La intuición una vez mas dio en el blanco. Basta con revisar las breves lineas, la corazonada que se imponía ante cualquier pronostico. Ahí estaba todo, tal cual lo había presentido. Se fue disolviendo lentamente ante mis ojos aunque lo negaba, estaba sucediendo. Una vez que se produce el impacto, ya no hay vuelta atrás. Quise retener por un momento el instante en el que todo se transformaba en cenizas. Pero no me alcanzo. Me quedo una fotografía a medias, quedo todo a medias. Me explico una y otra vez, que era así, pero algo se resiste a aceptarlo. Algo tira muy dentro mio, gritándome que no todo es como parece, la razón se encarga de hacerme ver una y otra vez las cosas, pero hay un corazón que se resiste, que busca donde ya no queda mas nada, que quiere hallar la manera de que esas cenizas vuelvan a su lugar, que todo vuelva a empezar. Somos de nuevo, herida abierta. No deja de sangrar y ese nudo que se vuelve mas fuerte dentro mio. Me rendí y aun así perdí lo poco que me quedaba, lo que me hizo reencontrarme, lo que me me hacia ser. Me arrebataron sin aviso, lo que me hacia volver a mi eje. Como hacerle entender a algo tan frágil, que eso se esfumo, que no van a sonar esas campanas angelicales a diario y que el otoño se va a encargar de secar del todo este corazón que lo único que hizo fue resucitar un rato, ya no le importaba que tan malo podía ser estar ese tiempo expuesto a cualquier daño. Quería volver a ser, lo fue y hoy se vuelve a esconder. Porque esta herido, porque una vez mas lo golpean sin importar que tan lastimado puede estar. Porque quien lo hiere, solo mira el suyo, mientras este a salvo el suyo, el otro puede seguir sangrando.
Por mas que atraviese todos los estados, todavía queda flotando la ilusión de que todo esto, sea un mal trago, que aquellos sonidos vuelvan a ser lo que fueron hasta ahora, una dulce melodía que no me canso de escuchar. A veces hay que bajar la guardia, mirar a nuestro alrededor y preguntarnos si realmente era necesaria esa elección. No podemos borrar con la mano, lo que ayer escribimos con el codo. No lo creo.