En 1938, la familia nuevamente se mudaría, esta vez a Beverly Hills, donde su madre la matricularía en la célebre Bliss-Hayden School of Acting de Hollywood. Para Constance, la actuación era en parte una suerte de tratamiento que la ayudaba a controlar su errática condición. Bajo el nombre de Constance Keane, la actriz debutó en la cinta de la RKO, “Sorority House” (1939). Posteriormente obtendría pequeños roles en las películas “Dancing Co-Ed” (1939) y “All Women Have Secrets” (1939). John Farrow, el director de “Sorority House”, impresionado por el aire misterioso de la actriz, se la presentó a Arthur Hornblow Jr., un productor de la Paramount que sería el responsable de cambiar su nombre a Veronica Lake. El apellido según Hornblow, hacía referencia a los profundos ojos azules de la joven actriz. De esta forma, Lake canceló su contrato con la RKO y en 1940 contrajo matrimonio con el director artístico John S. Detlie. El minúsculo rol que obtuvo en la cinta “Forty Little Mothers” (1940), llamó fuertemente la atención de los ejecutivos de la Paramount, quienes no dudaron en contratar a Lake. El 21 de agosto de 1941, tuvo una hija a la que llamaría Elaine.
La carrera de la actriz experimentaría un brusco ascenso luego de haber firmado por la Paramount. Pese a interpretar un rol secundario, ella produciría una fuerte impresión en el público como el interés amoroso de William Holden en el drama bélico “I Wanted Wings” (1941), al punto que los productores se olvidarían por completo del resto de elenco luego de verla, ofreciéndole una serie de papeles protagónicos en futuros proyectos. Su siguiente película también fue un éxito; “Hold Back the Dawn” (1941). Para ese entonces, Veronica ya era una actriz carismática y bellísima, pero con un toque de fina ironía. Durante los dos años siguientes, Lake aparecería en una serie de éxitos de taquilla, demostrando un talento considerable para la comedía como la esforzada actriz que acompaña a Joel McCrea en la cinta de Preston Sturges, “Sullivan´s Travels” (1941), y como la coqueta bruja que se enamora del descendiente del hombre que la condenó a la muerte en el film de Rene Clair, “I Married a Witch” (1942). En esta última, su coprotagonista Fredric March se incomodaría en el rodaje por la omnipresencia de Lake ante la cámara; en lugar de “I Married a Witch” empezó a llamar a la película “I Married a Bitch”. Una vez finalizado el rodaje, el actor no quiso volver a trabajar con la actriz.
Sin embargo, su particular peinado y su asociación con el actor Alan Ladd serían los grandes responsables de consolidar la leyenda de la actriz. La cinta “This Gun for Hire” (1942) marcaría la primera colaboración entre Lake y Ladd, la cual sería tan popular entre el público que la dupla protagonizaría cuatro películas, entre las que se incluyen las exitosas “The Glass Key” (1942), “The Blue Dahlia” (1946) y “Saigon” (1948). La verdadera razón que unió a esta pareja cinematográfica fue un tema de estatura; Lake con su 1.51m de estatura, era la única actriz más baja que Ladd, quien sólo media 1.65m. Lamentablemente, ambos morirían en condiciones similares a muy temprana edad. Para cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el influjo que la actriz ejercía sobre los espectadores trascendía el aspecto puramente cinematográfico. Una foto publicitaria puso de moda su icónico peinado platinado, denominado “peek-a-boo”, el cual le ocultaba un ojo. El peinado de la actriz pronto sería universalmente imitado. Por otro lado, algunos compositores como Rogers y Hart escribieron canciones en su honor, como por ejemplo “The Girl I Love to Leave Behind”, e incluso Lake cantó una canción sobre sí misma en el film “Star-Spangled Rhythm” (1942).
Lo que es aún más relevante, es que sus fotografías pin-up solían llenar las páginas de las revistas de la época, aumentado considerablemente su fama. Su impacto en la sociedad norteamericana de la época fue tan importante, que durante la guerra fue forzada a cambiar su particular peinado luego de que algunas de las mujeres que trabajaban en las fábricas de ensamblaje, sufrieran accidentes a causa de sus largos peinados los cuales en ocasiones se quedaban atrapados en la maquinaria. El cambio drástico que sufriría la apariencia de la actriz, para muchos provocó el inicio del declive de su carrera. Sin embargo, fueron muchos los factores que contribuyeron a que Lake perdiera el estatus de estrella. La actriz tenía fama de problemática en el set, y muchas de sus coestrellas se habían encargado de declarar abiertamente que no la soportaban; Fredric March se rehusaba a hablar de ella en las entrevistas, e incluso el genial Eddie Bracken hablaba pestes cuando se le preguntaba acerca de Lake. En 1943, ella se divorciaría de John Detlie luego de un lamentable accidente. Durante su segundo embarazo, mientras se encontraba filmando “The Hour Before Dawn” (1944), Lake se tropezó con un cable lo que le provocó una hemorragia, apresurando el nacimiento de su hijo William. Si bien ella logró recuperarse, su hijo falleció una semana después debido a un envenenamiento urémico.
Lo que dificultó aún más la frágil situación de la actriz, fue el hecho de su rol como una espía nazi en “The Hour Before Dawn”, fue salvajemente atacado por la crítica debido a su poco convincente acento alemán, lo que además provocó el rechazo del público. Durante aquel periodo, Lake comenzó a beber de manera frecuente y surgieron algunos rumores que apuntaban a que estaba sufriendo algunos episodios de inestabilidad mental. Estos factores son los que finalmente terminarían marcando el brusco declive de su carrera. Lamentablemente para ella, su próxima pareja no haría más que aumentar sus problemas psicológicos. En 1944, Lake contrajo matrimonio con el director Andre De Toth, quien tenía fama de ser un hombre violento. Al año siguiente, la pareja tendría a su primer hijo, Andre. Su unión con De Toth no hizo más que acrecentar la ingesta de alcohol de la actriz, y la verdad es que el director poco hizo para impedirlo. Como gran parte de los profesionales de la industria cinematográfica se negaba a trabajar con Lake, la Paramount la incluyó en una serie de proyectos mediocres, con la sola excepción de la cinta “The Blue Dahlia”, la cual recibió una nominación al Oscar al mejor guión.
Lamentablemente, la mala reputación que Lake se había forjado durante el transcurso de los años, continuó minando su carrera en Hollywood. Tanto Alan Ladd como el escritor y guionista Raymond Chandler, tenían malos recuerdos de sus colaboraciones con la actriz, quien en 1948 fue despedida de la Paramount. Probablemente lo único positivo que le ocurrió a Lake durante este periodo, fue que consiguió su licencia de piloto, lo que en 1946 le permitió volar en solitario desde Los Ángeles a Nueva York. En 1948 sería contratada por la 20th Century Fox, y ese mismo año tendría a su segunda hija con De Toth, Diana. Sin embargo, Lake sufriría el mismo destino que muchas de las actrices que brillaron a principios de los cuarenta, por lo que le sería imposible frenar su franca caída; la cinta que filmó para la Fox fue aún más mediocre que sus últimos films en la Paramount. Ya en 1952, tras un par de brevísimas participaciones en la televisión, Lake estaba con los problemas hasta el cuello. La cinta “Stronghold” (1951), fue un rotundo fracaso de taquilla que la alejaría del cine por más de una década. Para colmo, el Servicio de Impuestos Internos la estaba investigando por años de evasión tributaria, y su tumultuoso matrimonio con De Toth finalmente había terminado.
Durante años, Lake se las arregló para conseguir algunos papeles esporádicos en la televisión, y realizó algunas giras teatrales. Ella incluso nuevamente contrajo matrimonio, esta vez con el compositor Joseph A. McCarthy. Sin embargo, su suerte no cambiaría demasiado. En 1959 Lake vio como todos sus sueños se venían abajo de golpe; cuando ella se fracturó su tobillo se vio imposibilitada de continuar con su carrera como actriz. Esto la llevó a aumentar drásticamente su ingesta de alcohol, tras lo cual Lake desapareció del ojo público durante años. Tras divorciarse de McCarthy, comenzó a vivir en hoteles baratos en la zona de Brooklyn, y fue arrestada en varias ocasiones por embriaguez y escándalo público. A principios de los sesenta, un reportero descubrió que Lake estaba trabajando como mesera en un bar de Manhattan, lo que ella negó públicamente. Sin embargo, al poco tiempo no le quedó más remedio que reconocer la verdad. Curiosamente, toda esta situación de la actriz caída en desgracia le valió la simpatía del público, lo que generó su triste regreso a los escenarios.
Lake trabajaría como anfitriona de un programa de televisión de Baltimore y aparecería en algunas humildes producciones teatrales. En 1966 trabajaría en el film canadiense, “Footsteps in the Snow”, el cual fue visto por muy pocas personas. Desanimada por este nuevo fracaso, la salud mental y física de la actriz declinó rápidamente, y a finales de los sesenta se mudó a Florida atacada por la paranoia (ella creía que estaba siendo acosada por el FBI). Con los destellos de lucidez que le quedaban, logró escribir la autobiografía “The Autobiography of Veronica Lake”, en la cual detallaba su lucha constante con el alcohol, las enfermedades mentales y su violento temperamento. Con las ganancias obtenidas de la venta de su autobiografía, Lake intentó revivir su carrera produciendo y protagonizando el que sería su último film; “Flesh Feast” (1970), una cinta de horror de bajo presupuesto en la que interpretaba a una científica que buscaba la fórmula de la eterna juventud. Como era de esperarse, la cinta no obtuvo los resultados que ella tanto ansiaba.
A principios de los setenta, Lake se mudó a Inglaterra donde contrajo matrimonio con un capitán de barcos inglés llamado Robert Carleton-Munro. Al igual que el resto de sus matrimonios, este estaba destinado al fracaso, por lo que en 1973 se divorció de su cuarto marido. Ese mismo año, Lake regresaría a los Estados Unidos donde tuvo que ser hospitalizada de inmediato debido a la hepatitis y a la falla renal que la aquejaba (ambas eran complicaciones directas de su prolongado alcoholismo). Para ese entonces, su salud mental estaba gravemente deteriorada y la relación con sus hijos se había quebrado por completo. Por este motivo, Veronica Lake falleció en la más absoluta soledad el 7 de julio de 1973. Incluso se rumorea que pasaron varios días antes de que alguien se presentara a identificar su cuerpo. Algunas de sus cenizas fueron esparcidas en la Islas Vírgenes, y en el 2004 se supo que otra porción de sus cenizas se encontraban en manos de un amigo, quien eventualmente las había vendido a una tienda de antigüedades. Pese a que la carrera de Veronica Lake terminó tristemente, la actriz continúa siendo recordada como una de las estrellas favoritas del Hollywood de los cuarenta. Aún cuando su legado como actriz puede haber sido olvidado por algunos, ella siempre permanecerá viva como un ícono de la moda. En cintas como “Who Framed Roger Rabbit?” (1988) y "L.A. Confidential” (1997), podemos encontrar algunas referencias a la figura de Lake, encarnadas en personajes fríos y seductores. Pese a que han pasado varias décadas desde su fallecimiento, el particular atractivo de Veronica Lake sigue siendo reconocido como uno de los símbolos más característicos del Hollywood más sensual y glamoroso.
por Fantomas.