Aquel país
Somos el país del puedo y no quiero
De la resignación como cima
Y de los fantasmas del pasado.
Somos tantos héroes sin estatua,
La seguridad de ceder el control
Y la libertad del que dirán.
Somos infinidad de banderas,
Unas cuantas ideas con distinto nombre.
Modas y tradiciones en lucha.
Somos la pasión y la sangre,
El luto entre sonrisas
Y la esperanza crucificada en fe.
Somos apellidos y no valentía.
Hemos llevado el yugo,
Pero nunca pusimos la guillotina.
Somos un mapa inacabado,
El puerto de entradas y salidas
Y pocos sueños realizados.
Somos la justicia de la envidia
Son de otros las responsabilidades,
Nuestra es la hipocresía.
Somos mezcla rara de derecho y deber,
Refugio de convencionalismo y envidia.
Anochecer y nunca amanecer.
Somos un país de carne y huesos,
Donde se rompe el alma y el corazón
Por culpa de los que no entendieron:
Ni un verso ni la razón.
Por culpa de los que nunca levantaron
El puño y la voz.
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