Revista Opinión

Víctimas

Publicado el 11 marzo 2012 por Carmentxu

Hoy, 11 de marzo se cumplen ocho años de los atentados de Madrid. Hoy las víctimas saldrán a la calle, como hacen cada año, para recordar a sus muertos. Hoy, igualmente, otras víctimas saldrán a la calle a reivindicar lo que todavía queda de vida. Cuando estén muertos ya no podrán hacerlo y ahora, todavía vivos, gritan para salvar lo poco que queda del estado del bienestar, que ya no es lo que era ni lo que iba a ser, víctima última de esta estafa, de este robo de guante blanco y cuello almidonado, perpetrado desde un frío despacho donde nunca entra el sol.
A las víctimas de entonces no les molestan estas nuevas víctimas porque lo que causó su muerte en el fondo es igualmente la prepotencia, la soberbia de los que presumen de codearse con los vencedores de esta guerra social y mueven sus hilos en un espejismo alimentado por la codicia. Hundidos por el sobrepeso de una clase dirigente fondona que no entiende de crisis por el simple hecho de que no la conoce. Porque las víctimas ahora, al igual que en aquel día de la ignominia y de las horas que le siguieron fueron, como ahora, la verdad y la decencia y, con ellas, la humildad. Porque aquel día, como ahora, las víctimas son trabajadores que enfilan cada mañana el camino conocido desde su casa hasta la boca del tren o del metro y entran en las fauces del dragón hacia sus puestos de trabajo, estudiantes que van al colegio, al instituto o a la universidad por un futuro que se presume peor que el de sus mayores, pero futuro al fin y al cabo y, por tanto, todo esperanza y también parados que buscan infructuosamente un proyecto de vidaVíctimas. Porque somos víctimas todos y estamos en nuestro derecho de compartir unos tiempos y espacios que todavía son nuestros, para llorar a nuestros muertos unos y gritar y levantar los brazos otros por nuevos muertos, los derechos sociales. Todo lo demás es palabrería rancia y oportunismo.


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