La vieja muralla guerrera destruida cien veces y otras tantas resurgidas en esas épocas de conquistas, ahora doblegándose al peso de su destino en lenta, pero definitiva agonía. Ya no será rejuvenecida o reconstruida como lo fue antaño.
Los puentes de Alcántara y de San Martín dejan ver su erguido porte y solidez de sus pórticos medievales, coronados por maciza torre y mostrando las hojas de sus puertas remachadas con planchas de acero.
Y luego detallo otros recintos murados, otros bastiones enormes, construcciones de estilo mudéjar, edificios con torres moriscas, puertas con torreones de aspilleras y con almenas en la coronación superior, y por sobre todo esto la ciudadela de roca del Alcázar enorme y siniestra con sus cimientos seculares.
Aquiles Vergara. Banderillas y panderetas: impresiones de viajes por España y Portugal (1921)