Situada en el sur de Vietnam, Ho Chi Minh City, o como era conocida en el Vietnam pre-comunista: Saigón, es una ciudad vibrante, atestada de gente, y con mucho encanto.
Sin embargo, la mayoría de los viajeros la utilizan (la utilizamos) meramente como punto de acceso o salida del país, disponiendo tan solo de unas pocas horas, si acaso un día, para conocerla.
En nuestro caso, entramos a Vietnam por aire y salimos por tierra en ambas ocasiones por Saigón. A la llegada ni siquiera salimos del aeropuerto, nada más que para cruzar a de la terminal de vuelos internacionales, a la de domésticos, cuando intentábamos cruzar la frontera entre Camboya y Vietnam por aire. Sin embargo, a la vuelta, aterrizamos en Ho Chi Minh City desde Hanoi con medio día de margen para conocer la ciudad.
Dónde alojarse en Ho Chi Minh City
Sí algo hay de sobra en Ho Chi Minh City, son hoteles.
Nosotros nos alojamos en el hotel Graceful Saigon por 19$/noche ($9,5/persona) siguiendo el consejo que nos había dado una pareja viajera de Cataluña con la que habíamos coincidido en el crucero por la bahía de Ha Long. La verdad es que el hotel estaba muy bien, y muy convenientemente situado, pero nos intentaron vender unos billetes de autobús a Phnom Penh más caros de la cuenta y nos pusieron malas caras cuando les dijimos que queríamos comparar más precios. Pero una vez que llevas tiempo en Vietnam acabas acostumbrándote a eso.
El hotel es a la vez tienda de ropa deportiva y montaña (Nothface, Columbia, Deuter, Altus), como muchos otros hoteles, así que si tenéis tiempo, podéis echar un rato en recepción eligiendo vuestra próxima mochila viajera, o camiseta térmica por mucho menos precio del que pagaríais en Europa.
Qué ver en Ho Chi Minh City en 12 horas
Para llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto, podemos hacerlo tomando el bus público número 152 desde la parada de autobuses frente a la salida del aeropuerto. Otra opción es concertar con el hotel que tengáis reservado que vengan a recogeros, aunque normalmente os cobrarán extra por ello, y el bus es muy barato y conveniente. Preguntad al conductor la parada que quede más cercana de la calle dónde esté vuestro hotel y pedidle que os avise cuando lleguéis.
- Una vez que estéis en el centro y hayáis dejado el equipaje, nada para empezar a conocer la ciudad como un paseo por las calles del centro. Abrid bien los ojos porque os vais a encontrar de todo (cableado enmarañado en cada farola, perros en venta en una moto, “talleres” ambulantes en las aceras, y propaganda comunista allí donde vayáis)
- Uno de los edificios históricos más importantes de la ciudad es ahora conocido como Palacio de la Reunificación (antiguo Palacio de la Independencia) que fue construido como palacio presidencial para Vietnam del Sur durante la guerra (y por eso el sobre nombre de “Independencia”) pero que nunca fue habitado por el presidente pues fue asesinado antes. En abril de 1975, un tanque norvietnamita derribó la puerta de la entrada del palacio, poniendo fin a la Guerra de Vietnam, y convirtiendo a este lugar en el sitio oficial de la entrega del poder durante la caída de Saigón. Si tenéis planeada una visita al interior del edificio, es mejor que sea lo primero que hagáis al llegar a Saigón, pues cierran pronto.
- Otro sitio de interés es la Oficina de Correos de Saigón, lugar considerado como uno de los edificios más hermosos de todo Ho Chi Minh City. No en vano, fue diseñado por el mismísimo Gustave Eiffel (sí, sí, el mismo de la torre de París) a finales del siglo XIX. En la fachada del edificio, encontraremos grabados los nombres y rostros de personajes ilustres de la época (presidentes, inventores, matemáticos…) y un gigantesco reloj dándonos la bienvenida. En el interior, una gigantesca cúpula nos guiará la vista hacia el descomunal retrato de Ho Chi Minh que descansa al fondo de la sala, como si de un altar sagrado se tratara. En el suelo hay representaciones de mapas antiguos, y a nuestro al rededor, la oficina de correos, con casas de cambio y tiendas de souvenirs.
- Nada más salir de la oficina de correos os encontraréis de frente con la iglesia de Notre Dame de Saigón. Construida por los franceses entre 1860 y 1880 mantiene una arquitectura totalmente europeizada. Fue construida con mármol de unas canteras cercanas, y recubierta con ladrillo rojo traído específicamente desde Francia. Durante los siglos XIX y XX fue el edificio más alto de la ciudad, aunque hoy en día ese honor es para la torre Bitexco, que también es el segundo edificio más alto de Vietnam.
Torre Bitexco
- El Templo del Emperador de Jade, de principios del siglo XX, es uno de los templos más evocadores de la ciudad. Un denso humo de incienso flota al rededor de todo el templo, encendido por los numerosos feligreses que vienen a rendir homenaje al Emperador de Jade, el Rey del Cielo taoista. El templo está lleno de grotescas estatuas fantasmagóricas que representan distintas divinidades y héroes.
Foto by Luisma
Si disponéis de un poco de tiempo extra, podéis quizá también visitar el Mercado de Ben Thanh o la pagoda Phuoc An Hoi Quan.
Dónde comer en Ho Chi Minh City
Hay cientos de sitios dónde elegir, pues se podría decir que HCMC es la capital culinaria del país. Si estáis cansados de comida vietnamita (¿¿¿cómo??? ¡¡imposible!!) hay una gran cantidad de restaurantes internacionales, sobre todo franceses, por la influencia colonial, pero si seguís queriendo disfrutar de las delicias gastronómicas del país, Ho Chi Minh City es el lugar a estar.
Nosotros probamos dos restaurantes (con tan poco tiempo en la ciudad…¡mucho es!), uno para comer y otro para cenar y en los dos la cocina era de una calidad bastante alta, ¡todo delicioso!
- Nha Hanhg Ngon es un restaurante elegante, (relativamente) que tiene las mesas dispuestas en un patio con jardín. Al rededor hay puestos de comida tradicional, que puedes elegir sobre la marcha. Como si comieras comida callejera, pero con una calidad excepcional. También se puede pedir de menú. Nosotros pedimos Pho (por supuesto, ¡nos estamos despidiendo del país!) y unos dumplings rectangulares que se llaman Banh Nam
- Restaurante Cyclo Resto no es el típico lugar donde te van a dar una carta para que elijas lo que quieres, no. Cada día preparan un menú distinto, con platos tradicionales y de fusión, que consta de 5 platos diferentes, a un precio de sólo $6. Pero lo mejor de todo no es el precio, sino la sonrisa y la amabilidad con la que te presentan todos los platos, el tiempo que se toman en saber lo que te gusta, y además que luego la comida está deliciosa (¡y abundante!). Las paredes del local están revestidas con las firmas de los comensales pasados, y de hecho el personal te anima a que dejes la tuya trayéndote unos rotuladores para que los uses en cualquier rincón del local. Divertido, ¿no?
Si vais a visitar pronto Saigón, espero que esta guía rápida os ayude a disfrutar de vuestra estancia por muy corta que sea. ¡Ya veis que 12 horas en Saigón dan para mucho!