Revista Arquitectura
La población de Puerto de la Cruz en Tenerife, al oeste de la capital por la costa norte de la isla, es un lugar muy pintoresco e interesante para visitar, con un pequeño puerto antiguo mantenido con sus murallas, cañones y vistas preciosas hacia el atlántico (imag01). Decidimos visitarlo en nuestro paseo por la costa norte de la isla tras comer en Terrazas del Sauzal. Esta población está a no más de 25 minutos de coche del restaurante, unos 18 km, y estando tan cerca de la Orotava, bien merecía la pena visitar ambas.
El encanto del pueblo, con mucha arquitectura tradicional canaria de balcones de madera y casas de paredes blancas, junto a grandes palmeras, es un gran atractivo (imag02), bien merece un paseo de 30 minutos.
Pero lo que no esperábamos era encontrarnos ese día con una romería de la patrona de la ciudad, en la que la recibían en la playa del puerto, llegando desde el agua. Vimos como la recibían entre vitores, con música y con toda la población agolpándose frente a la pequeña playa de piedras (imag0304). Esa fue la experiencia más sobrenatural de cuántas vivimos en Canarias, hacía tiempo que no asistía a un ensalzamiento de una figura religiosa por parte de tanta gente, quizás son los demasiados años en Asia, los que me lo han hecho olvidar. Al menos esta experiencia inesperada nos hizo acrodarnos todavía más si cabe de esta pintoresca población.