En el marco del 15 aniversario de MALBA, el flamante nuevo guión curatorial de la colección permanente, llamado VerboAmérica, da vueltas las salas del museo haciéndolo parecer otro espacio cuando simplemente se trata del mismo, enriquecido por un ambicioso cambio en la exposición de las obras -sumando además obras que antes no estaban expuestas- y en la exhibición de las mismas.
Inaugurado el día de la primavera e ideado por la académica y curadora Andrea Giunta junto al director artístico del museo, Agustín Pérez Rubio, la nueva puesta en escena del acervo cultural de MALBA pone el acento precisamente en la palabra que le da nombre, “verboamérica”. La idea bíblica de que en el origen fue el verbo sobrevuela esta nueva puesta en valor de las obras de MALBA y recupera la palabra “América” para América Latina, desterrando la apropiación imperial de Estados Unidos de llamarse así misma “América”, desechando al resto del continente de una denominación que le cabe por derecho. Es una apuesta que descoloniza el modo de pensar, contar y exponer el arte latinoamericano que, quizá por primera vez, se cuenta con los ojos puestos en el continente.
Esta cuestión del nombre no es un pequeño detalle, marca el tono de esta nueva visión de la valiosa colección que posee el museo y pone su acento en recuperar la identidad del arte latinoamericano en la producción y en el imaginario de los pueblos originarios y de los afrodescendientes, para empezar a marcar una diferencia. Indígenas y negros abren el camino del nuevo guión que no se vale de categorías del arte moderno o contemporáneo para su clasificación. Va eligiendo sus propias palabras para armar este nuevo entramado de obras.
Verboamérica es una exhibición performativa y temporal, y pone en evidencia la crisis de la linealidad y unicidad del tiempo histórico que ha tenido lugar durante la globalización”, explica Pérez Rubio en el catálogo que acompaña la exposición, donde destaca el famoso mapa de Joaquín Torres-García América invertida, que ya en la década de 1940 enseñaba una modificación de preeminencia geográfica y espacial de América, pero también temporal.
Las-Yeguas-del-Apocalipsis.-Las-dos-Fridas_1989_2014
La exposición rompe el clásico recorrido cronológico e incluye 170 obras divididas en ocho núcleos temáticos, en los que conviven obras de diferentes períodos históricos y de una multiplicidad de formatos: pinturas, dibujos, fotografías, videos, libros, documentos históricos e instalaciones. Los núcleos son: En el principio; Mapas, geopolítica y poder; Ciudad, modernidad y abstracción; Ciudad letrada, ciudad violenta, ciudad imaginada; Trabajo, multitud y resistencia; Campo y periferia; Cuerpos, afectos y emancipación; y América indígena, América negra.
En palabras de Andrea Giunta: “Los términos clave de esta exposición provienen de la experiencia artística en América Latina: Antropofagia, Indigenismo, Negritud, Martín Fierro, Neoconcretismo, Madi, Perceptismo, Universalismo Constructivo, Muralismo. Provienen también de la experiencia latinoamericana de las ciudades, las ciudades reales, soñadas, utópicas; del trabajo, la explotación y la geopolítica; de los márgenes de la ciudad, los paisajes reales e imaginados, y de lo expulsado: la prostitución, la pobreza, los cuerpos insubordinados, descalzados del canon patriarcal que construyó tanto a la mujer como al hombre. Se trata, también, de la insurrección negra, indígena, campesina, del reclamo de la tierra. Volver visibles las poéticas de lo indomesticable, las formas de la emancipación estética”.
Jorge de la Vega. Rompecabezas, 1968
Acompaña a la muestra un excelente catálogo -ideado por los curadores- que permite una lectura desde diferentes entradas y que es complementario a la muestra, no es ilustrativo. Es parte de la muestra y es otra cosa. Empieza con un original glosario donde la primera palabra que se nombra es “activismo” y en ella se devuelve al continente su impronta de rebelión. El catálogo, libro objeto, es una obra en si misma y debe también su valor, entre otros, al diseñador Bruno Fernández y a su equipo.
En cuanto al diseño de la muestra, se destaca el sutil color piel en que se imprimen los plottings que recorren, como una narración, el viaje por la colección que vista en plano general, sin adentrarnos en ninguna obra, se puede apreciar como una instalación de sitio específico que toma por asalto las paredes de las salas que las cobijan y, en su conjunto, propone una estética que luego se va partiendo en cada obra en particular.
El visitante puede hilvanar diferentes lecturas según donde decida plantarse para recorrerla. Los atinados y sorprendentes contagios que atraviesan obras de inesperada confrontación con otras, hacen toda la diferencia de esta propuesta de la que no indicaremos una guía para su recorrido. La visita en vivo se impone y el spoiler en esta crónica está prohibido.
Vale la pena escuchar la entrevista realizada por el periodista Daniel Molina a los curadores para adentrarse en las intenciones de este nuevo diseño. Aquí va el video:
Imagen de portada: Joaquín Torres García. Universalismo Constructivo. 1944
Información detallada sobre VerboAmérica en este enlace.