Revista En Femenino

Vientres de alquiler

Por Pequelia @pequelia

Madres de Alquiler

Los vientres de alquiler son un negocio al alza en aquellos países en los que esta práctica está legalizada, parejas con problemas de fertilidad, padres solteros, matrimonios homosexuales y todos aquellos que no pueden tener hijos pero tienen posibilidades económicas, optan por los denominados vientres de alquiler o gestación subrrogada. El ejemplo a citar es Estados Unidos, tras varios años la legislación ha rectificado errores según han ido surgiendo a fin de garantizar los derechos de las madres de alquiler y de quienes solicitan sus servicios.

El proceso es complejo, complicado y muy caro, las personas que soliciten este tipo de servicios deben saber que no se trata de elegir a una mujer y pagar una tarifa por sus servicios, se deben realizar evaluaciones físicas y psíquicas, se debe contar con los servicios de una clínica de fertilidad, óvulos donados para que no exista vínculo genético con la madre de alquiler para evitar que pueda reclamar al bebé, el papeleo también es complejo, certificados y contratos que no dejan ningún punto en el aire.
Según leemos en la publicación digital El Correo, los gastos pueden alcanzar una media de 100.000 dólares (casi 71.000 euros), a esto hay que añadir otros esfuerzos como el emocional o el tiempo del proceso, una conjugación de factores que denotan que quienes desean ser padres a través de la contratación de una madre de alquiler, es porque por encima de todo tienen muchas ganas de ser padres, pero además porque cuentan con las posibilidades económicas, es un proceso que no está al alcance de todo el mundo.

En Estados Unidos durante 30 años se han vivido todo tipo de situaciones y por ello la legislación no deja un solo cabo suelto, de ahí que se soliciten tantos requisitos en la contratación y proceso de un vientre de alquiler. Ante esta situación muchas parejas buscan alternativas más económicas, y las encuentran en países como la India o Ucrania, el coste del proceso alcanza como máximo los 40.000 euros. Por ello no es extraño que incluso los estadounidenses que ya cuentan con la legislación correspondiente para contratar una madre de alquiler, se decanten por acudir a estos países para ahorrarse un buen pellizco.

Claro, que a veces lo barato sale caro, las garantías no son las mismas en ningún aspecto. Por el contrario, en Estados Unidos la legislación es meticulosa y ofrece garantía para las dos partes, especialmente para las mujeres gestantes, en otros países no ocurre lo mismo. Con respecto a los países citados y concretamente en la India, los padres que han contratado los servicios de una madre de alquiler no obtienen ni un solo documento que certifique de quien es el hijo, sin duda, una traba legal que hay que sopesar seriamente.

Para muchos especialistas en fertilidad, este servicio es una buena opción siempre que esté contemplado por la ley, en Estados Unidos es un procedimiento realizado por cuestiones estrictamente médicas, se constata que los futuros padres no pueden tener hijos y los especialistas supervisan todo el proceso, además los organismos correspondientes se encargan de supervisar que todo se desarrolle según la legislación. En nuestro país los vientres de alquiler son una realidad contemplada a medias por la ley, se pueden inscribir a los bebés como propios, pero se debe recurrir a los servicios de las madres de alquiler en otros países, sería cuestión de realizar las rectificaciones oportunas en nuestra legislación. ¿Qué opinas al respecto?

Foto | Rahego

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