Se ha conseguido ver trabajar a neuronas cuando forman nuevos recuerdos, gracias al diseño y primer uso experimental relevante de sondas microscópicas que iluminan las sinapsis, en una neurona viva y en tiempo real, mediante la agregación de marcadores fluorescentes en las proteínas sinápticas, sin afectar a la capacidad funcional de la neurona.
Los marcadores fluorescentes han permitido al equipo de Don Arnold y Richard Roberts, de la Universidad del Sur de California, observar en directo por primera vez sinapsis excitatorias e inhibitorias y, algo muy importante, cómo cambian las sinapsis a medida que se forman nuevos recuerdos.
Las sinapsis aparecen como puntos brillantes a lo largo de las dendritas (las ramas de una neurona que transmiten señales electroquímicas). A medida que el cerebro procesa nueva información, estos puntos brillantes cambian, indicando visualmente cómo las estructuras sinápticas en el cerebro se alteran con la llegada de los nuevos datos.
Cuando se forma un recuerdo, o se aprende algo, hay un cambio físico en el cerebro. Y, en esencia, explica Arnold, lo que cambia es la distribución de las conexiones sinápticas.
Las sondas se comportan como anticuerpos, pero se adhieren con más fuerza y están optimizadas para trabajar dentro de la célula, algo que los anticuerpos comunes no pueden hacer.
Las sondas de Arnold y Robert están unidas a la proteína fluorescente verde (GFP, por sus siglas en inglés), una proteína presente en medusas y que emite una fluorescencia verde.
Debido a que estas singulares sondas son proteínas, los genes que las codifican pueden ser insertados en células cerebrales de animales vivos, provocando que las propias células sean las que fabriquen las sondas.
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