Portada del libro en su edición del año 2000
En este librito de tan sólo 124 páginas, aparecido en 1985, Enrique Vila-Matas novela la experiencia vital y vanguardista de los jóvenes artistas que llenaron los felices años 20 con sus proclamas y sus actitudes totalmente sorpresivas y sorprendentes.Partiendo del escrito de Tristan Tzaratitulado Historia portátil de la literatura abreviada, Vila-Matas da la vuelta al título e imagina la formación de un grupo artístico secreto que se caracterizaría por el cultivo de una literatura portátil, una literatura que no fuera pesada y pudiera ser fácilmente trasladable en un maletín. La supuesta existencia de esta sociedad secreta la circunscribe el narrador-ensayista al periodo que va de un día de invierno de 1924 en que se produjeron los dos acontecimientos fundacionales de este movimiento de literatura portátil, -la crisis nerviosa que sufrió el escritor ruso Andrei Biela cuando se hallaba sobre el mismo peñasco donde “Nietzsche había tenido la intuición del eterno retorno” y la caída del músico Edgar Varesse de su caballo cuando “parodiando a Apollinaire, simulaba que se preparaba para ir a la guerra”-, y que finaliza el 24 de mayo de 1927 cuando se produjo en Córdoba la reunión en homenaje al escritor Luis de Góngora y Argote.
"Boîte en valise" de Marcel Duchamp, su museo portátil
Serían pues tres los años durante los que los conjurados de esta literatura leve, ligera, se reúnen secretamente para conjurar (¿el qué o sobre qué?) en diversos lugares geográficos. El primero es Port Actif en Níger donde decidieron formar una sociedad en la que se valorarían varios elementos amén de la levedad y transportabilidad de la obra escrita: la negritud, el doble, la bohemia, la soltería, la sexualidad extrema, etc. En definitiva, lo shandy, adjetivo éste que reunía en su significado varios elementos desde el más prosaico de refresco elaborado con cerveza y limonada al derivado de la obra de Laurence Sterne (Tristram Shandy) natural del condado de Yorshire (al norte de Inglaterra) donde este escritor vivió gran parte de su vida. Allí el término shandyequivalía en su momento a alegre, cerebral, corrosivo, liberal, demoníaco, voluble, chiflado, etc. El shandy era un tipo marcado por la voluntad de la transgresión. Y en otro plano, una persona “imposible, gratuita y delirante”. Es algo, pues, muy propio de las vanguardias.La maleta, representación de lo portátil
La lista de los integrantes del grupo shandy es amplia y numerosa: Walter Benjamín, Jacques Rigaud, Blaise Cendrars, Valery Larbaud, Scott Fitzguerald, Vicente Huidobro, César Vallejo, Salvador Dalí, Tristan Tzara, Ezra Pound, Cyril Connoly, Francis Picabia, el príncipe Mdivani, García Lorca, Maurice Blanchot, Aleister Crowley, etc.Tras la capital de Nigeria, Níger, los conjurados se reunirán en Viena en casa de Werner Littbarsky quien junto a su criado negro Virgilio solía realizar fiestas que incomodaban a los vecinos por lo que si se reunían allá los conjurados no resultaría sospechoso. Valery Larbaud será el encargado de contactar con él. La fiesta acabará como el rosario de la aurora, con la dispersión de los conjurados que quedarán en verse en Praga. Allí irán acudiendo y se irán encontrando al azar. Tras esta estancia en Praga decidirán trasladarse a París, cuna de toda modernidad, donde se movían con más libertad. El último lugar es Córdoba en el homenaje del 27 a Góngora. Ahí Aleister Crowley dará por concluida la sociedad shandy.
En esta novela-ensayo se habla de seres, a los que se denomina odradeks, bucarestis e incluso mujeres fatales, que se apoyan en el hombro de los creadores. Estos seres les inspiran a estos artistas y se convierten en sus fantasmas familiares.
Lo más interesante del relato de Vilá Matas es la sensación de verité que transmite y el profundo conocimiento literario que destila. Ahora bien, es evidente que todo es pura invención del autor que, como suele hacer en su extensa obra, disfruta moviéndose por el inestable terreno de la realidad-ficción, de las verdades cruzadas, de los recuerdos inventados.
Lo que sí es verdad es que en el ambiente de la segunda década del siglo XX existía un espíritu transgresor e innovador común a una gran cantidad de jóvenes artistas que, sin haberla constituído explícitamente, eran parte de una sociedad inexistente, que Vilá-Matas denomina "los Shandy".
Un shandyde libro: Julio Torri Muchos creadores e intelectuales del momento podrían pertenecer a ella como se ve en la lista de nombres citados por nuestro novelista-ensayista. Pero por lógica no están allí todos los que lo podrían ser. En diversos lugares he visto que uno de los que sin duda faltan teniendo méritos más que sobrados para ello es el escritor mexicano Julio Torri (vid. Julio Torri. Voyerista desencantado de Beatriz Espejo) nacido el 27 de junio de 1889 en Saltillo (Coahuila).
De la serie de características citadas por Enrique Vilá Matas en su ensayo-narración, Torri cumple muchas de ellas:
1.- Soltería:
"Aparte de exigirse un alto grado de locura, [se fijaron] otros dos requisitos indispensables: junto a que la obra de uno no fuera pesada y cupiera fácilmente en un maletín, la otra condición indispensable [era] la de funcionar como una máquina soltera". - señala Vilá Matas como condición para pertenecer a la sociedad secreta shandy.Al respecto, en carta enviada a Alfonso Reyes que le interrogaba sobre su posible casamiento, Julio Torri manifestaba lo siguiente:
Te aseguro que no estoy a punto de casarme, por lo menos hasta donde es posible asegurarlo por las siguientes razones: 1° porque no tengo novia. 2° porque no creo estar hecho de la madera de los buenos maridos. 3° porque desde este momento siento piedad por la pobre criatura a cuyo lado siempre estaré como un paisaje gris de chimenea y humo.2.- Sexualidad extrema y ausencia de grandes propósitos:
"Aunque no indispensables, se recomendaba [a los escritores portátiles] también poseer ciertos rasgos que eran considerados como típicamente shandys: espíritu innovador, sexualidad extrema, ausencia de grandes propósitos..." –añade Vilá Matas como exigencias.Y el intelectual mexicano, según varios de sus comentaristas, parece que cumplía ambos:
Uno de sus títulos más renombrados
A) Los anecdotarios hacen de él un don Juan de mujeres feas y un irredento seductor de trabajadoras domésticas; un fetichista poseedor de amplias bibliotecas pornográficas y hasta de libros encuadernados con piel femenina.(Daniel Zavala: “Julio Torri y la sociedad secreta shandy”, Rev. de Literatura, año I, nº 2, primavera de 2000, pág. 12)B) Hizo muchos planes. No cumplió ninguno. Cada día era un nuevo fracaso, pero cada día era también una nueva aurora y un fuego imperecedero encendía cada día en él el deseo de las cosas perfectas que no se realizaban. Un soplo eterno reanimaba, diariamente, la potencia intacta y estéril.(Carlos Díaz Dufoo [hijo])
3.- Niños irresponsables:
"como niños irresponsables se comportaron siempre los escritores portátiles..." –concluye Enrique Vilá Matas en su novela.Y Julio Torri se comportó siempre, según numerosos testimonios, como niño irresponsable. Así se lo decía Alfonso Reyes a Jaime García Tarrés a propósito del comportamiento infantil e irresponsable de Torri:
¡Este hombre no tiene perdón de los dioses! Pudo ser el fundador de la novela-ensayo en nuestra literatura, y ya lo ves brincando de una escuelita a otra, malgastando el precioso tiempo que reclamaría el consumar sus filigranas_____________________________
Algunos títulos de Enrique Vila-Matas
El último título de Vila-Matas
La editorial Anagrama ha publicado un libro de ensayos literarios, El viajero más lento, y los siguientes títulos de narrativa: Impostura,Historia abreviada de la literatura portátil, Una casa para siempre, Suicidios ejemplares, Hijos sin hijos, Recuerdos inventados, Lejos de Veracruz, Extraña forma de vida, El viaje vertical (Premio Rómulo Gallegos 2001), Bartleby y compañía (Premio Ciudad de Barcelona, Prix du Meilleur Livre Étranger, Prix Fernando Aguirre-Libralire), El mal de Montano (Premio Herralde, Premio Nacional de la Crítica, Prix Médicis étranger 2003, Premio Internazionale Ennio Flaiano), París no se acaba nunca, Doctor Pasavento (Premio Fundación Lara 2006, Premio de la Real Academia Española 2006) y Exploradores del abismoLa editorial Seix-Barral ha publicado, entre otros, Perder teorías (2010), Dublinesca (2010), Aire de Dylan (2012) y Kassel no invita a la lógica (2014)