Soy un tipo optimista. La mayor parte del tiempo. Pero no hoy. Echo un vistazo a la "prensa" deportiva, y veo el bochorno transoceánico que me provoca la final nonata de la Copa Libertadores. No sé qué pasa en Argentina, porque no conozco el país ni a su gente como para intentar diagnosticar lo que allí está pasando. Pero sí puedo decir que cuando buena parte del mundo futbolístico se congratulaba porque el "otro clásico", Boca-River, iba a ser la final de la Libertadores -una suerte de Madrid-Barça en nuestra Champions- ya vaticiné todo lo que está pasando hasta la fecha.
Pero es fácil meter el dedo en la llaga gaucha y no mirar en la piel de toro hispana. En una pequeña pedanía de Murcia, este fin de semana asistíamos, una vez más, a la vergonzosa pelea entre padres en un partido de infantiles. Cuando el deporte debería ser un elemento de unión y amistad, vemos en Buenos Aires y en Beniaján que sólo es una fuente de mierda. De mierda líquida y pringosa que nos salpica a todos. Todavía, la fana de River o Boca quieren ser los Campeones de América del Sur (que ni eso me parece de recibo para asistir al peripatético espectáculo que estamos viendo), pero las madres que se liaron a hostias este sábado lo hicieron porque sus vástagos de apenas doce o trece años habían sido insultados o faltados al respeto por la otra parte. Qué pereza, intentar entender lo que nos está pasando.
El domingo por la mañana, el colegiado de San Mamés se tragaba un penalti del tamaño de la basílica de San Pedro. Y el VAR, que llegó para ver lo que no ven los trencillas, tampoco lo percibió así. Quiero creer que no fue porque era el minuto 94 y el penalti -e hipotético gol getafense- podía desatar la tormenta perfecta en el nada plácido Bocho futbolístico. El caso es que los pupilos de ese clon con gafas y barba de corte intelectual de Simeone que es Bordalás "se regresaron" a Getafe con esa sensación de "me han birlado dos puntitos..."Error de bulto del colegiado, y sobre todo, de su ojo de halcón cibernético. Pero una cosa es que no vieran el penalti y otra muy diferente que los hooligans que vocean en cadenas y ladrillean en la prensa escrita volvieran a arramplar con el VAR, cual grandes ventajistas que son. Esos fallos no impiden que el VAR sea un gran invento y que nos prive de algunos disgustos o ofensas. Es un sistema mejorable, como lo son los mismos periodistas, pero hay que darle tiempo para que se asiente. El tiempo que requiere cualquier innovación.
Hace unos días, en el partido Croacia-España, pitaron un penalti a favor nuestro por manos de Vrsaljko. A mi las manos no me parecieron voluntarias ni de casualidad, pero no hay VAR en esos partidos de la moderna UEFA, el árbitro picó y pitó. C'est la vie. Sin embargo, me duele más oír a los expertos de cadenas de radio que la voluntariedad de una mano es algo secundario si esta mano corta una jugada de peligro o un posible gol. El reglamento usa la palabra "deliberadamente" pero eso debe ser arameo para muchos. Cierto es que mientras todo dependa de la voluntariedad de una acción como esa, las polémicas no desaparecerán. Quizá la FIFA, la UEFA o quien le corresponda deba eliminar ese matiz y mano en el área sea penalti sin más... Pero hasta que ese cambio legislativo no se haga realidad...
Los "media" españoles están salpicados de fanáticos que nada tienen que envidiar a esos tarados de Argentina o Beniaján. Salta el "posible" escándalo de unas ciertas irregularidades en un par de controles antidopaje de Sergio Ramos. El Madrid sale a dar sus explicaciones y también lo hace el de Camas. Me convencen, me quedo más tranquilo. Empatizo rápidamente con el capitán. Pero luego leo la columna de hoy de Juan Manuel Rodríguez en el diario MARCA y sacan lo peor de mi mismo, me hacen desear que Ramos sea sancionado. Rodríguez es un personaje que se ha comido a la persona que era hace mucho tiempo y vive de su paranoia y su horror intelligentia, como también le pasa a Tomás Roncero, "Antoñito" Ruiz o Emilio Pérez de Rozas. Los clubes que aman -Real Madrid, Atleti, Barcelona...- están muy por encima de sus limitaciones intelectuales. Y me sorprendo a mi mismo intentando comprender por qué alguien quiere tenerlos en sus nóminas, y peor aún, por qué muchos aficionados tragan sistemáticamente con sus ruedas de molino. No puedo entenderlo.
En ese insigne club de talibanes hay que felicitar a José Antonio Martín "Petón", individuo que detrás de un verbo excelso y unas maneras casi de dandi esconde un " barra brava" insufrible. Ya era éticamente doloso que siendo el representante de Fernando Torres -y de otros muchos jugadores- diera lecciones de ética y parcialidad en las transmisiones del Atleti. Ahora, para colmo de males, hay que aguantarle también en los partidos del Huesca, como accionista del mismo que es. Este fin de semana, el Huesca también se sintió estafado y robado en su partido frente al Levante. El sermón de Fray Petón señaló que Estrada Fernández, firmante del supuesto robo, no será capaz de reponerse en su vida por lo que hizo en El Alcoraz. El VAR dio la razón a Estrada pero cuando Dios vive debajo de tu casa, tienes que hacer caso al poeta rojiblanco. Estoy seguro que esos dos puntos que reclama Petón como si le fuera la vida en ello le hará tener pesadillas de las serias a Estrada.
Por otra parte, todo el mundo sabía que el responsable de los problemas del Real Madrid era Julen Lopetegui. Nada tiene nada que ver en el asunto el tipo que le cambió el cromo de Cristiano por el de Mariano. Con Solari, que tiene verbo y planta -ahora hay que ver si también esconde un buen entrenador tras su discurso testicular envuelto en papel de seda-, han vuelto los problemas tras una racha aceptable. No puedo comprender la impaciencia de Florentino, pero es el que paga. Con eso ya le vale. Como director de una gran empresa, debería saber que no todos los años puede conseguir mejorar los resultados económicos del anterior, aunque aspire a ello. Al Madrid le esperan una o dos temporadas de barbecho, nada preocupante ni que no haya sucedido antes. Cuanto antes lo admitan los directivos y sus portavoces, mejor le irá al equipo, que tiene jugadores que en dos o tres años pueden ser verdadera élite mundial. Ahora, no lo son.Pero me fascina este cortoplacismo todavía más en el gremio de los periodistas. Deberían poder probar ellos mismos de su propia medicina. "Oye, Fulano, que la audiencia de tus retransmisiones no pasa del millón de oyentes. Te vas a la calle..." De verdad, me gustaría que muchos periodistas que exigen como si ellos fueran el mismísimo Jehova omnipotente -¿acaso no saben que el único ser superior es Pérez, Florentino Pérez?- sufrieran en sus carnes las urgencias que ellos aprietan. Y que en octubre o noviembre tengan que irse al paro porque le fichó alguna cadena para ser líderes de audiencia y sólo lo son, parafraseando al gran Josep Borrell, buzoneando estiércol y serrín.
Para acabar, todo el mundo anda ilusionado porque esta Liga la puede ganar cualquiera. Ilusos. Ven ahí arriba al Espanyol, al Girona, al Alavés, a la Real Sociedad y hablan de Liga loca y tal. Cierto que de momento lo es: bonita, divertida, emocionante... Pero apenas llevamos un tercio de competición. El Valladolid hace tres jornadas era 6º, ahora es 13º. Los cuatro equipos ya citados irán cayendo uno detrás de otro, quizá pueda aguantar uno, pero me cuesta creerlo. Y el Sevilla de ese héroe soriano llamado Machín, al que después de cuatro jornadas querían empacar de vuelta para Girona aquellos que ahora hablan de él como el nuevo Sacchi. En fin... Si las cosas les siguen yendo como hasta ahora, llegará un momento en el que Machín tendrá que apostar a Liga o Europa League... Y entonces, ya se verá...
Obsérvese que no he dicho ni una palabra del Athletic. Me basta con "Agur Yosu"...
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