisión de en qué creer y podríamos equivocarnos. Para las personas que viven de forma dicotómica es mejor tener un patrón de no creerse las cosas y si te has equivocado pues bienvenido sea el error, probablemente sea culpa del de enfrente.
¿Se puede dejar atrás el pensamiento en blanco y negro?
Como suelo decir habitualmente, lo más fácil es que acudas a un especialista de la salud mental si tienes problemas de este tipo o te has sentido identificada con este patrón de comportamiento. Es la persona que mejor te va a ayudar al respecto, mucho más que cualquier consejo genérico que yo pueda dar.
Una vez aclarado eso, que me parece de lo más importante, te puedo contar qué cosas me han funcionado a mí para sobrellevar este tipo de pensamientos:
Identificar y evitar palabras absolutas:
Trato de no juzgar las cosas que me ocurren o las personas a las que conozco en términos de bueno y malo. Busco esas partes grises o lo positivo en lo negativo y también al revés para no idealizar una situación o persona. También trato de evitar siempre o nunca cuando estoy hablando, especialmente en discusiones porque no suele representar una realidad.
Comprender y no juzgarse a:
Muchas veces el origen de este pensamiento dicotómico soy yo misma y me trato en términos en los que no trataría a ningún ser querido. Empezando por mí misma trato de no juzgarme severamente por algún falo cometido y ser comprensiva con mis errores, eso me ayuda a serlo más tarde con los demás.
¿Alguna vez te has encontrado pensando en blanco y negro?
La foto de la cabecera es de Valeria Erenvert y la he descargado en Pexels.