Revista Cultura y Ocio

Villafranca del Bierzo (León)

Por Yorga @javieramosantos

Situada en un embutido montañoso, con puentes, caseríos, conventos, balcones salientes y viñas, aparte de los espléndidos ríos trucheros que son el Burbia y el Valcarce, Villafranca del Bierzo se identifica con la antigua Vico Francorum o Villafrancorum, donde se alzaron dos hospitales de peregrinos (Santiago y San Lázaro) Es la última localidad de importancia que atraviesa el Camino de Santiago por tierras leonesas.

Más tarde, se asentó en el lugar una comunidad de monjes de Cluny, bajo la adveración de Santa María. Estos dos hechos sentaron las bases del burgo de Villafranca hasta su repoblación definitiva por parte de Fernando II. Los peregrinos trajeron prosperidad a la localidad leonesa y pronto surgieron por doquier iglesias, conventos o posadas. En 1196 Alfonso IX le dio fueros que se ratificaron por segunda vez en 12309. Después pasó al señorío de los Álvarez de Toledo, marqueses de Villafranca del Bierzo, en el siglo XV.

Villafranca del Bierzo es la capital de la comarca del Bierzo./Joergsam

Villafranca del Bierzo es la capital de la comarca del Bierzo./Joergsam

Sin embargo, la leyenda ha buscado una explicación más poética para la fundación de la ciudad, en la que una vaca se detuvo en un lugar junto al río Burbia y allí fundaron los vaqueiros sus cabañas que, con el paso del tiempo, se convirtieron en la moderna ciudad. Los romanos llamaron Bergidum Flavium a la comarca del Bierzo y la sembraron de fortificaciones para defender las rutas de la salida de oro.

Después de la Guerra de la Independencia contras los franceses, el castillo de Villafranca fue desmantelado por los ingleses; pero desde allí se prolongó al este la población en constante y rápido descenso, en el que destacan sus techos de pizarra sobre una cadena de frondosas montañas.

Convento de los Padres Paúles./FCPB

Convento de los Padres Paúles./FCPB

Villafranca del Bierzo, capital de la comarca de mismo nombre, es también puerta de acceso a Los Áncares, tierra de naturaleza virgen. En palabras del viajero e hispanista Richard Fox en el siglo XIX, el aspecto de la localidad leonesa “es completamente suizo”. Vale la pena pasear por su histórica calle del Agua y por el barrio de los Tejedores, así como visitar su extenso patrimonio monumental religioso, como la iglesia de Santiago, la de San Nicolás o la Colegiata.

Repleta de monumentos, el viajero puede disfrutar en su casco histórico (declarado Bien de Interés Cultural) de la contemplación de un grupo de casas solariegas con fachadas blasonadas por la calle del Agua. Destaca la del literato local Gil y Carrasco, así como el palacio de Torquemada (siglo XVIII) y la casa de los Álvarez de Toledo (siglo XVI), ambas de estilo barroco.

Castillo de la localidad leonesa./Lancastermerrin88

Castillo de la localidad leonesa./Lancastermerrin88

La iglesia de Santiago, románica, conserva de su primitiva fábrica el ábside. Abunda la decoración de columnas, ventanas semicirculares y molduras ajedrezadas. Su portal lateral se considera un buen ejemplo del Románico. La iglesia de San Francisco, gótica, muestra dos airosas torres y un artesonado mudéjar de fina elegancia. Mientras, la Colegiata, con sus estribos y arbotantes, se alza sobre el monasterio de Santa María de Cluniaco (siglo XIII)

En 1533 se elevó a la categoría de Colegiata gracias al marqués don Pedro de Toledo, virrey de Nápoles. El edificio consta de tres naves con el coro en medio de la principal y cúpula asentada sobre el crucero. Las columnas, gruesas y estriadas en sus dos tercios superiores, aparecen rematadas por capiteles que sujetan las bóvedas de crucería.

Colegiata de Santa María./Lancastermerrin88

Colegiata de Santa María./Lancastermerrin88

No menos bello a ojos del viajero se levanta el convento de jesuitas San Nicolás El Real. Fundando por Don Gabriel de Robles, en su interior destaca su retablo churrigueresco y su claustro. También merece una visita el museo de Ciencias Naturales de Villafranca del Bierzo. Dedicado a zoología, hay numerosos animales disecados, sobre todo pájaros de Filipinas, una colección de conchas y otra de minerales.

Este reportaje emitido en La 2 muestra una pequeña perspectiva antropológica de la localidad leonesa. A buen seguro que el lector viajero se empapa de su esencia y le permite disponer de un pequeño manual con instrucciones de uso y disfrute durante su estancia:

Dónde dormir: Posada las Doñas de Portazgo; Ribadeo, 2 (Calle del Agua); 24500 Villafranca del Bierzo, (León); teléfono: 987542742; [email protected] o [email protected]; (www.elportazgo.es)

Dónde comer: Restaurante El Padrino; Calle Doctor Aren 17; 24500 Villafranca del Bierzo (León); teléfono: 987540075.


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