Revista Opinión

Visión de estado

Publicado el 10 mayo 2013 por Vigilis @vigilis
Un documental que gusta mucho a los enemigos de todo lo que es bueno y bello en esta noble tierra, es canadiense y se llama The Corporation. En España se tradujo el título por Corporaciones ¿instituciones o psicópatas? En él, se diagnostica a la gran corporación como psicópata debido a que actúa mintiendo compulsivamente, falta de empatía con el sufrimiento de las personas, comportamiento temerario e incapacidad para cumplir las leyes y ajustarse a las normas establecidas. Bien. Echo de menos el mismo documental analizando el comportamiento de los estados. Y es que llegaríamos exactamente a la misma conclusión.

Visión de estado

Desfile de la victoria en Moscú, 2013.

Existe algo que se llama "visión de estado". El político que toma decisiones en nombre de un país, actúa exactamente con la misma falta de empatía, desprecio por la seguridad personal, las mismas mentiras compulsivas y la incapacidad para cumplir las leyes que cualquier multinacional malvada. La manera de actuar de una persona y la manera de actuar de un estado (o de una corporación malvada, pero aquí hablaré del estado) son muy diferentes. No existe una forma universal de obtener información del entorno. La esfera de experiencias de una persona y su capacidad de resolver problemas son muy diferentes a las de un estado. La pequeña mirilla por la que un peatón mira el mundo y se relaciona con él, no tiene nada que ver con la pequeña mirilla que usan los estados. Tú tienes un punto de vista, el estado tiene otro punto de vista. Que no te sorprenda si no coinciden. Es más, que no te sorprenda si el equivalente estatal a tú ayudando a cruzar la calle a una ancianita, son tropas francesas repartiendo sugus en Haití para irse a los dos días. Bueno, poned el ejemplo que queráis.

Visión de estado

Berlín Oriental.

Ponernos en la piel del estado significa dejar atrás valores humanitarios y principios morales que operan a nivel de calle o a nivel de comunidad. En la dialéctica entre estados, esos principios y valores no operan. En la dialéctica estado-población, tampoco. El estado tiene su propio punto de vista, es un sistema complejo y adaptativo que maneja variables que le son propias. Los valores y principios que manejan los estados, trasladados a una persona, harían que pensáramos que esa persona es un ser horrible, despiadado y que, por nuestra propia salud y seguridad, debemos destruir.
¿Cuál es el punto de vista de un estado?
Conceptos como "producción nacional", "crecimiento del PIB", "frontera", "integridad territorial", "extranjeros", "impuestos", no pertenecen al punto de vista de la persona, sino del estado. Toda la historia de los estados, desde Sumeria hasta Sudán del Sur, es la historia de unas entidades que buscan su supervivencia y cumplir sus propios objetivos. Y aquí me da igual que en el antiguo Régimen el estado se confundiera con los intereses de un reducido grupo o familia y que en la época moderna la élite haya cambiado. Los estados no perciben la realidad como las personas. Actúan en un medioambiente formado por su población, los recursos naturales y otros estados; pero al contrario que las personas, los estados tienen mucha más capacidad de cambiar ese medioambiente. Por ejemplo: una acción militar puede hacer desaparecer a otro estado, una ley educativa puede homogeneizar a la población para que se parezca al grupo dominante, construir una escuela rural fija población al territorio y hace más sencillo recaudar impuestos, etc.

Visión de estado

El desarrollo urbano explica muchas cosas.

Una visión global del punto de vista de los estados, nos da pistas sobre las similitudes entre la política francesa del XIX, la soviética del XX y la de los países africanos recién descolonizados. Cosas que van desde la construcción de infraestructuras para el movimiento de tropas, hasta leyes educativas para crear un sentimiento nacional.
Cuando una comunidad compite contra el estado al que pertenece, la lucha es desigual. Y no se trata sólo de que choquen dos intereses, sino también de que chocan dos puntos de vista diferentes. Dos formas de ver el mundo. La información, percepción y experiencias de unos y otros pueden ser tan diferentes como las de una tortuga y un elefante. Es más, es muy curioso que cuando se trata de dos personas que no hablan el mismo idioma, existe un ámbito de comprensión mutua, un espacio de juego común en el que se puede llegar a conclusiones. Cuando uno es un estado, ese espacio común no existe. Dicho en plata, es como tratar con un extraterrestre.
Hasta tal punto el estado transforma el medio, que categorías que le son propias a sus intereses deben ser interiorizadas por personas que no pueden comprender el punto de vista del estado. Así por ejemplo, una pareja que tiene un hijo, tiene que avisar al estado de que tiene un hijo. Una persona a la que le estafan, obligatoriamente tiene que recurrir a la justicia de su país. No entro en la valoración moral de si esto es bueno o malo, simplemente constato que existen cosas en nuestras vidas que responden a objetivos ajenos a nuestras vidas y que no nacen por voluntad divina.

Visión de estado

Reloj revolucionario.

Existe un campo de juego común al Régimen del Terror, al Gran Salto Adelante, a la sedentarización forzosa de la población africana, a las migraciones forzosas de Stalin y al establecimiento de bonitos parques naturales. Son acciones que responden a la visión de estado. Decisiones que toman las élites basadas en consejos de científicos sociales. Decisiones que se toman al tener información, incentivos y objetivos que el individuo no tiene. Decisiones que en la mayor parte de los casos, ninguna persona tomaría por ser inhumanas. Decisiones que se toman al margen del sufrimiento humano. Está claro que la percepción ética de un campo de exterminio y de un parque natural es muy diferente. Pero en ambos casos, en distinto grado se perjudican intereses particulares (ya sean de individuos o de comunidades).
En nombre de la razón de estado, del realismo político o de la pura competición entre estados, se ha perjudicado a más gente que la que millones de decisiones individuales a lo largo de siglos puedan perjudicar. Actuar en favor del interés nacional significa ignorar cuestiones básicas de convivencia, ignorar el sufrimiento ajeno y alcanzar un estado de trascendencia que ralla en la psicopatía.

Visión de estado

Guerrillero kosovar. Actúa con visión de estado.

Es por ello que muchas veces nos preguntamos por qué los políticos hacen esto o lo otro. O por qué un mandato judicial puede separar a un crío de su padre o por qué te multan si cuando no hay nadie en la carretera un robot dice que vas demasiado deprisa. Todas estas cosas responden a la visión de estado, en último término una máquina monstruosa que logra evadir la responsabilidad que sus hombres-mecanismos tienen (hombres que dejan de ser hombres, como nos enseñó el juicio de Nuremberg: «a mi plin, señor juez, que tengo una hipoteca que pagar»). Sólo desde el punto de vista del estado pudo aparecer Auschwitz. Se me podrá decir que también sólo desde el punto de vista del estado pudo aparecer el programa Apolo. Bien, esto no es un juicio moral. Tan solo os invito a pensar si existen otros puntos de vista ajenos al del estado por el que pudiera organizarse el programa Apolo. Mi respuesta es que sí (puedo equivocarme). A continuación os pregunto si existen otros puntos de vista ajenos al del estado por el que pudiera crearse Auschwitz (mi respuesta es que no y aquí no me equivoco).

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