Por: Hugo Rizzo 29 Septiembre, 2017
A veces me siento tan vivo que respiro y siento el cielo, en otras me siento tan en el piso que parece la vida el infierno.
No sé por qué la vida juega esta ruleta rusa con nosotros... y por instantes se vive tanta gloria y por otra tanta, pero tanta desazón, como angustia de muerte.
Soy quien soy, casi siempre transparente, demasiado a veces que me juzgan por eso, tan silencioso a veces que solo yo sé que sucede en mi alrededor.
Vivir apasiona y mata. El cielo da gloria y a veces gusta el infierno. De vivir lo que se quiera más allá de lo que el otro quiera.
Amo a los míos, los quiero felices, sé que puedo aportar a ello, sería utópico pensar que lo son o lo podrían ser por mí.
Hoy veo a mis hijos, 9 y 7 años, tan necesitados de mí, pero los comienzo a ver independientes, cachorros que empezaron hace rato a caminar sus vidas, que necesitan de mi compañía, solo de mi compañía.
He vivido el cielo, he rozado el infierno... y aún sigo vivo.