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¿Vivimos en una simulación? El problema de la controvertida hipótesis

Por Cosmonoticias @Cosmo_Noticias
Hubble Ultra Deep Field (HUDF)

Campo Ultra Profundo del Hubble en ultravioleta. Crédito: NASA, ESA, H. Teplitz y M. Rafelski (IPAC/Caltech), A. Koekemoer (STScI), R. Windhorst (Arizona State University), y Z. Levay (STScI).

¿Es todo lo que conocemos y experimentamos, incluida la realidad misma, una simulación creada por una entidad invisible y desconocida? Esta idea, conocida como “hipótesis de simulación”, fue propuesta por primera vez en 2003 por Nick Bostrom, profesor de la Universidad de Oxford.

Pero ¿ofrece esta hipótesis un argumento convincente, o es simplemente algo interesante para reflexionar? Veamos.

Asumamos que nuestros computadores continuarán haciéndose más poderosos, eficientes y capaces. Digamos que en un punto del futuro muy, muy lejano (para que este argumento funcione, no importa exactamente cuándo ocurra), construiremos un computador del tamaño de un planeta; un computador tan poderoso que pudiera simular nuestro universo completo, recreando toda la física, química y biología que experimentamos en el mundo natural.

Si también asumimos que la consciencia es consciencia, independientemente de donde resida (ya sea en un cerebro orgánico o uno digital), entonces cualquier entidad simulada dentro del computador que adquiera consciencia experimentará un mundo que es indistinguible del nuestro.

Ya sabes, la Matrix.

Una vez que nuestros descendientes construyan tal computador, inevitablemente crearán innumerables seres simulados; solo intenta contar cuántas criaturas de videojuegos han aparecido y desaparecido desde que desarrollamos la tecnología. Muy rápidamente, la cantidad de cerebros conscientes simulados que viven en un computador superará con creces los cerebros orgánicos que viven en el universo real. Si esto termina ocurriendo, nos quedan tres posibilidades:

  1. Nuestros descendientes (u otros seres inteligentes en el universo) nunca serán capaces de desarrollar la capacidad tecnológica para simular fielmente el cosmos.
  2. Nuestros descendientes (u otros seres inteligentes en el universo) desarrollarán la tecnología, pero escogerán no simular el cosmos.
  3. La gran mayoría de todas las entidades conscientes, incluyéndote, viven en una simulación.

El argumento de la simulación es el último de una larga tradición de pensamiento filosófico que cuestiona la naturaleza última de la realidad que experimentamos. A lo largo del tiempo, los filósofos se han preguntado si nuestra realidad es la construcción de un demonio malicioso o si vivimos dentro del sueño de alguien. Es la forma final de escepticismo y es útil para recordarnos que hay límites para el estudio empírico de la naturaleza.

En cuanto a los argumentos filosóficos, la hipótesis de simulación es buena. Pero la hipótesis termina con un dilema con tres declaraciones, una de las cuales debe ser cierta (si aceptas todas las suposiciones del argumento), pero no podemos decir cuál.

Se te permite decir que no sabes cuál posibilidad es la más probable de ser correcta. También se permite argumentar en favor de una opción sobre otra. Por ejemplo, podrías decir que los computadores nunca serán lo bastante poderosos para simular fielmente el universo o que las civilizaciones avanzadas siempre considerarán moralmente reprobable simular consciencias. O podrías decir que es inevitable y que vivimos en la simulación del universo de alguien.

No importa qué opción elijas, sin embargo, necesitas aportar argumentos adicionales más allá de la hipótesis de simulación original. O podrías cuestionar las suposiciones del argumento mismo.

Reinicio del computador

Tal vez la mayor suposición en la hipótesis de simulación es que los cerebros simulados superarán rápidamente la cantidad de cerebros orgánicos. Asumiendo que no hay diferencias entre las experiencias de las consciencias simuladas y orgánicas (otra gran suposición), esto es lo que te permite calcular las probabilidades de que vivas en una simulación. Si en el futuro lejano, por ejemplo, pudiera haber 99 mil millones de seres conscientes simulados por cada mil millones de seres orgánicos. Eso significaría que hay un 99% de posibilidades de que estés entre los simulados.

Pero en 2017, Brian Eggleston, estudiante de análisis de sistemas en la Universidad Stanford, descubrió un defecto importante en el conteo de Bostrom. El argumento de simulación depende de que nuestros descendientes construyan computadores superavanzados dado que, en primer lugar, somos la única especie conocida que construye computadores. Una vez que nuestros descendientes construyan tales computadores, sabremos con certeza que no estamos entre los seres simulados en esos computadores, debido a que podemos señalar a esos computadores y decir con seguridad que no estamos dentro de ellos.

No importa cuántas entidades conscientes simuladas creen nuestros descendientes, si 10 o 10 billones, no podemos usarlos para calcular las probabilidades de que estemos en una simulación. En otras palabras, su futura capacidad de crear universos simulados no nos dice una sola cosa sobre si estamos en una simulación. No podemos usar los números futuros para calcular probabilidades. Y si no podemos calcular las probabilidades, no tenemos un dilema y por lo tanto no podemos decir nada más.

En su lugar, solo podemos mirar nuestro pasado, ya sean seres humanos que vivieron antes de nosotros (en un universo real no simulado) o alguna criatura extraterrestre que disfrute hacer humanos simulados. Si bien cualquiera de esas realidades es posible, no tenemos evidencia de que sean ciertas, y no tenemos manera de calcular la cantidad de entidades simuladas en existencia.

¿Vivimos en una simulación? No lo sabemos, y la hipótesis de simulación no proporciona un argumento convincente de que podamos hacerlo. Así que ve y disfruta tu vida.

Fuente: Space.com


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