Warner, fútbol, museo, radio…
Los tres primeros días de septiembre hemos estado en Madrid. No habían ido nunca los peques y tenían muchas ganas, sobre todo de ir al Parque de la Warner.Fuimos a elegir los días más calurosos, pero lo pasamos muy muy bien, muy aprovechaditos.
Cogí el Hotel y las entradas por internet. Estuvimos durmiendo en un Hotel en Pinto, chulísimo, nuevo, limpio….casi todo familias con niños que íbamos a la Warner, que está a 10 minutos en coche de Pinto.
Nosotros, chicarrones del norte, que con el poco calor que habíamos pasado este verano, nos encontramos con que hacía un calor tremendo, pero no importaba, la ilusión y las atracciones de agua lo curaban todo.
Estos son los planos de la Warner, el de la derecha la visión de mi pequeñajo, que le encanta hacer planos para todo.
En la Warner hay varias zonas, pero nosotros nos centramos en la infantil, Cartoon Village, que era donde querían estar los peques.
Nos lo pasamos pipa, el mayor no salía de la atracción de Correcaminos Bip-Bip, y el peque una de unos helicópteros, a dar vueltas!!!.
Vimos todos los espectáculos que pudimos y las pelis en 3D.
Dos días intensos, en los que nos lo pasamos genial. Eso sí, la comida rápida me ensancho un poco el
Como cogí el hotel para dos noches, y al parque íbamos 2 días, aprovechamos el último día para pasarlo en Madrid y luego volver para el norte. Lo primerísimo que hicimos con estos chicos: ir a ver el Santiago Bernabéu…
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No se si la gozó más el padre de las criaturas o las propias criaturas!!!. De ahí al Museo de “El Prado”, esta vez me tocaba elegir a mí. Iban cansados y arrastrados, pero pasamos por todas las salas y nos detuvimos en los cuadros más conocidos. Cuántas horas me tiraría yo ahí dentro!!!.
La Puerta de Alcalá, la Cibeles, Neptuno, La puerta del Sol….. Y de las mejores cosas, el reencuentro con una amiga, que hacía meses que no veíamos, y trabaja en la radio. Nos enseñó donde trabajaba, los niños entraron en un estudio y se pusieron los cascos, vimos a muchos “famosos” (se nos desencajaba la mandíbula, de tanto tener la boca abierta…), vimos Madrid desde las alturas…..una visita inolvidable.
Tres días exprimidos a tope, sin desaprovechar un momento y que siempre recordaremos.