Este verano fue tan caluroso y tan seco que desde abril tomé la decisión de no sembrar nada nuevo hasta que llegaran días más frescos. Aún así, fue ardua la tarea de mantener hidratadas las plantas que ya tenía sembradas, en especial los tomates. En las mañanas regaba las plantas que están más cerca de la llave del agua y luego arrastraba la manguera hasta el otro lado del patio para regar las plantas que están más alejadas. Dejaba la manguera tirada en la grama y en la tarde realizaba el mismo proceso al revés.
Hubo días en que debía regar a las 5 de la madrugada para llegar a tiempo a trabajar a otro pueblo de la isla. Poco a poco, según fue mermando la cosecha y marchitandose las plantas, fui reagrupando las plantas que quedaban para así facilitar el proceso.
Las primeras guayabas que aparecieron se secaron. No fue sino hasta que llegaron lluvias en el mes de julio que comenzaron a crecer y pudimos disfrutar de las mismas. Igual pasó a los limones. Las habas, frijoles y habichuelas tiernas han perdido muchas hojas, pero siguen en pie esperando la lluvia y el tiempo fresco.
limones
Este año los aguacates no echaron frutos. Desde temprano en la primavera perdieron las hojas y no se recuperaron. Apenas hace unas semanas han comenzado a echar hojas nuevas.
La planta de berenjenas sembrada en un tiesto le fue muy bien con este verano de mucho sol y calor. Las carambolas tambien estuvieron abundantes.
berenjenas
Dos cosas sembré en verano porque me las regalaron. Dos palitos de gandules enanos que ya están produciendo y un palito de granadas que está creciendo muy bien.
gandules
granada
Los días están refrescando. Ya pronto comenzaré a sembrar de nuevo.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure