Hasta hace poco, el videojuego se asociaba al juego individual de los adolescentes, al parapeto de los jóvenes frente a sus padres, al abandono de la vida familiar por parte de los más pequeños.
Esta idea fue rota hace unos años gracias a Wii, videoconsola que permitió el encuentro familiar en juegos de salón que podían practicar los padres junto con sushijos. Eran juegos sencillos, fáciles de manejar por los adultos (“inmigrantes digitales”), y ofrecían siempre una competición que armonizaba con la simpatía y la cooperación. En este sentido, la empresa japonesa Nintendo ha sabido ver las posibilidades que se abren con el videojuego familiar, y la que antaño era líder en la fabricación de juegos violentos, ahora se esmera en diseñar juegos digitales para todos los públicos.
El pasado 3 de noviembre se presentó en Madrid la última apuesta de Nintendo, sobre todo de cara a las próximas navidades, momento en el que la venta de videojuegos se dispara. Se trata de "Wii Party", un título que incluye una docena de modos de juego y unas 80 pruebas, orientadas especialmente para usar la videoconsola en grupo.
José Arcas, uno de los portavoces de Nintendo España, señalaba al respecto: «Wii Party es una especie de pegamento familiar. La videoconsola Wii es una máquina que usan todos los miembros de la familia y que genera cierto consenso a la hora de su compra (…). Con Wii Party, toda la familia se anima a jugar a la consola; ya no es el niño de la casa el que se encierra en su habitación a jugar al ordenador. No divide al grupo, todo lo contrario». Los datos que maneja la compañía le dan la razón en este aspecto: hay 2,3 millones de usuarios de Wii en España y el 81% de ellos asegura que la usan para jugar en familia.
"Wii Party" plantea una gran variedad de partidas, según el tiempo que se quiera emplear o el número de jugadores. Se pueden elegir pruebas de puntería, de memoria, de habilidad, puzzles e incluso una revisión de juegos clásicos como la oca, el bingo o el tres en raya.
Para los tiempos que corren, esta noticia es una auténtica novedad. Y de las buenas.