Revista Política

Virgilio Leret: una vida al servicio de la República

Publicado el 29 junio 2012 por Civeperez

Virgilio Leret fue el primer militar ejecutado por los golpistas que se levantaron en África el 17 de julio de 1936. Era el jefe de la base de hidroaviones de El Atalayón, en Melilla, que se resistió con armas a los sublevados. Su trágica muerte le impidió desarrollar su gran invento: el primer motor a reacción.
En su libro Virgilio Leret Ruiz. Una vida al servicio de la República, que acaba de ser editado por El Viejo Topo, Antonio Cruz González rescata del olvido la figura del primer oficial republicano ejecutado por los golpistas que se levantaron en Melilla el 17 de julio de 1936. 
En aquel momento, Virgilio Leret era el Jefe de las Fuerzas Aéreas de la Circunscripción Oriental, con sede en la Base de Hidroaviones de El Atalayón, única base que resistió con las armas al golpe de Estado, ya que otros departamentos militares se rindieron sin acciones de guerra. En aplicación del Bando de Guerra, Leret fue fusilado a la tarde-noche del 17 al 18 de julio de 1936, sin poder especificar la hora exacta, ni conocer el lugar donde se encuentran sus restos.
Virgilio Leret: una vida al servicio de la RepúblicaPero Leret no fue sólo un oficial ejemplar, de talante progresista y leal a la República. Fue asimismo escritor, que firmó sus obras con el seudónimo El Caballero del Azul. Destacando, además, por ser el primer inventor mundial del motor a reacción para aviones, inscrito en el registro industrial como Mototurbocompresor de Reacción Continua. 
Un avance que revolucionaría la aeronaútica y que Virgilio no pudo desarrollar, por culpa del golpe de Estado que acabó con su vida justo cuando estaba a punto de hacerse realidad. En efecto, Manuel Azaña, que conocía en secreto el proyecto, le había asegurado que se comenzaría su construcción en septiembre de aquel mismo año.
Su esposa, Carlota O'Neill, conseguiría salvar los planos y la memoria del proyecto de las manos de los fascistas y hacérselos llegar al gobierno inglés. A partir de ahí se perdió el rastro de los mismos. Es significativo que Gran Bretaña logró el motor a reacción en 1941. Tal vez el proyecto de Leret tuvo mucho que ver en ello.
Tras la muerte de Leret, Carlota fue encerrada
en la cárcel de Victoria Grande, en Melilla, desde el día siguiente al Golpe. Allí estuvo presa durante seis años acusada de asociación ilícita e injurias al ejército. Siéndole arrebatada on la tutela de sus dos hijas, Mariela (María Gabriela) y Lotti (Carlota). La verdadera razón para encerrarla en la cárcel fué la ser esposa del capitán Leret, si bien para mantenerla en prisión se aceptaron denuncias de la familia de su marido, que no deseaba verla en libertad.
Tras vencer las insidias de sus perseguidores, Carlota O'Neill consiguió salir al exilio con sus dos hijas. Escritora y periodista, destacó como dramaturga y directora del periódico Nosotras. Escribió sus memorias con el título Una mujer en la guerra de España

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