Entre las muchas aportaciones a la historia de este primer emperador romano, se encuentra la Vía Augusta. El fue quién impulsó la construcción de la que ha sido la gran calzada que unió las tierras conquistadas por el imperio romano y que siglos después sigue siendo la vía de comunicación que une España con Europa.
Vídeo "Del caos al orden" Octavio Augusto, nacimiento del imperio romano
Augusto en sus memorias "Res Gestae" escribe:
"Construí la Curia y su vestíbulo anejo, el templo de Apolo en el Palatino y sus pórticos, el templo del Divino Julio, el Lupercal, el Pórtico junto al Circo Flaminio - al que di el nombre de Octavia, quien había construido anterior-mente otro en el mismo lugar -, el palco imperial del Circo Máximo; los templos de Júpiter Feretrio y de Júpiter Tonante, en el Capitolio; el de Quirino, los de Minerva, Juno Reina y Júpiter Libertador, en el Aventino; el templo a los Lares en la cima de la Vía Sagrada, el de los Dioses Penates en la Velia y los de la Juventud y la Gran Madre, en el Palatino. Restauré, con extraordinario gasto, el Capitolio y el Teatro de Pompeyo, sin añadir ninguna inscripción que llevase mi nombre. Reparé los acueductos que, por su vejez, se encontraban arruinados en muchos sitios. Dupliqué la capacidad del acueducto Marcio, aduciéndole una nueva fuente. Concluí el Foro Julio y la Basílica situada entre los templos de Cástor y de Saturno, obras ambas iniciadas y llevadas casi a término por mi Padre. Destruida la Basílica por un incendio, acrecí su solar e hice que se emprendiese su reconstrucción en nombre de mis hijos [adoptivos], prescribiendo a mis herederos que la concluyesen en caso de no poder hacerlo yo mismo [14 aC]. En mi quinto consulado [29 aC], bajo la autoridad del Senado, reparé en Roma ochenta y dos templos, sin dejar en el descuido a ninguno que por entonces lo necesitara. Durante el séptimo [27 aC], rehice la Vía Flaminia, entre Roma y Ariminio, y todos los puentes, salvo el Milvio y el Minucio."
Aprovechar una escapada de fin de semana, es, sin duda, la excusa perfecta para perderse en Roma. Comprenderla y vivirla. Entenderla y disfrutarla. Hay muchas e interesantes ofertas que te permitirán vivir la historia en primera persona. Que no te la cuente nadie.
Siéntete de nuevo, protagonista de la historia.