Hace unas semanas (más bien meses) visitamos una bodega muy especial que no habíamos podido presentaros hasta ahora. Su nombre es Bodega Urbana y se encuentra en plena Gran Vía bilbaína. Este proyecto está dirigido por dos de los mejores enólogos de nuestro país, Pepe Hidalgo y Ana Martín.
Bodega Urbana cuenta con una tienda, donde poder adquirir una selección de vinos de pequeñas bodegas del mundo, una taberna en la que se pueden degustar sus vinos acompañado de una oferta gastronómica de la mano del cocinero Aitor Elizegi (Bascook) y una pequeña bodega dotada de depósitos que contienen vinos varietales de gran calidad seleccionados por sus enólogos de las mejores bodegas nacionales. Y todo esto con vistas al Parque de Doña Casilda.
¿Por qué nos ha llamado la atención Bodega Urbana?
Porque ofrecen la posibilidad de personalizar nuestro vino y a nosotros todo lo que sea personalizado y a medida nos encanta.
Para entrar un poco en materia, vamos con un minicurso superexprés de enología (¡¡que no se me enfade ningún enólogo porfavorrrr!!):
Primera lección: Vinos varietales. Son aquellos procedentes del mismo tipo de uva. Algunas variedades de uva son garnacha, tempranillo, mencía o merlot. Cada variedad de uva aportará al vino notas diferentes (afrutadas, aromáticas…) Dicho esto, lo que nos propone Bodega Urbana es crear nuestro propio vino mezclando los diferentes vinos varietales puros de los que dispone.
Hay dos formas de crear nuestro propio vino: en el taller de mezcla de vinos de Bodega Urbana o desde nuestra casa con su Kit de Kata. Una vez hemos elaborado nuestra mezcla podemos pedir nuestro vino en botellas con etiquetas personalizadas.
¿Y qué pasa si no eres de Bilbao? Absolutamente nada, porque su Kit de Kata está disponible tanto en su tienda física como en su shop online, desde la que también puedes hacer el posterior pedido de tu mezcla e incluso personalizar el texto de vuestras etiquetas.
¿Qué hacemos con el vino que hemos creado? A parte de lo obvio, que sería beberlo, lo mejor es hacerlo en compañía, y qué mejor que ofrecérselo a los invitados de nuestra boda, bien como detalle o bien para acompañar la comida o el cóctail.
Además de para una boda, me parece un regalo de empresa ideal. Y el plan perfecto para cualquier enófilo, que no solo disfrutará catando y mezclando sus propias mezclas, sino que también puede asistir a los cursos y talleres que se imparten en Bodega Urbana a lo largo del año.
Y a vosotros ¿os gusta el vino?
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