Un equipo de científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sídney) ha hallado indicios de vida microbiana en unas rocas de 3.480 millones de años de antigüedad, es decir, de unos 1.000 años después de la formación de la Tierra. Los fósiles, con los indicios de vida microbiana terrestre más antiguos, proceden de depósitos de antiguas fuentes termales en la Formación Dresser, en el cratón de Pilbara, en el noroeste de Australia, según informó el miércoles la Universidad de Nueva Gales del Sur. El estudio, publicado en Nature Communications, cuenta con la participación del profesor Van Kranendonk, quien en 2016 formó parte de un equipo internacional que descubrió la que posiblemente sea la evidencia de vida más antigua de la Tierra, en unos estromatolitos de Groenlandia de 3.700 millones de años de antigüedad, en este caso depositados en un ambiente marino poco profundo y no en la superficie terrestre.
"Este hallazgo tan emocionante indica que la vida estaba poblando la superficie terrestre mucho antes de lo que se creía, hasta unos 580 millones de años antes", dice Tara Djokic, la autora principal del estudio. "Esto podría tener implicaciones en el origen de la vida, que pudo aparecer en fuentes termales terrestres de agua dulce y, por tanto, la vida no se desarrolló en el océano y se adaptó después a la tierra, como se ha discutido ampliamente", agrega. Los científicos barajan dos hipótesis sobre el origen de la vida: o comenzó en las fuentes hidrotermales en los fondos oceánicos o se inició en la superficie terrestre, en una charca de agua caliente, como creía Charles Darwin.
Los científicos creen que dichos depósitos australianos se formaron en la tierra, y no en el océano, por la presencia de geiserita, un depósito mineral que sólo se encuentra en un entorno terrestre de aguas termales. También han descubierto estromatolitos, que son estructuras minerales estratificadas, creadas por antiguas comunidades microbianas. Otras evidencias de vida primigenia halladas en los depósitos: microestromatolitos fosilizados, tejido microbiano en empalizada y burbujas bien conservadas, probablemente creadas por una sustancia microbiana pegajosa.
Por otro lado, los depósitos minerales de Pilbara tienen la misma antigüedad que gran parte de la corteza de Marte, por lo que "los antiguos depósitos de fuentes termales del planeta rojo constituyen un objetivo emocionante para buscar vida fosilizada en ese planeta", dice Van Kranendonk. "La región de Pilbara nos ha proporcionado un valioso registro de la vida temprana en la Tierra y es un lugar clave para desarrollar estrategias de exploración en Marte y para tratar de responder a uno de los grandes enigmas de la ciencia y de la filosofía: ¿surgió la vida en más de un lugar del universo?", se pregunta el profesor Malcolm Walter, coautor del estudio.