Una de las preguntas que se suelen hacer aquellos que quieren viajar a Japón es si merece la pena contratar un viaje organizado y de esta manera no tener que lidiar con situaciones complicadas como puede ser el transporte. Si no dominas el japonés, te interesará seguir leyendo.
Algunos amigos nuestros han ido a Japón con un paquete organizado desde aquí: transporte, vuelo, hoteles y ciudades a recorrer. Nosotros llegamos a Japón sin saber dónde íbamos a dormir la segunda noche ya que solo habíamos reservado un hotel para la primera. Por supuesto, de japonés no sabíamos nada, ni siquiera sabía que existía que existía el hiragana. En resumidas cuentas era un viaje muy a la aventura.
Lo único que sí habíamos previsto es que viajaríamos fuera de Tokyo y Kyoto por lo que compramos el Japan Rail Pass para poder movernos con más libertad y sin tener preocupaciones por ese motivo.
Algunas de las experiencias que obtuvimos en el tren os la relato por si os sirve en vuestro viaje a Japón.
En nuestra primera semana decidimos visitar Nikko, esta era la primera vez que nos montamos en el tren y fue muy caótico. Nos dieron el billete para uno que salía en cinco minutos y aunque el hombre nos intentó explicar cómo llegar, en el momento que salimos de taquilla y empezamos a buscar algún símbolo que se pareciera a los que teníamos en nuestro papel fue tarea imposible.
Un ticket de tren que no descifrábamos, pantallas con símbolos extraños que no tenían los “mismos palitos” que el de nuestro ticket y cinco minutos que pasaban muy rápido nos hizo perder el tren. Así que tuvimos que volver y explicar que nos pudimos encontrar el tren y que nos diera otro par de tickets. El siguiente no recuerdo cuándo salía pero sí que tuvimos tiempo de sobra y pudimos incluso comprar algo de comida para el camino.
En Nikko, después de pasar un día excelente, entramos en la estación de tren y una vez comprado el ticket nos montamos en el vagón. A los cinco minutos llegó el señor que nos atendió en la ventanilla diciendo en inglés “americanos, americano”. Levantamos la mano porque éramos los únicos extranjeros en el vagón, se acerco con unos nuevos billetes y nos enseñó que había cambiado el horario de salida del tren que debíamos usar después. Nos explicó varias veces la situación para que no nos extraviasemos.
Hay que tener en cuenta que nosotros buscábamos el tren por el horario de salida y por el tipo de tren. Una vez que llegábamos a la vía preguntábamos a alguna persona si estábamos en el sitio adecuado por lo que fue un alivio que nos avisara el hombre del cambio de horario.
En otro viaje nos tocó el vagón silencioso. Nos encantó viajar ahí porque jamás habíamos visto un vagón en el que se pedía que no se hablara. El revisor no habla y la persona que pasa con el carrito vendiendo comida y bebidas tampoco. Me pareció muy curioso.
Cuando fuimos a Hakkone tuvimos que hacer transbordo y montarnos en un tren de cercanías. En cierta parada se bajó una señora y a los pocos segundos se volvió a subir y nos comentó que había vuelto porque quería asegurarse de que sabíamos llegar a nuestro destino y evitar que nos equivocáramos. Sinceramente, ¡no me podía ( ni puedo) creer que alguien fuese tan atento con nosotros!
Así que si estáis pensando en viajar a Japón, nuestra opinión es que no contrates un viaje totalmente organizado e intentes disfrutar de lo que es estar perdido en Japón.
publicado el 10 noviembre a las 21:56
Este país loadmiro por muchas cosas, su cultura, su educación, su gente, sus costumbres, su tecnología...