Viaje al futuro

Al igual que la mujer que venía del futuro para enseñarnos el poder blanqueante de una lejía, ahora, con solo girar la vista hacia el oeste, podemos ver nuestro futuro más cercano: la derecha arrasando y la izquierda batiéndose en retirada, supuestamente para rearmarse con vistas a tiempos peores (mirar ahora al este, hacia la Acrópolis) y salir más reforzada, con su actual líder haciéndose el harakiri político.

Aquí la derecha del Partido Popular ya se relame de gusto anticipando lo que a todas luces, o a las menos, va a ser la España del decenio. Van a ser diez largos meses para el PP, esperando lo irremediable, matando el tiempo y sin otra cosa que hacer que defenderse de los reproches de su falta de ideas. Pero lo preocupante del asunto es que sí las tienen y a veces se les escapa un esbozo, tanta es la impaciencia. Ni el líder se resiste: Rajoy hizo un abstracto avance en las jornadas organizadas por los empresarios del Cercle d’Economia en Sitges, poniendo como ejemplo no a Alemania o Suecia, que sería lo lógico en su ideario, mucho menos a Islandia o Bután, sino a un país africano, sin especificar imagino para no herir susceptibilidades ni provocar ningún conflicto diplomático.

Si el futuro de Rajoy se presenta amarillento y resquebrajado por un uso abusivo de la lejía, y ya que se avanza a África como ejemplo de lo que vendrá, que sea por favor la del norte.