Revista Cultura y Ocio

“Vicisitudes”, de Luis Mateo Díez

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Una novela compuesta por ochenta y cinco capítulos que podrían haber sido ochenta y cinco novelas»

«Soy un escritor que pide un lector sosegado»

“Vicisitudes”, de Luis Mateo Díez

Cubierta de: ‘Vicisitudes’

Vicisitudes en una novela en ochenta y cinco capítulos que comparten el escenario imaginario al que nos tiene acostumbrados Luis Mateo Díez: las Ciudades de Sombra de las que Celama es su máxima expresión (Doza, Armenta, Balma, Celesta, Solba, Mentra, Balboa…). Desde los nombres irrepetibles de los personajes a los azares y las losas que marcan sus vidas, el escritor derrocha inventiva en un torrente inagotable de relatos. La enfermedad, la pandilla, la rutina, la viudedad, la desdicha, el amor, la familia, la muerte, la vida, los recuerdos; temas que se hilvanan desde siempre en la literatura de Luis Mateo Díez encuentran en Vicisitudes su expresión más concisa: capítulos breves que elevan la circunstancia a leyenda, y que por su abundancia generosa recompensan la lectura, de relato en relato, con ecos y reflejos de sí mismos.
Así, en el primer capítulo, Nupcias, asistimos a una boda de la que el novio, Ezequiel, se ausenta repetidamente, dando indicio de la fragilidad del enlace; y en uno de los últimos, Consentimiento, las dos familias que unen sus destinos en esta otra boda están tan mal avenidas que la ceremonia es un estrépito de malos gestos, tan escandaloso que no se sabe si el enlace en efecto ha sido consentido.

«La vida misma es un trastorno que no tiene curación.»   [Pág. 497]

Las ciudades imaginarias de Luis Mateo Díez reflejan la realidad incluso cuando lo que sucede en ellas parece inverosímil o sacado de un sueño, como en Baúl, extraordinario capítulo de ambiente noir, un estilo del que encontramos ecos en capítulos de entorno policial como Coronarias, Cicatrices o Instinto. La viudedad como expresión de la soledad y disparadero para la transformación personal, recorre Viudo; el desamor cruel
está presente en Viaje, donde un matrimonio amoroso se desama sin más razón que la de un trayecto equivocado; en Pedazos un padre busca, entre las ruinas emocionales de la familia, lo que va quedando de sus hijos; en Fortuna el tío Piero aparece en la familia como un cometa de luz y termina dejando solo escombros… Un océano inabarcable de emociones que Luis Mateo explora con vocación siempre fabuladora, sin psicologismos ni lecciones morales.
En esta comedia humana en la que una geografía común va engarzando las historias, varios de los personajes encuentran su destino en la antipatía, como Corrado Espina y Acebo Pestaña, los viajantes de Bitácora, que se odian desde que compartieron orfandad en el colegio de los padres Tolontinos y no son capaces de superarlo cuando coinciden en un bar de Solba. Parecen ser un eco de Genaro Ballarta y Ovidio Fluvio, los viejos, uno sordo y otro cojo, de Conmiseración, que se escapan juntos de la residencia unidos por el mutuo aborrecimiento.

Las pandillas de la adolescencia aparecen como terrenos aptos para la enemistad o la derrota en potentes relatos, muchos de ellos escritos en una primera persona del plural perfectamente acoplada a lo narrado. En Ajustes, por ejemplo, todos los miembros de la pandilla intentan evitar a Beltrán por las calles de Mentra, por ser un cantamañanas y un agonías; en Pandilla, la amistad entre los líderes, Curto y Marcelino, deriva en una rivalidad tan íntima como feroz. Como en Escamas, donde los gurús Toreno y Bersilio, son dueños de un lenguaje coloquial y enigmático a la vez que deja a sus seguidores sin saber a qué carta quedarse.
El humor de Luis Mateo Díez se expresa sobre todo a través de una prosa tan elegante y precisa que cuando cae en el jolgorio popular, en capítulos como Regimiento o Torreón, llega a provocar una carcajada de asombro, de pura alegría por la destreza en el uso del lenguaje de un escritor sobrado de facultades.

En Vicisitudes se exploran las consecuencias del hastío, de la pusilanimidad, de la falta de afecto, de la enfermedad molesta pero menor (la hernia inguinal, la úlcera), o de los males mortales del cuerpo y de la cabeza, como en el conmovedor y durísimo capítulo Jardines. Padres cuyos hijos se han echado a perder, amores que duran lo que una cajetilla de tabaco compartida, huecos donde debería haber una emoción. Imágenes inolvidables. Un ojo de cristal que no llora, permitiendo ver la realidad sin dramatismos. Un dibujo de pájaros muertos en el cuaderno de un niño.

«Un libro que quiere ser el mundo entero de Luis Mateo Díez.»

Lee y disfruta de un fragmento del libro.

“Vicisitudes”, de Luis Mateo Díez

Luis Mateo Díez

El autor:
Luis Mateo Díez Rodríguez (Villablino, León 1942) es autor de una obra narrativa que lo ha situado en un lugar preeminente en el panorama de las letras contemporáneas. En su fecunda producción cabe citar novelas como La fuente de la edad (1986) –con la que obtuvo el premio de la Crítica y el premio Nacional de Narrativa–, El expediente del náufrago (1992), Camino de perdición (1995),  Fantasmas del invierno (2004) y La soledad de los perdidos (2014). Con La ruina del cielo fue distinguido de nuevo en el año 2000 con el premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa. En El reino de Celama (2003) reúne sus tres novelas ambientadas en ese territorio imaginario, y en El árbol de los cuentos (2006) recoge lo publicado hasta ese momento de un género narrativo que ha cultivado con asiduidad. El volumen Fábulas del sentimiento (2013) recoge las doce novelas cortas de ese ciclo narrativo. En el año 2000 fue elegido miembro de la Real Academia Española y le fue concedido el Premio Castilla y León de las Letras. En este mismo sello ha publicado La piedra en el corazón (2006), El animal piadoso (2009) y La cabeza en llamas (2012), que fue distinguida con el Premio Francisco Umbral al libro del año. Su obra se ha traducido a muchas otras lenguas y ha sido llevada al cine y al teatro. Es miembro de la Real Academia Española ocupando el sillón “I” mayúscula desde el año 2001.

El libro:
Vicisitudes ha sido publicado por el Sello Alfaguara en su Colección Hispánica. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 568 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo en el que Luis Mateo Díez nos cuenta rápidamente de que va su nuevo libro Vicisitudes.

“Vicisitudes”, de Luis Mateo Díez

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