Revista Cine

Verano en Brooklyn: Hacerse mayor ya no es lo que era

Publicado el 19 octubre 2016 por Maresssss @cineyear

A lo largo de la historia del cine no son pocas las películas que tratan el tema de la adolescencia y la amistad, situando a sus protagonistas ante situaciones que plantean un antes y un después en su vida: lo que viene siendo hacerse mayor, dejar atrás la infancia, y descubrir las imperfecciones y complejidades del mundo. Verano en Brooklyn es un nuevo ejemplo de este tipo de historias, pero actualizando el mensaje y la trama a nuestros días.

Verano Brooklyn: Hacerse mayorVerano en Brooklyn: Hacerse mayor ya no es lo que era

¿Qué significa eso de actualizar la trama? No me refiero a que los dos chavales protagonistas basen su relación en escribirse por alguna red social o que su mayor preocupación sea cazar pokemons... Lo que realmente convierte esta sencilla historia en una película notable es cómo la situación dramática que divide a sus familias es asumida por ambos amigos, profundizando en distintas cuestiones propias de la vida moderna como son las dificultades y características de la conciliación familiar en el mundo occidental.

Lo que clásicamente hubiese sido un drama no exento de desafíos y pruebas personales, donde primase el desconocimiento de la vida en la adolescencia, en esta ocasión se presenta de una manera normalizada, dotando a la historia de una gran veracidad y cercanía remarcada por una trama directa y poco adornada, convirtiendo a Verano en Brooklyn en una de las películas "indies" norteamericanas más frescas y brillantes de los últimos tiempos.

Verano Brooklyn: Hacerse mayor
Verano en Brooklyn: Hacerse mayor ya no es lo que era

A todo ello, ayudan unos personajes coherentes y bien escritos, que no se ven anclados por los giros predecibles de este tipode argumentos. Por suerte, como comentaba antes, Verano en Brooklyn es una historia conocida y sin embargo nueva. Nueva tanto en la forma como en el fondo, y así lo descubre el espectador tras los 85 minutos de metraje en un final brillante, que no hace sino redondear una película que difícilmente romperá la taquilla, pero que sin embargo, con el tiempo, es probable que se convierta en una de esas obras de culto que sorprenderán a los que la descubran.


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