Una redactora de la edición norteamericana de la revista Marie Clarie decidió llevar un vestido de alta moda durante 5 días para comprobar cual era la reacción de la gente que se cruzaba con ella en la calle. Chelsea Peng usó un vestido de gala de Christian Siriano de la colección Primavera 2015 de color aguamarina con detalles metálicos y con una cola de 15 centímetros.
En un principio, la trabajadora decidió hacer este experimento como una forma para captar lectores y para “animar internet”, tal como lo describe en su artículo. Sin embargo los resultados le han servido para hacer un profundo análisis de las reacciones que las personas tienen ante la moda y lo realmente incómodas que pueden ser las colecciones de alta moda si decides llevarlas por la calle un día normal.
Decidió vestir una pieza del diseñador Christian Siriano porque es muy conocido por ser el artífice de muchos vestidos de personajes famosos, como Rihanna o Coco Rocha. Y sobre todo porque sus diseños son el epítome de lo glamuroso, y quería llamar la atención tanto como pudiera, porque de eso se trataba el experimento.
Parte del plan consistía en mantener el vestido limpio en todo momento, además de no impedir el paso a otras personas con su cola. La redactora asegura que esta sea, tal vez, la parte más difícil, porque no es fácil conservar limpio un vestido tan delicado, y más si tiene una cola tan larga.
Chelsea Peng paseó el vestido mientras se subía al metro, mientras iba a por café, mientras hacía la compra, mientras iba al banco para sacar dinero y mientras iba al trabajo. En todo momento llevaba el vestido puesto y asegura que le encantó, porque “creaba una atmósfera festiva”. Afirma que una vez puesto el vestido, se transformaba en alguien importante, alguien que tenía detrás una historia interesante, que iba a un lugar misterioso.
Pero como era de esperar, las reacciones de la población no fueron de indiferencia, y es que no todos los días se sienta a tu lado alguien en el metro con un vestido de gala a las 10 de la mañana. Peng redactó una lista con las reacciones más extrañas y divertidas que consiguió con su Christian Siriano:
- Le ofrecían asiento en el metro, cuando no es una mujer mayor, no está embarazada ni tiene algún impedimento físico, cosa que le sorprendió bastante. No todos los días tienes asegurado el asiento en el transporte público.
- Le tomaban fotos con frecuencia.
- La compararon con una sirena, hasta 3 veces.
- Le dijeron una vez “enhorabuena”.
Asegura que durante esos cinco días vistiendo de alta costura, se dio cuenta del poder que tiene la ropa en tu personalidad y en como los demás te perciben. Cuenta como sentía la necesidad de acomodar su personalidad al vestido, tener una postura correcta e incluso hablar de forma acorde con él. También aprendió el arte de “la manipulación de la falda”. Dependiendo de la velocidad, fuerza y ángulo de la falda, de la posición que adopta, puede transmitir diferentes actitudes, desde hacer parecer a la persona que la lleva descarada hasta irónica.
Al final de los 5 días sintió pena de dejar de llevar el vestido, y es que aunque en un principio pensó que sería incómodo llevarlo y se cansaría de él, acabó acostumbrándose a que la gente le pisara la cola o a soportar las miradas indiscretas. También afirma que echara de menos la atención que las personas le dedicaban, la consideración que tenían con ella.
Este experimento sirvió para entender ella misma y hacer entender a los lectores que la mayoría de moda que se presenta sobre las pasarelas no es ropa práctica, que puedas usar en tu día a día, sino que la tienes que reservar solo para ocasiones especiales. Es en cierta manera una crítica a los diseñadores por centrar sus colecciones en vestidos que solo podrías llevar a una gala, pero ¿qué nos ponemos el resto del tiempo? Porque si no eres como Chelsea Peng y estás realizando un experimento, estos diseños no pueden llevarse al metro o a un supermercado. ¿Es la moda una idealización de un vestido especial y se olvida de la vida cotidiana? Parece que sí.