Revista Solidaridad

Virguerías sociales

Por Pcelimendiz

Un nuevo concepto viene a iluminar el proceloso mundo de la política social en España. Se trata de la “virguería social”, concepto acuñado por la vicepresidenta del Gobierno de la nación para presumir de la eficiencia de sus políticas de gasto social. 
Virguerías socialesOtra vez los andaluces… Además de no saber pescar (ver mi anterior entrada), ahora van y se gastan injustificadamente dos millones de euros, que son los que va a costar el servicio postal para las elecciones autonómicas andaluzas. (Enlace) Si es que van despilfarrando el dinero. ¡Con la de cosas que se podrían hacer con dos millones de euros!
Y como en otras ocasiones, ahora viene mi duda. Analizo el comentario de la vicepresidenta con seriedad, como sin duda merece, o me lo tomo a chufla.
Bueno, por una vez y sin que sirva de precedente, me lo tomaré en serio e intentaré analizar lo que hay detrás de este concepto de la neo-lengua peperiana, así como las políticas sociales que lo inspiran.
En primer lugar diré que a la vicepresidenta no le falta razón. Con dos millones se podrían hacer muchas cosas en política social. Voy a darle unas cuantas ideas, en línea con las medidas que llevan ejecutando desde que gobiernan y con sus resultados. 
  • Con dos millones de euros se podría repartir a cada inmigrante en situación irregular (los que quedaron excluidos del sistema sanitario español normalizado por el Decreto Ley del 24 de abril del 2012, estimados en más de 800.000 personas según Amnistía Internacional), una caja de aspirinas con 40 comprimidos. Ya que no pueden acceder a la asistencia sanitaria, que no digan que en España carecemos de humanidad ante el dolor y el sufrimiento.

  • Con dos millones de euros se podría dar a cada niño en situación de pobreza (2.306.000 niños, según el último informe de UNICEF) una bolsa de “chuches” (Rajoy dixit) por valor de casi 1 €. Así, mientras ellos y sus familias esperan la inminente recuperación económica que tanto esfuerzo le ha costado al Gobierno, sabrán que el Estado no se olvida de ellos. 

  • Con dos millones de euros se podría enviar un ramo de flores de unos 20 € a los familiares de los dependientes fallecidos sin percibir ninguna atención tras serles reconocida la Ley de Dependencia (más de 100.000 dependientes, según nos recuerda la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales). Sería un bonito detalle con el que el Gobierno demostraría el profundo respeto que tiene por los dependientes fallecidos. (Con los vivos, ya si eso, ya veremos….)

  • Con dos millones de euros se podría repartir una asignación económica de 3 € a cada hogar que existe en nuestro país y que carece de cualquier tipo de ingreso (casi 700.000 hogares, según el último informe FOESSA). Parece poco, pero con eso el Gobierno demostraría su sensibilidad con los que no tienen nada y se solucionaría el problema de un plumazo: todos los hogares contarían con algún tipo de ingreso.

  • Con dos millones de euros podría regalarse un juego de postales (con sellos y todo) a cada una de las más de medio millón de personas que han abandonado nuestro país como consecuencia de la crisis. (225.000 personas según cifras oficiales y 700.000 según algunas estimaciones). Mantener el contacto familiar es importante para los emigrantes y el escribir postales es una tradición que se está perdiendo y que el Gobierno haría bien en recuperar.

  • Con dos millones de euros se podrían encargar unas pegatinas identificativas con las que señalar a las 637.573 personas que, según datos del Gobierno, están percibiendo las Rentas Mínimas de Inserción en nuestro país. Estarían obligadas a llevarlas en la solapa y su rápida visualización permitiría que los empresarios les ofrecieran trabajo o al menos, la gente de bien pudiera darles limosna. Una medida que englobaría tradición, control y modernidad, valores de los que hace gala este Gobierno.

  • Con dos millones de euros podría comprarse una tablet de última generación por valor de unos 3.000 € a cada senador o congresista español para que se entretuvieran en las largas sesiones parlamentarias con algún juego… ¡Perdón!, esto eran propuestas de política social, no institucional. 

Bueno, ahí le dejo a la vicepresidenta estas ideas. Seguro que le son de utilidad. Pero también le diré que se ha equivocado. La palabra virguería hace referencia a un adorno, un añadido, y por extensión se aplica a los asuntos de poca importancia. Sólo de modo coloquial (impropio de una gobernante seria) se utiliza para referirse a hacer una cosa de manera excelente o extraordinaria, que es como ella la quería utilizar.
Aunque Wang me dice que tal vez no sea un error. Los asuntos sociales, para este Gobierno, sin duda son cosas de poca importancia.
En cuanto a virguerías, verdaderas virguerías, las que hacen algunas familias para sobrevivir actualmente y las que hacemos los profesionales que nos dedicamos a ayudarlas entre tanta dejadez e incompetencia de nuestros gobernantes.

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