A lo largo de estos años he tenido la oportunidad de recorrer gran parte de occidente, he podido vivir miles de experiencias de todo tipo, e incluso he sido el protagonista en algunas de ellas; no obstante, y a pesar de las decenas de miles de kilómetros que he visto pasar, nunca había tenido la oportunidad de visitar al que desde siempre ha sido uno de los vecinos más destacados de España, me refiero a Andorra, el país de los Pirineos.
Dentro de los esfuerzos que el gobierno andorrano esta realizando en pos de lograr una mayor difusión internacional de los atractivos turísticos y culturales del país, una serie de bloggers españoles fuimos invitados a conocer “in situ” las diferentes propuestas de la mano de la Oficina de Turismo de Andorra, el organismo público encargado de la difusión internacional de las virtudes del país pirenaico. Tuvimos la oportunidad de recorrer los escarpados valles nacionales, conocer las bondades de sus aguas termales, hacer escala en algunos de sus restaurantes más reconocidos, e incluso de practicar deportes característicos de la región. Será un país pequeño, pero tiene mucho que ofrecer al visitante; así que conozcamos un poco lo que Andorra nos ofrece.
1º día: la llegada
La verdad es que llegar no es tan sencillo como podríamos imaginar, tenemos que tener en cuenta que Andorra es un país aislado de toda población limítrofe por montañas de casi tres mil metros de altura, así que ya nos podemos ir olvidando de tomar un avión y después el taxi hasta nuestro hotel. Nos enfrentamos a un país con una orografía desmesuradamente abrupta, donde sería complicado ubicar una pista de aterrizaje, por lo que la conexión ha de hacerse por serpenteantes carreteras de montaña. Preciso este aislamiento es una de las características que hacen de Andorra un lugar ideal para desentendernos del día a día y vivir una experiencia diferente.
En mi caso tuve que salir de Bilbao hacía Lérida en el Alvia de las 7 am, era la primera vez que hacía esta ruta y he de decir que el servicio de Renfe y la atención de sus empleados fue de primera. Una vez reunidos con los compañeros que venían de Madrid y Andalucia, ya era hora de salir hacia nuestro destino, Andorra La Vella. La Oficina de Turismo de Andorra dispuso para nuestro uso un autobús, por lo que raudamente llegamos a la frontera sin más preámbulos a instalarnos en el hotel. Recordemos que Andorra no es un país miembro de la Unión Europea, por lo que sigue habiendo un control fronterizo.
Algo que me llamo vivamente la atención fue el paisaje del norte de Lérida, no conocía los lagos que hay a los pies de la cordillera pirenaica; no me extrañaría que en alguno de ellos haya un primo de Nessie.
1º día: llegada al hotel y salida al Palacio de Hielo
A pesar de que Andorra cuenta con una población de poco más de 84.000 habitantes, hay que tener en cuenta que es un afamado destino turístico invernal que anualmente recibe más de nueve millones de visitantes. Teniendo en cuenta que Brasil recibió el año pasado en torno a los cinco millones de turistas, y que Japón rondó los nueve, las cifras que manejan en Andorra son descomunales. Y claro, esto se traduce en unas instalaciones hoteleras de primera clase.
El hotel en el que nos estaba esperando el representante de la Oficina de Turismo ( Audrey, una chica muy maja ), el Husa Centric, no dejó indiferente a ninguno de nosotros. Se trata de un establecimiento de cuatro estrellas ubicado en la avenida Meritxell 87, la artería comercial de Andorra La Vella. Para seros sincero, nunca había visto un hotel donde tuvieran plato de ducha y bañera por separado, curioso.
En fin, que después de darme la correspondiente ducha y de pasarme un buen rato viendo a Karlos Arguiñano en Antena 3 ( si, se reciben los canales nacionales de España y Francia ) pusimos rumbo hacia el Palau de Gel ( Palacio de Hielo ), un pabellón deportivo cubierto que resguarda, entre otras instalaciones, una pista de patinaje sobre hielo. La tuvimos reservada en exclusiva, así que dejando los teclados a un lado nos metimos de cabeza a la pista; y más de uno acabo “descoñado”.
¿ Alguna vez os habéis puesto unos patines de cuchilla para patinar sobre hielo ? Me alegré al ver que después de diez años sin patinar aún seguía acordándome, más o menos, de como hacerlo. No veáis lo entretenido que puede resultar jugar a Voleibol sobre un suelo de hielo, menos mal que llevábamos protecciones de Hockey, que sino seguramente tendría que haber tenido que realizar una visita de cortesía al doctor de turno
Vamos a ver si retomo la propuesta que me hago a mi mismo cada año, la de comprarme unos patines y hacer algo de deporte, que siempre le acabo dando largas al asunto. Al menos la experiencia me valió para reafirmarme un poco más al respecto.
Ya era tarde, así que qué mejor que cenar allí mismo, que en el exterior estaba cayendo una nevada prima hermana del diluvio universal. Así pues, tal y como estaba programado, nos quedamos a cenar en las propias instalaciones del Palacio de Hielo, en el restaurante “Fancy Food”, especializado en comida de fusión entre occidente y oriente. Ya era tarde, así que ya no quedaba otra que irse a dormir, el día siguiente iba a ser intenso.