Revista Religión
Leer | 1 JUAN 5.3-12 | Parece ser que el tema de la buena salud está en la mente de todo el mundo en estos tiempos. Los libros sobre las últimas y mejores dietas encabezan la lista de los más vendidos. Tiendas de productos nutritivos y gimnasios se abren en todas partes. Y los comerciales de TV están constantemente presentando máquinas diseñadas para que usted tenga “la mejor figura de su vida” (y con la promesa de un mínimo esfuerzo y dedicación).
¿Por qué razón es la industria de la salud un buen negocio? Porque la larga vida es una gran preocupación: la mayoría de las personas tienen el deseo innato de vivir lo más que puedan. Pero además de querer más años, las personas quieren la mejor calidad de vida posible. Sin embargo, esta necesidad de tener una vida larga y vigorosa, se centra con más frecuencia en el mundo físico. ¿Qué de la vida después de la muerte?
La Biblia enseña claramente que la vida eterna está disponible para toda persona (Ro 10.13). La enfermedad, los padecimientos y la muerte, están todos ligados a la vida; pero todos los que están en Cristo han vencido ya lo peor que este mundo ofrece —es decir, la muerte (1 Jn 5.4, 5). A pesar de su atractivo, los comerciales no pueden ofrecer nada comparable con la promesa de la vida eterna.
Como creyentes, debemos estar gritando este mensaje a los cuatro vientos. Las personas que nos rodean están anhelando tener una palabra de vida, pero muchos cristianos han permanecido en silencio. ¿Por qué? ¿Cómo podemos mantener en secreto aquello para lo que Dios no escatimó esfuerzos en revelar? ¡Podemos vivir para siempre!
(En Contacto)