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Vínculos de apego en la relación con nuestros perros: porqué son importantes

Por Davidsaparicio @Psyciencia

¿Qué es el apego?

Llamamos apego al vínculo emocional que se genera con el cuidador primario durante la temprana infancia, el cual en gran medida va a impactar en la forma de relacionarse interpersonalmente en el futuro.

La teoría del apego fue inicialmente desarrollada por el psiquiatra infantil Dr. John Bowlby (1969; 1973) guiado por una primera investigación que realizó sobre delincuentes jóvenes que habían sido privados de los cuidados fundamentales que usualmente ofrece una familia o figura cuidadora de referencia. Bowlby fue influenciado por los estudios de Konrad Lorenz y sus teorizaciones sobre la impronta, estudiado en aves nidífugas. 

Bowlby definió el apego como “el proceso por medio del cual los niños establecen y mantienen una relación especial con otro individuo al que se considera mejor capacitado para enfrentarse al mundo” (1988). De esta forma, este vínculo tendría también una razón de supervivencia. La teoría del apego de Bowlby afirma que los seres humanos tenemos necesidad de tener vínculos afectivos estrechos que cubran las necesidades por parte del cuidador, lo que nos permitirá el desarrollo de mejores habilidades de regulación emocional.

Bowlby postuló que las relaciones tempranas de apego constituyen las primeras experiencias emocionales de naturaleza relacional, y que tales experiencias funcionan como prototipos para las relaciones íntimas durante todo el proceso de desarrollo de los individuos (Soares & Días, 2006).

Bowlby sostenía que había una figura de apego que era especial, una figura de apego central, si bien reconocía que el niño o la niña podían mostrar conductas de apego hacia más de una persona.

Los aportes de Mary Ainsworth

Las investigaciones y teorizaciones de Bowlby sobre el apego, fueron la base para los desarrollos de Mary Ainsworth, quien trabajó junto a Bowlby en Londres en el Instituto Tavistok.

Juntos desarrollaron investigaciones sobre las respuestas de niñas/os pequeños al ser separados de sus figuras de apego. Los estudios de Bowlby concluían en que ante una situación amenazante, los niños acudían inmediatamente a su cuidador buscando seguridad. Sin embargo, Ainsworth fue un poco más allá con sus investigaciones ya que quiso explorar los distintos tipos de apego, es decir, los distintos patrones de respuesta frente a la figura de apego, notando que no todos los niños acudían a su cuidador frente a una “amenaza”. Ella empezó a notar diferencias en los patrones de respuesta y para estudiar esto de manera más rigurosa diseñó un experimento que se llamó “La situación extraña” (Ainsworth, Blehar, Waters y Wall, 1978).

La situación extraña es un experimento que evalúa las reacciones de los niños de 12 meses ante la ausencia de la madre y presencia de un extraño. Durante el experimento se representan 3 situaciones diferentes que son secuenciales:

1. La madre o cuidador están en la misma habitación con el niño junto con juguetes. 

2. La madre o cuidador sale de la habitación y entra un extraño.

3. La madre o cuidador ingresa nuevamente a la habitación.

Durante el experimento se exploraron las conductas de los niños en las tres situaciones. Algunos niños lloraban al irse la madre y se acercaban a ella en busca de consuelo cuando esta regresaba. Otros niños no mostraban angustia al irse la madre y a la vez mostraban distancia hacia ella cuando retornaba a la habitación. Por ultimo había niños que mostraban llanto aun habiendo regresado su madre en la habitación, con miedo a que se fuera nuevamente.

Vínculos de apego en la relación con nuestros perros: porqué son importantes
En la imagen de arriba puede verse a Mary Ainsworth durante el experimento que diseñó. 

Esta exploración, a través de La situación extraña, posibilitó una categorización de los patrones de apego que se detallan a continuación.

¿Cuáles son los tipos de apego y sus características?

Lo observado a través de su investigación le permitió a Ainsworth identificar tres diferentes tipos de apego: el apego seguro, el apego evitativo y el apego inseguro-ambivalente.

El apego seguro fue asignado a patrones de respuesta en los cuales el vínculo con el cuidador es de seguridad, provoca la sensación de estar protegido, aun cuando el cuidador está ausente pues se ha aprendido que regresará, hay confianza en ese vínculo. Esa confianza en el vínculo permite al niño explorar con tranquilidad su entorno puesto que no necesita estar chequeando todo el tiempo que el cuidador está ahí y que no desaparecerá. Cuando el cuidador se va presenta signos de angustia que prontamente regresan a la calma cuando el cuidador reingresa.

El apego evitativo fue asignado a patrones de respuesta en los cuales el niño suele ignorar a la madre mientras está presente y no se muestra afectado cuando la madre se retira de la habitación. Tampoco buscan contacto físico cuando la madre regresa.

El apego inseguro-ambivalente (también llamado más adelante “apego ansioso”) fue asignado a patrones de respuesta en los cuales el niño no se separa de su madre ni siquiera para explorar el entorno y los juguetes y presentan mucha angustia cuando la madre se retira de la habitación. La ambivalencia se muestra cuando la madre regresa: o bien pueden buscar el contacto o bien se resisten a él.

Si bien más adelante se teorizó un cuarto tipo de apego, el apego desorganizado (en donde pueden verse patrones de apego evitativo y de apego ansioso a la vez) estos tres fueron los principales.

¿Qué es el apego en perros?

La pregunta principal que se hizo la etología en este sentido es si estos patrones de apego entre madre (cuidador)/hijo se reproducía de alguna manera en los patrones conductuales entre perro y su cuidador o guía.

Si bien se requirieron adaptaciones, se puede sostener que los vínculos que se establecen entre padres e hijos se reproducen entre perros y sus cuidadores primarios, en el sentido de que es habitual que los humanos repitan patrones de relación con sus perros de una forma parecida a cómo lo hacen con sus hijos. (por ej., Nagasawa et al., 2009).

Como mencionamos antes, el apego tiene una función principal: asegurar el cuidado para, de este modo, permitir la exploración del ambiente que beneficia el desarrollo psicológico y la formación de habilidades de regulación emocional.

En el caso de la relación con el perro, su relación con su cuidador primario cumple una función similar, ya que el cuidador es quien puede aportar seguridad en situaciones de “amenaza”. Muchas situaciones de amenaza no son más que situaciones nuevas, que no se conocen y que provocan incertidumbre.

Lo mismo que sucede con humanos, sucede en la relación de apego con nuestros perros. Un apego seguro permite explorar con confianza, sintiendo protección.

El vínculo de apego se ve influenciado principalmente por el ambiente, es decir, el comportamiento del cuidador hacia el perro. Esto no significa que el temperamento del perro no influya, pues es un factor significativo. Es posible que un perro sea más o menos ansioso, y construir un apego seguro podría implicar para el cuidador algunos desafíos especiales en algunos casos.

Tipos de apego en perros

El mismo experimento de La situación extraña de Ainsworth se ha reproducido incontables veces en el contexto de la etología veterinaria y se ha concluido que podemos encontrar patrones de conducta de apego similar en perros que en niños pequeños, según el experimento original.

Los perros con apego seguro responden de la siguiente manera: en el paso uno del experimento los perros se mantienen relativamente cerca de su cuidador pero exploran y se acercan al “factor estresante” sin problemas. En estos experimentos, en general, el factor estresante es incluir objetos en el ambiente nuevos para el perro (por ej. un paraguas abierto sobre el suelo). Cuando su cuidador se va, estos perros muestran señales de estrés como rasgar la puerta por donde se fue su cuidador o algunos llantos y quejidos por un tiempo limitado. Al regresar el cuidador, muestran una respuesta positiva y se calman relativamente rápido.

Los perros con apego evitativo responden de la siguiente manera: suelen evitar tanto al cuidador como a los elementos nuevos en la habitación, es decir evitan lo que se llama factor estresante y cuando su cuidador abandona la habitación miran para otro lado, no muestran angustia frente a la separación del cuidador y cuando este regresa, no presentan claras conductas positivas de saludo. 

Los perros con apego ansioso-ambivalente responden de la siguiente manera: el perro muestra inseguridad debido a las conductas incoherentes de sus cuidadores. Debido a esta incoherencia, el perro siente miedo ante la separación, es decir que sus respuestas de angustia cuando el cuidador sale de la habitación son más extremas. Tampoco despliega tantas conductas de exploración cuando el cuidador está presente en la habitación, suele quedarse pegado al cuidador vigilando que no le abandonen. Cuando el cuidador regresa a la habitación son perros que tardan mucho en calmarse.

¿Por qué este tema es importante?

Un vínculo de apego no seguro puede ocasionar problemas de conducta en nuestros perros. Puede inhibirle experiencias de exploración del ambiente y, con ello, quitarles la oportunidad de aprender cosas nuevas que, en definitiva, serán parte de sus habilidades de regulación emocional y de su bienestar. También se ha relacionado en la investigación conductas de ansiedad por separación frente a un vínculo de apego ansioso-ambivalente (Pérez Fraga, 2021)

Perros con apegos ansiosos o evitativos, dejan de explorar y conocer el mundo. Pierden oportunidades de aprender cómo relacionarse con otros perros, personas o situaciones. Y su mundo se estrecha significativamente.

Por esta razón, los cuidadores deberían interesarse en aprender modos de fomentar el apego seguro.

Algunos factores fundamentales para lograrlo son:

a) permitir y acompañar al perro en la exploración del entorno

b) estar disponible como refugio cuando el perro necesita un lugar seguro

c) comportarse de una manera previsible y consistente, es decir, confiable.

Conclusión

El apego, desde un punto de vista etológico, “es un sistema comportamental que regula una relación afectiva entre dos individuos, en la que uno trata de mantenerse cerca del otro, al que necesita como referencia (base segura) para su correcto desarrollo” (Pérez Fraga, 2021). 

La investigación sostiene una relación entre el vínculo de apego y el grado de docilidad, de sociabilidad y de capacidad de sincronización con los humanos (Barrera & Bentosela, 2021).

El vínculo de apego con nuestros perros podría explicar muchos comportamientos que se suelen atribuir a otros factores. Y por lo tanto trabajar para mejorarlo puede traer muchas ventajas a la hora de resolver problemas de comportamiento y de mejorar la calidad de vida del perro. 

Referencias:

  • Ainsworth, M., Blehar, M., Waters, E. y Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Hillsdale: Lawrence Erlbaum
  • Barrera, G. & Bentosela, M. (2021). Los perros y su estrecho vínculo con las personas ¿Qué los hace únicos? Revista de Psicología (UNLP)
  • Bowlby, J. (1969), Attachment and loss, Vol. 1: Attachment. New York: Basic Books.
  • Bowlby, J. (1973). Attachment and loss, Vol. 2: Separation. New York: Basic Books.
  • Bowlby, J. (1988). A secure base. Parent-Child Attachment and Healthy Human Development. Basic Books: A member of the Perseus Books Group.
  • Nagasawa, M., Mogi, K. y Kikusui, T. (2009). Attachment between humans and dogs. Japanese Psychological Research, 51, 209-221. https:// doi.org/10.1111/j.1468-5884.2009.00402.x
  • Soares, I. & Días, P. (2006). Apego y psicopatología en jóvenes y adultos: contribuciones recientes de la investigación. Int J Clin Health Psychol, Vol. 7, Nº 1
  • Perez Fraga, P. (2021). El vínculo del apego en la relación humano-animal. https://www.animalshealth.es

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