Viajar de noche

[Esta entrada puedes leerla seleccionando la pista "Your Feeling Shoulders ~ Ray Lynch"
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Para mí no ha nada mejor que esto.
La situación ideal es, en el caso en que el coche sea el medio de transporte, ir sentado en los asientos traseros. Si viajas, por el contrario, en tren o autobús, te recomiendo, sin lugar a dudas, la ventanilla.
Mi sensación es la de estar mirando un cuadro en tres dimensiones demasiado grande como para poder verlo todo de una vez.
Cuando atardece y el cielo muestra sus últimos tintes violetas y anaranjados, me fascina observar los montes a contraluz y si además hay alguna casita solitaria encima con sus luces, estupendo.
Aunque sea peligroso, y más de noche, me gustan las carreteras secundarias en las que no hay iluminación eléctrica, porque podrás ver las estrellas.
¿El paisaje predilecto para viajar? Sin duda, los campos de Castilla entre viñedos y olivares o los paisajes gallegos con toda esa oscuridad tétrica, mágica, abrupta y verde que a mi me transmite calma, quietud y misterio... porque no siento la misma sensación cuando miro el  mismo paisaje por el día; por el día estas cosas pierden su magia y no se sienten igual.
Me encanta ver las luces lejanas de los pueblos. Me suelo preguntar: "Estoy viendo el conjunto, pero, ¿qué ocurrirá dentro?"
 Si tienes la oportunidad de pasar por esta situación te recomiendo una buena música de fondo, como no, y entonces la emoción sensorial será completa.
El viaje nocturno es una de esas cosas que me hace entrar en el estado hipnótico de la ensoñación mediante preguntas y recreaciones poéticas imaginarias, e intento deshacer le misterio de su aparición, pero no se puede: cada segundo el paisaje cambia con la luz, la velocidad, los túneles, la luna, las nubes... y por eso escribo.
Desde mi punto de vista pensar así deriva de una predisposición a la ensoñación y ese es mi caso, me temo, por eso escribo, (que lo haga bien o mal eso ya otro cantar "de gesta"). Me sucede cuando veo cosas bonitas. Me recreo en cada detalle e intento pensarlo expresándolo de una manera poética, romántica; imaginando que lo que estoy viendo me habla y se describe para mí mediante las emociones.
 Es como estar viendo un documental, pero falta el narrador que te descubra todos los misterios y ahí es donde entra en juego la imaginación y tu sentimiento presente, que constituirá tu emoción única en ese minuto y...
    ... por esto escribo.