Seguro que este pueblo les sonará a muchos por sus famosos Vaquillones, estudiados y documentados como una de las manifestaciones más singulares de las tradiciones de la Sierra Norte. ¿Pero cuántos sabrían situarlo en el mapa?
Un paseo por el casco urbano de Villares de Jadraque resulta gratificante. Destaca a iglesia del siglo XVI por su espadaña serrana y tan reconstruida que desluce el entorno. La plaza con su escalinata y el paseo arbolado, restaurados con piedra de la zona, anteceden a la fuente donde una placa conmemora los esfuerzos de un alcalde por llevar el agua potable al pueblo ¡en 1.897!
A la salida del casco urbano sorprenden los casillos (corrales) y huertos minúsculos en terrazas. Algo más lejos el río Cristóbal con sus truchas y puentes, donde se sitúa el molino de Villares, del siglo XVI y ahora en ruinas. Una casa rural con restaurante, con excelente cocina serrana, es el complemento perfecto para que vengas a este precioso pueblo.Lar-ami
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