Antes de comenzar a escribir voy a hacer una aclaración: odio, detesto los musicales ya sea en películas, obras teatrales musicales o en televisión. Sin embargo Moulin Rouge no se parece a los musicales habituales. Su mezcla entre lo bohemio, lo kitsh, y el romaticismo musical hacen que sea fantástica y que resulte imposible no maravillarse con ella. Moulin Rouge (2001) está dirigida por el australiano Baz Luhrmann, interpretada por Nicole Kidman y Ewan McGregor; está basada en gran parte en la ópera de Giuseppe Verdi La Traviata, así como en la novela La dama de las camelias del escritor francés Alejandro Dumas (hijo).
La trama se centra en el bohemio Christian (McGregor) quien mientras se recupera de un fracaso amoroso se enamora de la estrella del Moulin Rouge Satine (Nicole Kidman) y una noche, tras un malentendido, sus caminos terminan por cruzarse. Él la enamora con su poesía romanticona y ella lo hechiza con la luz que irradian sus ojos, pero todo cambiará cuando ella descubra que Christian no es el millonario duque al que está dispuesta a convencer para financiar una obra teatral. Entonces se debatirá entre el amor que siente hacia el bohemio o el interés hacia el duque y poder convertirse en una gran actriz; además de salvar al Moulin Rouge; su hogar, de la ruina.
El film es orginal y encantador porque no ofrece sólo música original como parte de su banda sonora ( de la que participan David Bowie, y Rufus Wainwright), sino que combina las canciones ideadas especialmente con éxitos de la música pop, interpretados por Kidman, McGregor, John Leguizamo y más. Entre dichas canciones, figuran “Your Song” de Elton John, “The Show Must Go On” de Queen, “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana, “Like a Virgin” de Madonna y “Roxanne” del grupo The Police en una versión tanguera extraordinaria dentro de una de las escenas más oscuras del largometraje.