Revista Cine

Vivir es fácil con los ojos cerrados: la soledad de los primos

Publicado el 10 noviembre 2013 por Juancarrasco @JuanCdlH
10.11.13 | 13:47. Archivado en Cine, Estrenos, Español
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En un año como este, paradójicamente (por diversos motivos) espléndido para el cine español, no ha sido difícil aunque sea por puro efecto llamada dejarme seducir por la última producción de los Trueba, hecho que se ha convertido en la mejor decisión que he tomado en todo el fin de semana. David Trueba firma inteligentemente con su habitual sencillez y sensibilidad una encantadora mezcla de road movie, spaghetti western y coral marca de la casa, una pequeña gran historia en resumidas cuentas, inundada de luz y energía de principio a fin.
Vivir es fácil con los ojos cerrados: la soledad de los primos
Javier Cámara hace gala de magistral naturalidad en la piel protagonista
de un pardillo de la vida que se dedica profesionalmente a educar en época franquista a unos niños muy necesitados de guía y perspectiva; lejos del convencionalismo y del corsé represivo de la época, este profesor de inglés imparte sus clases al ritmo de las letras de las canciones de los Beatles, y precisamente el rodaje de una película en la que participa John Lennon lleva a este tipo raro de peregrinación a Almería. Por el camino, el incauto infeliz que interpreta Cámara se topa con un chaval huido de casa (Francesc Colomer en un trabajo meritorio aunque no cuele como madrileño) y una muchacha a la que algún motivo parece también empujar a alejarse vía autostop (Natalia de Molina, también bien en su papel aunque tampoco le cuele el acento malagueño, a pesar de haber nacido en Linares, haberse criado en Granada y estudiado en Málaga, lo cual se antoja inaudito). El profesor, en una mezcla de atrevimiento y estupidez, los recoge a los dos y a la vez que les hace el favor de llevarles, cuenta con compañía en su viaje no exento de dificultades.

Aunque aparentemente pueda parecer que he desvelado mucho, apenas me quedo en la superficie de lo que realmente relata esta cinta exquisita cuyos escenarios de la provincia almeriense de la década de los sesenta y sus secundarios bastante particulares desbordan realismo a la vez que dibujan la sonrisa al respetable. Es ese realismo y, sobre todo, la química y el buen ambiente entre los protagonistas, la clave de la atmósfera de vitalidad que desprende este trabajo, ya entre lo mejor de la filmografía del realizador.

Si en algún momento de sus seguramente atareadas vidas tienen un rato para darle una oportunidad al estímulo de corazón en compañía de este tipo corriente, este incauto, este primo que a veces se siente solo en un mundo muy diferente al que él pertenece, no duden en hacerlo, puesto que se trata de un tipo de cine que escasea y que narra una historia centrada en un hombre que por ingenuo y pardillo hace que te sientas raro por haber pensado mal de él en algún momento; un primo al que mejor vamos a dejar de faltarle al respeto, a estas alturas se lo ha ganado con su grandeza, con apelativos que desvirtúan la exacta definición de “buena persona”, raro sobrenombre éste que suele ser motivo de que a uno lo tomen por idiota, ya que no cabe en cabeza normal y corriente que alguien transmita ese positivismo a cambio de nada…

Dirección y guión: David Trueba. Duración: 109 min. Intérpretes: Javier Cámara (Antonio), Natalia de Molina (Belén), Francesc Colomer (Juanjo), Ramón Fontseré (Ramón), Rogelio Fernández Díaz (Bruno), Jorge Sanz (padre de Juanjo), Ariadna Gil (madre de Juanjo). Producción ejecutiva: Cristina Huete. Fotografía: Daniel Vilar. Montaje: Marta Velasco. Dirección artística: Pilar Revuelta. Vestuario: Lala Huete. Distribuidora: Universal Pictures International Spain.


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